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Fisioterapeutas entre los mejores

Ángel Basas y Francisco Santomé cuentan cómo es el dispositivo de fisioterapeutas de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro.

04 julio 2016 / Número 10 7 minutos de lectura

Ilusión y admiración son dos elementos que destacan en el equipaje de Ángel Basas y Francisco Santomé, responsables, respectivamente, del dispositivo de fisioterapia preparado por los comités olímpico y paralímpico español de cara a los Juegos de Río, en Brasil, que se van a disputar entre agosto y septiembre. Ángel Basas vivirá sus séptimos Juegos Olímpicos, desde que debutó como fisioterapeuta en Barcelona 92. Su maleta siempre va plena de ilusión. “El deseo y el anhelo de afrontar unos JJOO con ganas de disfrutarlos y vivirlos intensamente, a pesar de que es un trabajo muy duro.

Olimpiadas 6Tampoco faltan la compañía y el apoyo de los compañeros, de todos los profesionales sanitarios que vamos, de los entrenadores y, por supuesto, de los deportistas”. Francisco Santomé, por su parte, debutó como fisioterapeuta en Sidney 2000. Serán sus quintos juegos, cuatro de ellos paralímpicos. La capacidad de superación de los atletas con discapacidad y sus valores humanos sobresalen en el equipo con el que viaja Francisco. “Intentamos dar lo mejor para los mejores. No sólo han entrenado muchas horas sino que detrás de cada uno de ellos hay un gran esfuerzo personal, pues han tenido que superar muchísimas barreras”. Son cuatro años de trabajo, un ciclo olímpico, que tienen su reflejo en varias semanas de competición. Para Ángel, participar en el mayor acontecimiento deportivo mundial “es un sueño que tenía desde pequeño; es como un cuento que te permite vivir experiencias profesionales y personales magníficas”. Mientras que para Francisco se terminan las excusas que ponemos en nuestra vida cotidiana “cuando ves a 20.000 personas jóvenes, en la flor de la vida yendo a entrenar en su silla de ruedas, empujando ellos mismos la silla de competición, con los arneses necesarios para subirse. Para ellos, todo es posible”.

Ángel Basas fue atleta internacional sub 23 en triple salto y campeón de España en cinco ocasiones, desde Juvenil hasta Sub 23. Su experiencia como deportista de alta competición fue una de las razones que le llevaron a estudiar fisioterapia, al tener un contacto directo con la profesión. El otro motivo fundamental fue la vocación sanitaria de su familia, pues creció en la clínica de enfermería y podología de su padre. Son cinco hermanos, de los que tres son podólogos y una enfermera. Él, finalmente, eligió la fisioterapia, gracias a la que tuvo el privilegio de vivir en primera persona las Olimpiadas de Barcelona 92. “Las recuerdo con la ilusión de un niño, pues era muy joven. Durante un mes viví en una burbuja, compartiendo la villa olímpica con los deportistas a los que admiraba. Lógicamente tenía la inexperiencia de un novato, pero tuve la gran suerte de estar arropado por excelentes compañeros, que me ayudaron a crecer profesionalmente y me aportaron la serenidad que yo no tenía entonces para controlar el estrés competitivo al más alto nivel”, evoca Ángel Basas.

El dispositivo olímpico

En la actualidad, Ángel Basas es el coordinador del departamento de fisioterapia del Comité Olímpico Español. Ha sido el primer profesional de esta disciplina en formar parte de la Comisión Médica del COE, a la que accedió al inicio del actual ciclo olímpico. En Río de Janeiro estará al frente de un equipo de medio centenar de fisioterapeutas. “Me responsabilizo de la coordinación de todo el dispositivo, dentro de la villa olímpica y en los diferentes escenarios de las competiciones, para que los profesionales tengan todo lo necesario con el fin de desempeñar su trabajo y para que todos los atletas estén atendidos. Esto requiere una organización previa para cuadrar los calendarios y que todos los deportistas pueden ser tratados”.

En la villa olímpica, el COE instala su propio centro policlínico. Suele estar en los bajos del edificio donde residen los olímpicos españoles. “Allí tenemos todo lo necesario para atender a los deportistas. También contamos con el apoyo del policlínico central, gestionado por la organización de los Juegos. Es un despliegue impresionante, con todos los medios que puedas imaginar: ortopedas que hacen las férulas de escayola en el mismo momento o podólogos que fabrican una plantilla al instante… Todo in situ. En menos de 24 horas atienden cualquier necesidad”.

Junto a los servicios centrales, cada deporte cuenta con sus propias instalaciones. En el caso del atletismo es un box, formado por varias carpas y compartido con otros países. “Cada selección lleva su propio material. Montas tus camillas y tus equipos, desde una zona de aguas con baños fríos para la recuperación inmediata del atleta hasta los últimos avances en materia de electroterapia, ultrasonidos, láser, magnetoterapia, hipertermia… Además, cuentas con el apoyo de otro box central, dispuesto por la organización. Es como una pequeña clínica de campaña con más de 1.500 metros cuadrados”, describe Ángel. En los últimos Juegos, en Londres, España compartió espacio con Japón y Jamaica, conviviendo durante más de veinte días con atletas de la talla internacional de Usain Bolt.

“En la competición, tienes que saber controlar la ansiedad y el estrés del atleta antes de salir a la pista. A veces, cinco minutos antes te dicen que les molesta algo. Puede ser dolor real o psicológico. Entonces, debes darle una visión positiva y solucionar el problema con rapidez. Tu misión es transmitirles seguridad para que compitan con la máxima confianza”.

El dispositivo paralímpico

Francisco Santomé debutó como fisioterapeuta olímpico en los Juegos de Sidney, en el año 2000. En los siguientes, en Atenas, ya se integró en el servicio de fisioterapia de los Paralímpicos, del que es responsable desde Pekín 2008. Francisco desembarcó en el Comité Paralímpico Español para participar en la puesta en marcha de un servicio asistencial permanente para dar cobertura durante todo el año a los deportistas. “Fue un proyecto novedoso en el ámbito internacional, que desarrollamos desde cero. Ningún país tiene un modelo similar. Gracias al acuerdo de patrocinio directo con Sanitas, los paralímpicos tienen acceso a los recursos y profesionales sanitarios que tenemos en toda España. Así, en las consultas de fisioterapia atendemos a los deportistas de todas las disciplinas y tratamos sus lesiones”.

Para Río, está previsto que cinco médicos, nueve fisioterapeutas y un jefe de misión integren la delegación española. Tendrán su propio policlínico, equipado con ecógrafos portátiles, equipos de terapia combinada, corriente, láser, biorritmo, electromiografía, aparatos de compresión y frío, microondas, etc. “Tras instalar el dispositivo el primer día, cada jornada comienza a las seis y media de la mañana con una sesión clínica a la que acude todo el equipo, donde compartimos los casos que van surgiendo y asignamos las tareas para cubrir las necesidades de todos los paralímpicos. En este caso, todos los fisioterapeutas pueden atender a cualquier deportista, independientemente de la federación a la que pertenezcan”.

Fisioterapeutas de élite

Un ciclo olímpico se prolonga durante cuatro años. El fisioterapeuta desempeña una labor imprescindible para que cada deportista alcance sus metas. Hay que prevenir las lesiones y, si aparecen, facilitar su recuperación. “Nuestro objetivo es que se lesionen lo menos posible, utilizando todos los recursos terapéuticos, diseñando unos buenos protocolos preventivos, especialmente si han tenido algún tipo de daño previo. Lógicamente, no se puede prevenir un incidente, con lo que el trabajo se adapta a las características de cada prueba. Por ejemplo, en salto de altura sabes que pueden aparecer tendinopatías rotulianas”. Igualmente, el plan de trabajo también se adapta a la historia clínica de cada atleta. Así ha ocurrido con el saltador de longitud Eusebio Cáceres. “Ha sufrido varias lesiones importantes que le han impedido rendir al máximo. Para preparar los Juegos, hemos diseñado un plan de doce semanas muy exigentes con el fin de que no se lesione durante la competición. Es una fisioterapia más agresiva y precoz, que adapta los gestos que cada músculo o tendón realiza con entrenamientos más intensos, con el fin de que se adapten y soporten el esfuerzo que necesita hacer el deportista”.

estadio

Los fisioterapeutas paralímpicos trabajan con los mismos parámetros. “Las lesiones son las mismas. Lo único que hacemos es adaptar la terapéutica a la discapacidad del deportista”, matiza Francisco Santomé. “Por ejemplo, si sufre una tendinopatía del rotuliano y tiene una amputación infracondílea, sabemos que la prótesis le va a comprimir más esa parte del cuerpo y debemos protegerlo más. Sólo es eso. Procedo del mundo olímpico y no hay más diferencias. Lo único es la colaboración previa al tratamiento, ya que a veces hay que ayudarles a movilizarse en la camilla”.

Ya en la competición lo importante es el acompañamiento. “Tienes que saber controlar la ansiedad y el estrés del atleta antes de salir a la pista. A veces, cinco minutos antes te dicen que tienen una molestia. Puede ser dolor real o psicológico. Entonces, debes darle una visión positiva y solucionar el problema con rapidez, con un vendaje, un estiramiento… Otras veces, piden un calentamiento previo al que ellos hacen. Al final, tu misión es transmitirles seguridad para que compitan con la máxima confianza”, explica Ángel.

Doce JJOO

Olimpiadas 8Entre Ángel Basas y Francisco Santomé sumarán en Río doce Juegos. Es una experiencia inigualable en el deporte de alta competición que les ha permitido vivir momentos inolvidables. “En cada edición tienes tus momentos estelares. En Barcelona, cuando sonó el himno español en la ceremonia de entrega de la medalla de oro a Fermín Cacho vivimos una emoción tremenda, indescriptible. Cuando triunfa un atleta que has tratado tú, sientes una gran alegría y orgullo, porque has aportado tu grano de arena a su victoria”. Esto le ocurrió a Francisco con la nadadora Teresa Perales. “Fue en Pekin. Consiguió la medalla de oro en 50 metros libres, a pesar de que el día antes no podía moverse. Estaba entrenando por la tarde y se le produjo una contractura cervical. No podía girar el cuello. Iba a darse de baja. Al final, la recuperamos. Estuvimos más de cuatro horas, hasta las 2:30 de la mañana tratándola, con diferentes abordajes. Al día siguiente, por la mañana, ganó la carrera. Cuando salió y vino directamente a vernos, con la medalla, fue impresionante. A veces hay un milagro y consigues lo imposible. Lloras de alegría por todo el esfuerzo que han hecho para alcanzar su meta”. “No hay deporte paralímpico sin valores” afirma Francisco Santomé, responsable de fisioterapia del Comité Paralímpico Español. “Disciplinas como el triatlón son muy duras. La afrontan con un afán de superación inigualable. Esto me enganchó definitivamente”.

Trabajo en equipo, la mejor victoria

Paralimpiadas fisios cmyk El trabajo del equipo de fisioterapeutas en los Juegos es muy intenso. “Muchas veces no sabes cómo consiguen hacer ciertas cosas, lo que te motiva aún más. Su resultado es el mejor premio a tu trabajo. No hay deporte paralímpico sin valores y esto es lo que más me llena personalmente del trabajo que realizo con ellos”, confiesa Francisco Santomé, responsable del dispositivo de fisioterapia del Comité Paralímpico Español.  “Nuestro objetivo es que ellos compitan y que puedan alcanzar sus metas. Cuando esto ocurre, los ves encantados de la vida, con una expresión espectacular en su rostro. Sabes que olvidan lo mal que lo pasaron, por ejemplo, cuando tuvieron el accidente de tráfico que los dejó en silla de ruedas y te acuerdas de quienes circulan a 240 por la M40 en Madrid”.

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