Mientras cursaba el grado en Enfermería, la abuela de Miriam Leñero Cirujano padeció un cáncer de colon en fase terminal. “Me daba cuenta que aparte de la medicación y de los cuidados técnicos, faltaba algo más. Mi familia y yo tratábamos de que los momentos que mi abuela estaba con nosotros lo pasara lo mejor posible, sacarle una sonrisa y distraerla, con el fin de que no pensara tanto en su enfermedad. Me di cuenta que esta actitud mejoró su calidad de vida”. Miriam plasmó esta experiencia de vida en su trabajo fin de grado. “Desarrollé el caso clínico de cómo una intervención enfermera basada en el humor permite que una persona con cáncer terminal pueda tener una buena calidad de vida. A partir de ahí, me empecé a plantear si se podría integrar el humor en los cuidados generales de enfermería, tanto en Atención Primaria como Especializada”, recuerda Miriam, que se graduó en el año 2013 en la Universidad Complutense.
Miriam es un ejemplo de cómo el trabajo fin de grado puede formar parte del desarrollo profesional de los estudiantes de Enfermería una vez finalizan su formación universitaria. También en la Complutense, cursó el Máster de Investigación en Cuidados de Salud, en el que realizó un estudio para comprobar si los estudiantes estaban capacitados en cuestiones relacionadas con el humor. “Me encontré lo que esperaba. La mayoría no estaba formado en este tema, ni en el plano práctico ni teórico. No se les enseña esta técnica, que forma parte del cuidado de humanización de la enfermería. Sin embargo, todos la demandaban, ya que consideraban que sería beneficioso para su actividad con los pacientes”.
“El humor tiene un valor relevante en la salud y es una estrategia que las enfermeras deberíamos integrar en los cuidados”.
El siguiente paso fue conocer la opinión de los pacientes. Para ello, realizó un nuevo estudio entre personas en período preoperatorio, a quienes preguntó si consideraban que podrían disminuir su ansiedad si se les tratase con un poco de humor antes de pasar por el quirófano. Casi el 90 por ciento respondió de manera afirmativa. Este trabajo obtuvo el primer accesit en las V Jornadas de Prácticas Avanzadas en Cuidados Enfermeros organizadas por el Sindicato de Enfermería (SATSE), en el Hospital 12 de Octubre de Madrid en marzo de 2015.
“Sabiendo que los pacientes lo demandan y que los alumnos no están formados, tenemos que hacer algo. En esta línea es en la que estoy trabajando en la actualidad”. De esta manera, Miriam está estudiando la posibilidad de realizar un ensayo clínico para comprobar cómo una intervención enfermera basada en el humor repercute en la calidad de vida de los pacientes. “No estamos hablando de que por el hecho de reírte te vayas a curar, claro que no, pero te ayuda a sobrellevar mejor la enfermedad. De la misma manera que la insulina, por ejemplo, no es capaz de curar a una persona diabética, pero sí que le ayuda a seguir adelante. Por ello, debemos integrar el humor como una parte más de los cuidados. Para mí, es una gran satisfacción cuando consigo una sonrisa a una persona que va a entrar en un quirófano o que está padeciendo una enfermedad incurable. El humor no es nada nuevo, aún así está infravalorado en la práctica clínica diaria, a pesar de sar una estrategia importante en el cuidado enfermero”.
Una intervención NIC
La NIC reconoce al humor como una intervención enfermera. Bajo esta premisa, Miriam Leñero Cirujano ha realizado una revisión bibliográfica sobre su aplicación en los cuidados. Especialmente ha encontrado prácticas relacionadas con los pacientes pediátricos, no así en los adultos, donde es más complejo. “Cada persona tiene una percepción distinta del humor”, señala. “De esta manera, tenemos que explorar diferentes posibilidades para trabajar el humor”. Igualmente, Miriam también considera importante sensibilizar al conjunto de la profesión enfermera sobre el valor del humor. “Inicialmente, cuando planteo el tema encuentro cierta reticencia, ya que podría resultar más práctico un estudio sobre nutrición que sobre esta intervención. Pero una vez que expongo los resultados y las líneas de investigación que estoy siguiendo, la mayoría de compañeros se interesan por la cuestión y comprenden el sentido del trabajo. Al respecto, creo que tenemos que sensibilizarnos más, como profesionales, sobre la importancia de obtener una sonrisa mientras cuidamos a nuestros pacientes. Para ello, deberíamos potenciar el conocimiento sobre las posibilidades terapéuticas que puede ofrecer el humor”.
Enfermera asistencial y docente
Miriam Leñero Cirujano es enfermera de quirófano en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Además es colaboradora del Departamento de Enfermería Médico-Quirúrgica de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid, donde se graduó en 2013 y realizó el Máster de Investigación en Cuidados de Salud. A sus 24 años también es profesora en una academia de formación profesional para auxiliares de enfermería.