A lo largo del año que ahora acaba, la salud se ha convertido en la principal preocupación de la sociedad. Esto no es una apreciación mía, sino una afirmación avalada por los datos de los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas. El último trabajo del CIS, publicado en noviembre, aborda las consecuencias del coronavirus. Entre sus conclusiones, destaca que la salud está por delante de la economía en la lista de preocupaciones de los españoles. El 46,7% de encuestados manifiesta que su principal inquietud está relacionada con los efectos negativos de la covid-19 sobre su salud, tanto física como mental. En contraste, solo el 21,2% se muestra preocupado, en primer lugar, por los efectos negativos de la pandemia en la economía y el empleo. Estos datos confirman el ascenso de la salud en el listado de cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, algo que ya venía ocurriendo en los últimos tiempos.
La pandemia está confirmando un cambio de paradigma en los valores de la sociedad. La salud ha emergido como uno de los grandes temas de interés de la ciudadanía y, también, de las administraciones públicas, la sociedad civil y el ámbito empresarial. Claramente, las cuestiones relacionadas con la sanidad predominan ya en la agenda pública. Además, la relevancia de los valores éticos relacionados con un mundo más sostenible, en el discurso de todos los actores sociales, están confirmando este giro. De nuevo, esto no es solo una apreciación mía, sino una realidad confirmada, por ejemplo, con los premios que los profesionales de la salud, entre ellos las enfermeras, estamos recibiendo, desde el Princesa de Asturias de la Concordia hasta el más reciente, el Premio Mujeres de Europa, concedido por el Movimiento Europeo Internacional y el Lobby Europeo de Mujeres. Esto último a nivel colectivo, porque a nivel particular, en Fuden, el Plan de Contingencia Virtual Covid-19 ha sido galardonado con el Premio de la Asociación Española de Fundaciones a la Innovación Social y ha sido destacado por la Fundación Telefónica como uno de los mejores proyectos digitales vinculados con la innovación educativa.
Tenemos la oportunidad de convertirnos en los actores principales que respondan a las nuevas necesidades de cuidados. De hecho, esto es lo que estamos haciendo durante la pandemia, saliendo de nuestra zona de confort y primando el cuidado de las personas
Todo esto corrobora que la salud es una de las principales preocupaciones de la sociedad. Curiosamente, el término cuidado se utiliza como sinónimo de preocupación. Aquí es donde los profesionales de enfermería estamos demostrando que tenemos mucho que decir en este cambio de paradigma en los valores de la sociedad. Tenemos la oportunidad de convertirnos en los actores principales que respondan a las nuevas necesidades de cuidados. De hecho, esto es lo que estamos haciendo durante la pandemia, saliendo de nuestra zona de confort y primando el cuidado de las personas por delante de nuestras reivindicaciones como colectivo, un trabajo en el que hemos seguido insistiendo con las administraciones públicas, pues sin enfermeras descuidan nuestra salud. De nuevo, vuelve a trascender el propósito de la enfermería en la apuesta decidida y única por las personas, con las que compartimos el valor del cuidado. Esta aspiración es la que nos lleva a tejer alianzas con las asociaciones de pacientes; a desarrollar proyectos globales con profesionales procedentes de otras esferas de la sociedad con los que conseguimos estar presentes allí donde consideramos que somos útiles; o a buscar confluencias entre los ámbitos asistencial, gestor, investigador y docente para potenciar nuestras capacidades y competencias. Así trabajan los profesionales que aparecen en los nuevos reportajes de la revista Enfermería en Desarrollo. Así ocurre en el nuevo relato social, con la salud como principal argumento, donde los enfermeros ocupamos un lugar protagonista.