Clara, de 8 años, juega sola en un rincón del parque mientras sus padres la observan a unos metros de distancia. A pesar de su corta edad, Clara carga con el peso invisible de la ansiedad. Como ella, son muchos los niños y adolescentes que ven sus vidas y su futuro marcados como consecuencia de algún problema de salud mental.
Sin embargo, el caso de Clara es muy diferente al de otros niños. Ella estudia en un colegio en el que la enfermera escolar trabaja en coordinación con los profesores, los padres y el centro de salud de su zona, de forma que tanto la detección del problema como su derivación al centro de salud mental y su posterior seguimiento ha sido mucho más sencillo que para muchos otros niños o adolescentes con éste u otros problemas.
La salud mental en la infancia y adolescencia es un tema de absoluta trascendencia, al que no se está dando la atención que requiere. Según datos del informe «Aproximación a la salud mental en España», publicado en abril de 2023 por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, el 70% de los casos comienzan a lo largo de una de estas dos etapas. Y aquí es donde el trabajo tanto de las enfermeras escolares como de las especialistas en enfermería familiar y comunitaria, o ya en el siguiente nivel asistencial, el de las especialistas en salud mental, pueden ser determinantes para el futuro de miles de niños.
La detección precoz es una de las áreas donde la enfermería puede marcar una gran diferencia. Tenemos una muy buena formación específica y contamos con un contacto constante con los niños en los diferentes entornos, así que estamos en una posición privilegiada para identificar los primeros signos de muchos de los problemas de salud mental. En los colegios, por ejemplo, podemos trabajar en estrecha colaboración con profesores y padres para desarrollar planes de apoyo individualizados que aborden las necesidades específicas de cada niño.
Las enfermeras especialistas son vitales para la detección e identificación temprana. Posteriormente, una vez identificados los problemas, son también esenciales en la planificación y ejecución de estrategias de intervención, ayudando a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia. La salud mental en la infancia y adolescencia es un tema de absoluta trascendencia, al que no se está dando la atención que requiere. Según datos del informe «Aproximación a la salud mental en España», La salud mental en la infancia y adolescencia es nuestro elefante en la habitación, y no podemos seguir ignorándola ni perpetuando los estigmas. Es nuestro deber trabajar juntos para asegurar que cada niño y adolescente tenga acceso al cuidado y apoyo que necesitan para prosperar.