Opinión

Un galardón “de peso”

Por tercer año, los Premios de la Enfermería llegarán para desordenar la profesión, para poner nombres y apellidos a quienes nos hacen avanzar con su trabajo.

31 agosto 2016 / Número 11 2 minutos de lectura

Finaliza el verano. Después de que las vacaciones desordenen nuestra rutina, todo regresa a la normalidad. Las planillas de enfermería vuelven a organizar nuestra vida cotidiana. Son el signo inevitable de que todo recobra su orden habitual. Poco a poco, retomamos costumbres que habían quedado suspendidas, como la lectura de la revista Enfermería en Desarrollo. Su nuevo número llega a nuestras casas como un soplo del aire fresco de otoño tan necesario en estos días para afrontar la última parte del año. De manera inconsciente, en el calendario señalamos las fechas más destacadas que nos quedan por vivir hasta diciembre. La revista, en nuestro particular planillo, ya tiene subrayado el 24 de noviembre, día en el que celebraremos los Premios de la Enfermería y pondremos el broche de oro a este 2016.

Por tercer año consecutivo, los Premios Enfermería en Desarrollo llegarán para desordenar la profesión, para poner nombres y apellidos a los héroes y heroinas que nos hacen avanzar con su trabajo, buscando la innovación, la calidad percibida, la prevención y promoción del autociodado, siendo corresponsables con la salud de sus pacientes, mejorando nuestro trabajo a través del conocimiento científico, contribuyendo a mejorar la imagen de la enfermería entre la sociedad. Son los valores de nuestro premios, con todo su peso, porque realmente el galardón “pesa”. Recuerdo, estos días de preparativos, la buena impresión que el premio causó en Nerea Barros cuando se lo enseñamos. Acababa de ganar el Goya a la actriz revelación del cine español. Con la misma espontaneidad con la que presentó la gala del año pasado, nos contó que al tenerlo entre sus manos había tenido sensaciones similares a las que había vivido cuando le entregaron su Goya. “¡Es que pesa igual! Es bueno que los premios pesen, sientas su empaque cuando te lo entregan. Es como un símbolo de todo el trabajo que has hecho para conseguirlo”, nos dijo. Realmente, estaba asombrada. Así me siento, admirado, con las doscientas candidaturas que se han vuelto a presentar este año. Todas inciden en un aspecto que merece ser premiado. En todas subyacen los valores que nos identifican como profesión. En todas compruebas que el hecho de poder llevar nuestros cuidados a la población, por sí mismo, es la principal recompensa que nos llevamos cada día, con nuestro trabajo cotidiano. Todas merecen recibir el reconocimiento de la profesión y de la sociedad. Para ello trabajamos en Enfermería en Desarrollo, para contar cuanto hacemos y para poner el foco en las historias que ennoblecen la enfermería. Éste es nuestro premio. Es vuestro premio.

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