Opinión

Teatro

Aprender a través del teatro tiene un potencial único para las enfermeras. Permite reforzar valores como el respeto, la aceptación, el compromiso, la igualdad, la escucha, el valor del equipo.

24 julio 2020 / Número 25 2 minutos de lectura

Hace algunos años, el azar y otras circunstancias, me llevaron a traspasar por primera vez las puertas de ArtEspacio Plot Point, una escuela y sala de teatro situada en el centro de Madrid. En sus instalaciones, pequeñas en metros cuadrados aunque infinitas en entusiasmo, creatividad, trabajo y dedicación, descubrí la grandeza de un mundo que hasta entonces había permanecido oculto a mis ojos. Y quedé hechizada para siempre.

Entrar en el universo del teatro es tener la oportunidad de participar en uno de los juegos más divertidos y pedagógicos que conozco. Puedes viajar en el tiempo, envejecer o rejuvenecer, ser héroe o villano… transformarte en infinitos personajes y seguir siendo tú misma. Sin embargo, todo tiene un precio. En este caso, aunque la recompensa es grande, a veces no es fácil decidirse a pagar el peaje. Y es que el teatro pide que desaprendas viejos patrones de conducta, que sueltes y dejes marchar prejuicios limitadores a los que has permanecido enganchado durante toda tu vida, que te des permiso para conectar con tus emociones, para emocionarte y para emocionar a otros.

Cuando estudias un personaje, aprendes a conocerlo, conectas con él y con sus emociones y lo aceptas con sus grandezas y miserias. No es importante si el protagonista comparte contigo creencias, valores o convicciones. Es algo más profundo que tiene que ver con el respeto y la aceptación del otro.

Siempre, siempre, actúas desde la verdad, porque si el teatro es emoción, tú tienes que trabajar desde la verdad de las emociones. Puede que nunca hayas vivido la misma situación que el personaje que interpretas, pero la emoción que le acompaña seguro que puedes reconocerla. Entonces, es cuestión de buscarla dentro de ti y darle la intensidad adecuada.

Si entras en una escuela de teatro, tienes que estar preparado para volver a jugar y dejar los problemas y las rutinas aparcados, al menos mientras dura el espectáculo. Poco a poco, casi sin darte cuenta, se crea la magia. Justo cuando comienza el placer, lo hace también el verdadero aprendizaje.

Soy enfermera. Estoy acostumbrada a trabajar en un mundo donde las emociones tienen un papel protagónico y donde, en demasiadas ocasiones, nos cuesta reconocerlas tanto en los otros como en nosotras. Por eso, te propongo que vuelvas a leer desde el segundo párrafo de esta reflexión. Quiero que hagas el ejercicio de imaginar que el personaje o el protagonista del que hablamos es en realidad una de las personas a las que cuidamos, y que la aprendiz de actriz eres, en realidad, tú, enfermera. ¿Te das cuenta de lo parecidos que somos todos en el mundo de las emociones?

En algunas facultades ya existe la posibilidad de estudiar interpretación como materia opcional. Sin embargo, en el Grado en Enfermería, debería estar incluida en el desarrollo curricular de la disciplina.

Aprender a través del teatro tiene un potencial único para las enfermeras. Permite reforzar valores como el respeto, la aceptación, el compromiso, la igualdad, la escucha, el valor del equipo…. Y, sobre todo, es divertido, muy divertido.

Etiquetas: enfermeria y arte