En sociedad

La enfermería se sube al ring

Paula Ruiz Cañada es enfermera y una experimentada boxeadora, subcampeona de España y campeona de la Comunidad de Madrid

09 febrero 2022 / Número 29 4 minutos de lectura

La enfermería no está reñida con el boxeo. Es un principio que Paula Ruiz Cañada se ha encargado de demostrar a lo largo de su trayectoria profesional. Enfermera de profesión y boxeadora de vocación, con 29 años compatibiliza su trabajo en el Centro de Salud de Campamento con las competiciones deportivas.

Su afición por el deporte viene desde que era pequeña. Esa pasión se ha ido transformando con el paso de los años. Paula se inició en la práctica deportiva con el baloncesto, un deporte que practicó hasta la adolescencia y que, con el tiempo, dio paso al running. Posteriormente, se inicia en las artes marciales y descubre su don para la disciplina Yawara-Jitsu, un deporte que comparte fundamentos con el judo en el que se premia la agilidad y la defensa, en la que predomina la velocidad en todas sus acciones. “Cuando llegué a la universidad, empecé a competir a nivel nacional. Se me daba bastante bien y gané 3 campeonatos de España seguidos. Pero en una de las peleas, tuve una luxación de hombro”.

Una lesión, una nueva oportunidad

Su lesión obligó a Paula a buscar soluciones creativas que le permitiesen seguir en el mundo de la defensa personal sin empeorar su dolencia. “Me apunté a boxeo con la intención de preparar el campeonato Yawara, pero en vez de llevármelo tanto a la parte de judo, me centré en la técnica propia del boxeo: más pegar y menos proyectar”.

Pasó el campeonato, pasaron los meses y el boxeo dejó de ser una solución temporal. “Empecé en el boxeo en 2015 solo entrenando, pero el entrenador me propuso competir y en 2018 llego a la final del Campeonato de España”. Obtuvo la medalla de plata en su categoría (-54 kilos). Un inicio vertiginoso que se ha consolidado en forma de medallas.

 

 

Autoexigencia y concentración: cualidades imprescindibles

“Soy una persona muy perfeccionista. El boxeo es un deporte que requiere mucha disciplina. Es una exigencia continua en lo físico y en lo mental. No puedes despistarte. En 3 minutos que dura un asalto, la consecuencia de ese despiste no es una canasta. Es un golpe”. La autoexigencia y la concentración que requiere un combate en esta disciplina parecen ser las causantes de que nuestra protagonista se esfuerce en su día a día por compaginar la enfermería con el deporte.

“A las 6 ya estoy despierta y empiezo el entrenamiento con algo de cardio en casa. Con el confinamiento, para no volverme loca, me compré una bicicleta de spinning. Después voy al gimnasio. Tengo días en los que hago algo más de aeróbico o boxeo y trabajo de fuerza. En el gimnasio entreno durante tres horas. Después voy a casa, como y me voy al trabajo”. Esta rutina sintetizada en pocas líneas compone su día a día donde las tardes las dedica a su profesión.

“Soy una persona muy perfeccionista. El boxeo es un deporte que requiere mucha disciplina. Es una exigencia continua en lo físico y en lo mental. No puedes despistarte. En 3 minutos que dura un asalto, la consecuencia de ese despiste no es una canasta. Es un golpe”

Trabajo enfermero

“Quiero continuar compitiendo durante este año de forma más exigente y una reducción de jornada es la mejor opción. Mi horario es de 17 a 21 horas”. Bajo esa premisa, sus objetivos profesionales se centran en reducciones de jornada en horario de tarde que le permitan compatibilizar su pasión por el boxeo con la enfermería.

Pese a que el deporte de competición es una de sus prioridades, su trabajo como enfermera le resulta muy gratificante. “El trato tan humano de la Atención Primaria me ha enganchado. Tener una relación más cercana, conocer el entorno del paciente y ver su evolución es algo que me gusta mucho”. Su predilección por la Primaria es evidente, y en ella encuentra capacidad de mejora en la atención al paciente. “Algo a mejorar son los tiempos de atención. Si nos ponemos estrictos con el horario, yo en 10 minutos no hago una cura porque no he quitado ni la venda. La solución pasa por contratar más personal o espaciar las citas”.

Su perspectiva sobre la enfermería ha variado con la pandemia. La Covid-19 ha modificado la forma de trabajar hasta el punto en el que la atención telefónica ha dejado de ser la excepción para convertirse en la norma. “Con la atención telefónica cuesta mucho identificar los síntomas. Es muy difícil el abordaje que se está haciendo. Nadie sabe lo complicado que es hacer un diagnóstico, especialmente por teléfono”.

El coronavirus no solo ha marcado a Paula en el ámbito profesional, también lo ha hecho a nivel personal. Ha contraído la enfermedad en dos ocasiones, una de ellas le ocasionó una neumonía bilateral que la llevó al hospital. “Los sanitarios que me atendieron me dijeron que me salvó mi condición física”.

“Mi sueño, algo utópico, sería fusionar mis dos pasiones: la enfermería con el deporte. Me encantaría trabajar en un club deportivo o el Comité Olímpico”

Un futuro deportivo

Ligar su faceta profesional como sanitaria y la actividad física es la combinación por la que pasa su futuro. “Mi sueño, algo utópico, sería fusionar mis dos pasiones: la enfermería con el deporte. Me encantaría trabajar en un club deportivo o el Comité Olímpico”.

Paula es consciente de las dificultades que entraña alcanzar esa utopía, aunque considera que la figura de la enfermera podría ser clave. “Hay muchas cosas que podría hacer la enfermería en el mundo deportivo, pero estamos desaprovechadas”.

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