Trabajo enfermero

Nuevos retos de Enfermería en Santa Marina

Arantxa Picón es la nueva directora de Enfermería del Hospital Santa Marina de Bilbao, al que ha llegado con la intención de ayudar a consolidarlo como un referente en cuidados.

09 marzo 2021 / Número 27 6 minutos de lectura

Convertir al Hospital de Santa Marina de Bilbao en un centro de referencia en Bizkaia para el paciente crónico pluripatológico y su familia y lograr que sea un hospital magnético para los profesionales, con bajo índice de rotación, ratios adecuados, criterios de calidad y una orientación a la mejora de los resultados. Estos son los principales objetivos con los que Arantxa Picón Santamaría llegó a la dirección de enfermería de este centro a finales de diciembre de 2020. En este tiempo, destaca la buena acogida que ha tenido entre sus profesionales. «Apenas llevo dos meses y estoy muy integrada. Me he sentido muy bien acogida. Quienes venimos de hospitales más grandes, como es mi caso desde Txagorritxu, te llevas una gran sorpresa cuando llegas y ves que todo el mundo te saluda y te llama por tu nombre. Esto es muy agradable. Entre mis líneas de trabajo se encuentra potenciar el sentimiento de pertenencia y de participación y esto creo que aquí está muy avanzado. Ya tenemos una de las características de los hospitales magnéticos, todo el mundo quiere seguir en el centro», afirma Arantxa, quien optó a este puesto de dirección a través de una convocatoria pública con un un proyecto denominado ‘Nuevos retos en enfermería en el Hospital Santa Marina’.

«He planteado cinco líneas de trabajo: Sentimiento de pertenencia y participación; visibilidad; liderazgo; docencia, innovación e investigación; y proactividad. Es una línea estratégica a medio y largo plazo, muy ambiciosa. Ya sé que la situación no es la ideal para impulsar nuevos proyectos, pero creo que la metodología en la que están formulados, bottom up, es clave para ponerlos en marcha. Con esta forma de trabajar quiero promover que todos los profesionales se sientan parte de los proyectos. Somos un hospital pequeño y esto permite a la dirección tener la capacidad de estar a diario en las cinco plantas, conocer lo que está ocurriendo o saber las necesidades de cada equipo para poder resolverlas». La memoria estratégica elaborada por Arantxa fue justo el trabajo fin de experto que elaboró para el Experto en Gestión y Calidad desde el Liderazgo Enfermero que realizó con la Escuela de Postgrados de Fuden «con el que inicié el camino que me ha llevado a Santa Marina», recuerda.

Arantxa Picón, directora de Enfermería:
«Santa Marina es un hospital que engancha. Somos una comunidad en la que todos interactuamos y participamos en las decisiones. La transversalidad es una de nuestras riquezas y la unión de todos es una de nuestras fortalezas»

Equipo de enfermería del hospital de Santa Marina

De izquierda a derecha: Olga de la Huerga, Begoña San Martín, Edurne Blázquez, Arantxa Picón, Elena Landín, Iraide Sarduy y Amara Dilla

Los cuidados intensivos del trato y el confort
El hospital de Santa Marina tiene una capacidad de 235 camas. Su lema, ‘Yo también te cuido’, es el eje del trabajo que realizan. «Es un centro completamente renovado en los últimos dos años, muy especial, que da cobertura al paciente crónico pluripatológico y a pacientes con necesidad de cuidados paliativos de Bizcaia. Tenemos un servicio especializado en urgencias geriátricas. Esto nos diferencia. Nos centramos en el cuidado. Todos sabemos que a veces no es posible curar, pero siempre podemos cuidar. Esta filosofía la tenemos muy clara. Aportamos unos cuidados de calidad, excelencia y seguridad tanto hacia los pacientes como hacia sus familias, a quienes tratamos de integrar en todos los procesos», explica Arantxa. En este mismo sentido se expresa Iraide Sarduy, supervisora de Servicios Generales: «Somos un hospital basado en los cuidados y por ello la presencia de la enfermería es muy importante en todo momento, formando parte activa de los equipos multidisciplinares». Esta última es otra de las características de los métodos de trabajo en Santa Marina, completa Arantxa. «La multidisciplinariedad nos permite realizar una atención integral con el objetivo de cubrir todas las necesidades de las personas sin tener que moverlos de planta. En un mismo espacio trabajamos con neumólogos, internistas, cardiólogos o rehabilitadores… De esta forma damos cobertura a la mayoría de las demandas de los pacientes». Todo esto se consigue gracias al trabajo conjunto de la dirección médica y la dirección de enfermería, en la que se incluyen otros profesionales como fisioterapeutas, TCAE, celadores, técnicos especialistas y trabajadores sociales, hasta alcanzar un total de 473 personas bajo su dirección.

Como en cualquier hospital en estos momentos, uno de los principales retos ha sido la covid-19. Al caso de Santa Marina hay que sumar el hecho de que son personas mayores. «Nuestro trabajo siempre prioriza la seguridad del paciente y la atención y el trato humano. Por ejemplo, hemos mantenido las visitas en la zona de paliativos, pues las personas ingresadas pueden estar acompañadas las 24 horas del día. Lo hemos logrado llevando a cabo un control de los familiares con PCR continuas, facilitándoles el material de protección necesario para que puedan ver a sus familiares con seguridad e insistiendo en la necesidad de que extremen las medidas de precaución cuando están fuera del centro. Es la única forma de proteger a su familiar».

Esta dinámica ha sido posible gracias al aprendizaje continuo desde el inicio de la pandemia. «En la primera ola, en marzo, los pacientes estaban solos y eso no era lo idóneo. Somos un hospital que prioriza el trato y el confort y estábamos errando al dejar sin compañía a las personas ingresadas. Reorientamos todo y trabajamos para que siempre pudieran estar acompañados, gracias a un buen control sanitario de las familias, siempre manteniendo un equilibrio entre seguridad y humanización. Estamos orgullosos de haber logrado pasar esta prueba con los pacientes y sus familias».

La cercanía entre todos, profesionales sanitarios, pacientes y familias es una de las principales características del trabajo en Santa Marina. «Es un hospital que engancha. Somos una pequeña comunidad en la que todos interactuamos y participamos en las decisiones. La transversalidad es una de nuestras riquezas y la unión de todos una de nuestras fortalezas. Todo con la idea de implantar círculos de salud y organizaciones saludables y resilientes», concluye Arantxa.

Los dos grandes objetivos de la Dirección de Enfermería del Hospital de Santa Marina son convertirse en un centro de referencia para el paciente crónico, pluripatológico y de cuidados paliativos y ser un hospital magnético para sus profesionales

Arantxa Picón e Iraide Sarduy

Arantxa Picón, directora de Enfermería, e Iraide Sarduy, supervisora de Servicios Generales

Investigación y formación
En el marco de la línea de trabajo de ‘Docencia, innovación e investigación’, ya han comenzado a desarrollar un equipo multidisciplinar para impulsar esta área entre todos los profesionales. «Es una parcela en la que podemos mejorar y la idea es ayudar a los profesionales que quieran empezar a investigar. Vamos a fomentar que lean investigación, a difundir entre ellos guías de buenas prácticas… Queremos convertirnos en un centro comprometido con la excelencia de los cuidados», anuncia la directora de Enfermería de Santa Marina, Arantxa Picón. Para lograrlo, ya cuentan con el compromiso de todos los profesionales, como indica la supervisora de Enfermería, Iraide Sarduy. «En ocasiones es difícil ir más allá de la carga de trabajo diaria, pero con liderazgo y compromiso nos hemos puesto a trabajar en un ámbito como el de la investigación que, para muchas de nosotras, como es mi caso, era desconocido. Es un reto que hemos asumido para mejorar los cuidados».

Setenta y cinco años de historia
El Hospital de Santa Marina en Bilbao celebró en 2019 sus 75 años de historia. Construido en 1944 en una zona de montes de Bilbao, como centro para personas con tuberculosis, con el paso del tiempo ha ido adaptándose a las necesidades de cuidados, hasta convertirse en un hospital de referencia para los cuidados paliativos y la geriatría. Iraide Sarduy, supervisora de Enfermería, lleva 25 años en el centro. «He sido testigo de muchos cambios. Cuando llegué teníamos pacientes con patologías respiratorias, que eran autónomos. Ahora, tenemos pacientes pluripatológicos muy dependientes. Nos centramos en sus cuidados y sus familiares, garantizando también la continuidad asistencial con los equipos de Atención Primaria».

Hospital de Santa Marina

Hospital de Santa Marina, en Bilbao

Coordinación covid-19
Antes de llegar al Hospital de Santa Marina, Arantxa Picón formó parte del grupo de coordinación de la Red de Vigilancia Epidemiológica de Osakidetza contra la covid-19, formado por en equipo multidisciplinar. «Nuestra función era de vigilancia y control, comprobando cómo estaban las diferentes organizaciones sanitarias, respondiendo a las necesidades que iban surgiendo entre la población según las tasas de incidencia, organizando los cribados… Era un ámbito de acción muy amplio. Aprendí muchísimo. Fue como un máster de cuatro meses, con una visión muy orientada a la organización y a la gestión a nivel macro, en el que tuve la oportunidad de ofrecer mi punto de vista y de aportar la visión holística de la enfermería en la toma de decisiones».

 

 

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