Opinión

Somos generadoras y dueñas de nuestro talento

Es urgente que el optimismo y la energía y de nuestros proyectos se traslade a los despachos, con medidas a favor de la enfermería. Esto es lo que nos falta.

01 diciembre 2019 / Número 23 3 minutos de lectura

Quiero compartir con los lectores una sensación que he vivido en los meses previos a los Premios ED. Muchas personas, de diferentes contextos y organizaciones, me decían continuamente: “¡En noviembre tenemos los premios!”. Reconozco que ese “tenemos”, en primera persona del plural, ese reconocimiento de la gala como algo suyo, de toda la profesión, me emocionaba profundamente. Significa que los premios han conquistado el corazón de muchas enfermeras, que los viven como “los premios de la enfermería”. Esto es un honor para todos los que desde FUDEN y SATSE organizamos el evento.

Creo que lo que ha conseguido seducir y atraer a tantos corazones ha sido el cambio de enfoque que hemos dado a la profesión y a los profesionales con la revista y los premios. Priorizamos la responsabilidad social y el servicio público sobre cualquier interés personal o económico. Los titulares que las enfermeras acaparamos en las noticias redundan en las precarias condiciones de trabajo o en las agresiones. Estos enfoques no reflejan el trabajo de las enfermeras, con toda su riqueza y sus matices, con la complejidad y la diversidad de nuestros cuidados y servicio a las personas. Vimos que era necesario sustituir esa práctica centrada en hablar de las barreras a las que nos enfrentamos por un nuevo discurso que refleje nuestro potencial y talento, poniendo voz a proyectos silenciados, aportando luz a espacios asistenciales en la sombra, acercándonos a las personas y sus historias. Es cuanto se pone de manifiesto en todas las ediciones de los premios, los magníficos proyectos realizados en todos los rincones de nuestro país. Y es que las barreras de la enfermería, que las hay, son externas, no internas. Esto es una gran noticia, porque las enfermeras somos generadoras y dueñas de este talento.

Las barreras están fuera, pero nosotras tenemos la capacidad de transformar esta realidad y asumimos esta responsabilidad. Hemos cambiado el asiento de pasajero por el de conductor de nuestro desarrollo y del de las personas a las que cuidamos. Por supuesto, asumimos los riesgos que esto implica. Si de algo nos ha servido ir tanto años como pasajeras, observando las barreras que nos impiden progresar, es para conocer la estrechez de mente y falta de visión de muchas de las personas con puestos de responsabilidad, que toman decisiones y fomentan políticas basadas en presunciones obsoletas, generando discordancia entre lo que la ciencia dice y lo que se hace.

Amelia Amezcua, directora de FUDEN.
“¿Tenemos las enfermeras en España estas tres condiciones necesarias para liberar todo el potencial? ¿Capacidad, recursos y apoyo político?”.

La revista “The Lancet” ha publicado un editorial dedicado a las enfermeras a propósito del 2020, designado por la OMS como el año internacional de la enfermera. Titulado “2020: liberar todo el potencial de la enfermera”, asegura que estamos muy lejos de darnos cuenta del valor total de la enfermería. Afirma que si mejora la enfermería mejora la atención sanitaria. Por ello, reclama a los gobiernos y sistemas de salud que reconozcan el verdadero potencial de las enfermeras. También advierte que para mostrar la evidencia y el impacto de lo que hacemos, y satisfacer las necesidades de salud a nivel mundial, hay que garantizar nuestro desarrollo y capacitación, contar con recursos suficientes y con apoyo político e institucional. Por ello, quiero formular la siguiente cuestión: ¿Tenemos las enfermeras en España estas tres condiciones necesarias para liberar todo el potencial? ¿Capacidad, recursos y apoyo político?

Nuestro país cuenta con la generación de enfermeras mejor formada, la más activa y con más vocación de servicio.Creamos oportunidades para mejorar la salud e impactamos en la calidad de vida de las personas, abriendo una nueva cartera de servicios y procesos de cuidados necesaria para la población y para afrontar los desafíos de la sociedad. Pero no siempre “somos” ni “tenemos” los recursos suficientes y raras veces contamos con apoyo político e institucional. Es urgente que el optimismo, la energía y la utopía de nuestros proyectos se traslade a los despachos y salas de reuniones, con medidas a favor de la enfermería. Esto es lo único que nos falta a las enfermeras, para liberar nuestro potencial.

Etiquetas: liderazgo enfermero