En sociedad

Una sensibilidad especial

El hecho de ser enfermero permite a personas como Javier Ascaso, policía de Zaragoza, afrontar las situaciones especiales en su trabajo.

17 enero 2014 / Número 0 3 minutos de lectura

“La Enfermería me ha ayudado a tener una sensibilidad especial, a ver en mi trabajo policial, como agente de seguridad ciudadana, cómo tratar con la gente, ayudar a ciertas víctimas y manejar determinadas situaciones”. Son las palabras de Javier Ascaso Sánchez, policía de Zaragoza y graduado en Enfermería, unos estudios que cursó porque “antes de ser policía me gustaba el mundo de las emergencias. Había trabajado como técnico de emergencias en una UVI móvil. Fue una experiencia muy instructiva. Aprendí muchísimo de todo, de la vida, de la muerte… Esa vocación se me quedó y tenía la espinita clavada de estudiar Enfermería”.

Violencia machista

Durante el primer año del Grado, una profesora de la Universidad Europea de Madrid pidió a Javier que realizara un trabajo sobre su experiencia como policía vinculada con la violencia machista. “Me pareció interesante, lo fui desarrollando, ampliando información, hablando con la policía científica y la judicial. Tuve la oportunidad de dar charlas en centros de salud y hospitales de Madrid y Zaragoza”. Así fue como convirtió su investigación inicial en trabajo final de carrera sobre la percepción de los adolescentes del maltrato.

Javier Ascaso colabora como docente en la Universidad de Zaragoza. Ha dado charlas en la asignatura de Enfermería Comunitaria y en un máster sobre la materia, en las que ha abordado la actuación sanitaria en caso de detección o sospecha de violencia machista. Se trata de un asunto sobre el que todavía existe desconocimiento. “Los compañeros con los que hablo o los enfermeros a los que doy clase me dicen que el conocimiento que tenían era mínimo o ninguno”.

Ante las sospechas o detección de casos de maltrato, el personal sanitario tiene la obligación de actuar. “A veces pensamos que si la víctima no quiere denunciar no tenemos que hacer nada. Pero, la ley obliga al sanitario a comunicar el caso, lo antes posible, a las autoridades”. Para ello, existe un protocolo del Ministerio de Sanidad, actualizado en 2012, para emplear los recursos existentes. Una vez descubierto, hay que cuidar la actuación con la víctima. “Sufren una situación de opresión y limitación total, de dependencia psicológica en la que se acepta el maltrato o no se responde a él. Entonces hay que tratar que la víctima no se vuelva en contra del sanitario”.

ViolenciaDomestica2Detección en el centro de salud

El centro de salud y la consulta de la enfermera en atención primera son lugares en los que Javier Ascaso considera que se puede potenciar la detección de la violencia machista. A su juicio, las enfermeras son profesionales que pueden dar una respuesta adecuada a las situaciones de maltrato de la mujer.

“En la consulta de la enfermera, donde ya hay más que una toma de contacto, con una cierta confianza, puede informar a la enfermera de su situación de maltrato. Incluso, aunque la mujer no llegue a comunicarlo a su enfermera, ésta en ocasiones sí que tiene mecanismos para sospechar, tener dudas sobre lo que está pasando. Los profesionales tienen que saber que están en disposición, tienen la obligación de intentar indagar, más o menos sutilmente, de saber en qué situación se encuentra la mujer que sufre maltrato”.

No obstante, en muchas ocasiones los profesionales sanitarios con los que ha trabajado Javier Ascaso le confiesan la incapacidad que sienten para afrontar este problema. “Muchos me han contado sus experiencias, su impotencia ante no saber qué hacer, cómo actuar, qué decirle a la víctima, si tenían que denunciar o no, etcétera”, afirma Ascaso.

Pautas contra la violencia machista

Prevención, educación, detección y tratamiento son cuatro actuaciones que las enfermeras pueden realizar contra la violencia machista, según la experiencia de Javier Ascaso.

1. Prevención. “Es un problema de salud comunitaria, sobre todo a nivel de los centros de salud. No sólo existe desconocimiento entre el personal sanitario, sino también entre los ciudadanos. Las mujeres ignoran los niveles de protección que tienen, los mecanismos de ayuda, los organismos existentes, etc”.

2. Educación. “Hay que tener en cuenta que en ocasiones es como un trabajo social contra la cultura machista, que en muchas situaciones sigue existiendo”.

3. Detección. “Tenemos que conocer qué actuación hay que hacer; qué pautas y procedimientos; cómo se debe comunicar; distinguir qué caso es urgente y cuál no, en qué situaciones puede esperar esa comunicación y cuándo hay que avisar inmediatamente a la policía o al Ministerio Fiscal”.

4. Tratamiento y seguimiento. “Es necesario llevar a cabo un tratamiento multidisciplinar de la víctima de violencia machista”.

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