Trabajo enfermero

Vigilantes de la salud

Carlos Belmar Ramírez, Irene Nevado Caparroso y Héctor Lozar García son tres enfermeros de Sanidad Exterior. Hablamos con ellos sobre su trabajo.

06 abril 2016 / Número 8 6 minutos de lectura

El enfermero Carlos Belmar Ramírez se sentó por primera vez en su escritorio de la Subdirección General de Sanidad Exterior el 7 de agosto de 2014. Ese día llegó a España el misionero Miguel Pajares, repatriado a nuestro país tras infectarse de ébola. Sin tiempo de adaptarse a sus nuevas responsabilidades, Carlos tuvo que gestionar la crisis provocada por la llegada de esta enfermedad a España. “Fue una locura. Como era verano, esperaba hacerme con el funcionamiento de todo de manera progresiva. Afortunadamente, como ya tenía una experiencia previa en el Centro de Vacunación Internacional de Cartagena, conseguí gestionar todo de la manera más operativa posible, para que los protocolos y la normativa necesaria para gestionar la alerta sanitaria fuera lo más eficaz posible y para que todo el mundo tuviera la información necesaria que le permitiera atender la emergencia. Gracias al trabajo del equipo, médicos, enfermeros y veterinarios, resolvimos la situación de manera satisfactoria”, recuerda Carlos.

La gestión de alertas sanitarias como la del ébola es una de las funciones de Sanidad Exterior, una de las competencias en materia de salud que mantiene el Estado, a través de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Desde este organismo coordinan la actividad de los Centros de Vacunación Internacional, donde un equipo de médicos y enfermeras son los responsables de asumir las tareas relacionadas con la salud pública en las fronteras españolas. Entre ellas, el control y vigilancia higiénico-sanitaria de puertos y aeropuertos de tráfico internacional e instalaciones fronterizas; el control y vigilancia de las condiciones higiénico-sanitarias en el tráfico internacional de personas, cadáveres y restos humanos, animales y bienes, incluyendo tanto los productos alimenticios y alimentarios como otros bienes susceptibles de poner en riesgo la salud de la población, como los medios de transporte internacionales; y la coordinación y colaboración con las autoridades de otros países y los organismos sanitarios internacionales.

Carlos Belmar, enfermero de la Subdirección General de Sanidad Exterior.

“Ante una alerta sanitaria somos muy operativos y empleamos la capacidad resolutiva de la enfermería ”.

Desde la Subdirección General de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad, Carlos Berlmar forma parte del equipo responsable de controlar la aplicación de todos los protocolos, las normativas y procedimientos para que se cumpla el Reglamento Sanitario Internacional en los puntos de entrada, puertos y aeropuertos españoles. En nuestro país, dentro de la Subdirección General, forma parte del Área de Control Sanitaria, que coordina toda la actividad y la información relacionada con las alertas sanitarias y los controles higiénico-sanitarios en medios de transporte internacional, desarrollada por los equipos de Sanidad Exterior ubicados en los Centros de Vacunación Internacional como el de Palma de Mallorca, donde trabajan la enfermera Irene Nevado y el enfermero Héctor Lozar. Ellos tienden a una media de 600 viajeros mensuales y suelen inspeccionar más de un centenar de cruceros y buques cada año.

Héctor descubrió la existencia de este tipo de centros a raíz de una alerta de neumonía asiática. “Estaba esperando que surgiera alguna suplencia y me llamaron del INEM para trabajar allí”, recuerda. En 2003 obtuvo la plaza definitiva, tras superar unas oposiciones. “Llevamos a cabo una enfermería muy agradable y muy interesante, porque te ofrece otro punto de vista de la salud pública. Por ejemplo, cuando vacunamos a alguien que va a realizar un viaje internacional hacemos la mayor educación sanitaria posible para que no tenga problemas. Hay recomendaciones generales, como las precauciones relacionadas con la alimentación y el agua, cómo emplear un buen repelente de mosquitos, cómo autoadministrarse correctamente una vacuna oral, evitar enfermedades transmitidas por picadura de mosquito en zonas de selva, prevenir el mal de altura en lugares de gran altitud o qué debemos incluir en un botiquín de viaje”. El perfil de quienes solicitan el certificado internacional que la Organización Mundial de la Salud exige para viajar a determinados países ha variado a lo largo de los últimos años. Antes de la crisis económica, vacunaban sobre todo a viajeros turísticos. En la actualdad, son viajes de trabajo, relacionados con ongs y visitas de inmigrantes, por motivos familiares, a sus países de origen.

Vanguardia mundial

La enfermería española de Sanidad Exterior se encuentra a la vanguardia en Europa y el resto del mundo, según indica Carlos Bernal Ramírez. “Somos uno de los países que más inspectores tenemos y que mejor trabajo de inspección realiza”. De hecho, enfermeras como Irene Nevado suelen impartir cursos de formación sobre la materia, especialmente para instruir a profesionales sanitarios de países de la costa mediterránea de África.

Trabajo de inspección

Exterior irene hector cmyk

Exterior hector educacion cmykEl Centro de Vacunación Internacional de Palma de Mallorca está ubicado en la calle Muelle Viejo, cerca del centro urbano de la isla y del puerto marítimo. Desde este lugar tienen a su cargo el puerto y aeropuerto internacional de Palma, así como los del resto de las Islas Baleares. De esta manera, son los responsables de inspeccionar todos los barcos que atracan allí y necesitan renovar el certificado de la OMS que les permite navegar por aguas internacionales. Habitualmente inspeccionan cruceros, yates y ferrys, una labor que suele llevar entre las tres y las seis horas, dependiendo del tipo de embarcación. “Verificamos todo lo que está relacionado con la salud pública”, explica Irene. “En primer lugar comprobamos que tienen la documentación administrativa en regla. Posteriormente, examinamos el estado de todo el buque, desde el servicio médico hasta los lugares que pudieran ser focos de infección como los baños, las cocinas, los camarotes… Verificamos la temperatura del agua para controlar la legionella, miramos los filtros de aire, tomamos muestra de las piscinas para obtener el rango de ph y cloro…”.

En el caso de los aeropuertos, el Centro Internacional de Vacunación de Palma se ocupa de atender todas las alertas. Por ejemplo, este último verano tuvieron que realizar tres actuaciones relacionadas con el ébola. Para ello, se coordinan con el equipo médico de cada aeródromo. “En un avión el trabajo de inspección es más complicado. Por ejemplo, se nos dio el caso de un avión procedente de Alemania que generó una alerta por un caso de virus. Estaban en la pista y nos desplazamos todo el equipo. Me comuniqué en inglés y la azafata traducía al alemán. Llevaban una hora parados y no sabían la razón. Al final, no ocurrió nada y bajaron sin problema”, recuerda Irene, que llegó a Mallorca en 2009 procedente de Alicante, donde había obtenido la plaza por oposición un año antes.

La inspección de yates es una de las funciones que Irene Nevado destaca cuando habla de su día a día. “Ves todo lo que se mueve alrededor de estas embarcaciones de lujo. A veces todo está bañado en oro y en los baños les resulta incómodo que abras los grifos para tomar muestras de agua, ya que les sorprende que lo hagas porque todo está muy limpio”.
El trato con las personas que acuden a un centro de vacunación internacional es diferente respecto al del ámbito hospitalario o de atención primaria. “El viajero acude predispueso a recibir educación sanitaria y a informarse de riesgos relacionados con su viaje. Muchas veces, repasando con ellos su itinerario, te piden consejos sobre los lugares a visitar o qué hacer en determinadas situaciones, incluso recibimos postales o nos vienen a ver a la vuelta de su viaje. Para nosotros es un trabajo más amable”, resumen Héctor Lozar e Irene Nevado.

Exterior carlos cmykControl de fronteras

“Controlar que no entren enfermedades por las fronteras españolas a través de los medios de transporte”. Así resume Carlos Belmar Ramírez el trabajo de las enfermeras de Sanidad Exterior. “Actuamos en caso de que se produzca cualquier tipo de alerta sanitaria, en puertos y aeropuertos internacionales”.

Simulacros ante alertas sanitarias

Desde su responsabilidad en la Subdirección General de Sanidad Exterior, Carlos Belmar Ramírez colabora en diferentes simulacros de actuación, organizados por la Fuerza de Acción Marítima de la Armada (FAM). “Se trata de un ejercicio global en el que se simulan diferentes escenarios relacionados con la actuación de la administración pública en la mar. Se establecen doce escenarios diferentes, en un punto distinto de la costa española. En estos ejercicios anuales participan los organismos y entidades implicadas en la seguridad marítima. Uno de los simulacros está relacionado con un caso de enfermedad infecciosa transmisible a bordo de un buque. Se lleva a cabo en algún puerto español y tratamos de evaluar las actuaciones de Sanidad Exterior y de los diferentes organismos que tienen que intervenir en estos casos”. El último simulacro tuvo lugar en mayo de 2015 en Barcelona, con un buque en el que viajaban personas sospechosas de estar infectadas con el ébola. “Mi función fue de observador para la posterior evaluación del mismo. También colaboré en todo el proceso previo de creación del escenario”, explica Carlos Berlmar, que en la actualidad también está colaborando en la elaboración de un protocolo de simulacros en alertas sanitarias para Sanidad Exterior, “que en nuestro ámbito de actuación son muy importantes porque evalúan la capacidad y el funcionamiento correcto de las comunicaciones en caso de que surja una emergencia”.

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