Aunque es la primera vez que dos profesionales enfermeros desempeñan esta responsabilidad en Castilla La Mancha, hablan de sus funciones con absoluta normalidad y naturalidad. Esperan haber abierto el camino a otros compañeros para que más pronto que tarde deje de ser noticia que un enfermero sea la autoridad sanitaria de su provincia, su autonomía y, por qué no, el Estado. En agosto de 2015, Margarita Gascueña Luengo y Francisco José García Sánchez se convirtieron en los primeros enfermeros de Castilla La Mancha en ser directores provinciales de sanidad, en Guadalajara y Ciudad Real. Aceptaban así el reto que les había planteado el nuevo consejero autonómico, de Sanidad, Jesús Fernández, quien además confió en un tercer enfermero, Pedro José Añó, para desempeñar estas mismas funciones en Toledo, cargo que ha ocupado hasta su reciente fallecimiento, el 19 de febrero de 2016. Por delante, tienen el reto de superar los recortes en las políticas sanitarias públicas llevados a cabo por la anterior administración autonómica del PP. “Quitar es fácil, pero recuperar una dotación presupuestaria es más complicado”, advierte Francisco José. A pesar de las dificultades, afirma que lo más gratificante de su trabajo es “palpar el día a día, visitar los dispositivos sanitarios, reunirte con los colectivos sociales, trabajar en sintonía con tus compañeros. En definitiva, aportar mi granito de arena para mejorar el sistema de salud”. En esta misma línea, Margarita Gascueña añade que desde su posición “puedo hacer mucho para ayudar a la gente. Es gratificante tener la posibilidad de resolver los pequeños problemas del día a día, los inconvenientes que te manifiestan los pacientes”. Por el contrario, lo más complicado es tener unos recursos limitados que obligan a priorizar unas necesidades sobre otras.
Margarita Gascueña Luengo
“Debemos ser osadas para que se nos visibilice más”
Su crecimiento profesional es muy similar al desarrollo de la enfermería en España. Orgullo, vértigo… ¿Qué siente cuando mira hacia atrás?
Pues la verdad es que un poco de vértigo, por todo lo que ha cambiado para bien. Cuando empecé a trabajar estaba en un pueblo sola, con nuestras manitas y poco más, con 24 horas de guardia. Si salías a algún sitio, tenías que dejar un cartel en la puerta. Con guardias en áreas rurales que hacías con ayuda de los compañeros a pesar de la falta de medios. Desde luego, la reforma sanitaria, los centros de salud y las estructuras básicas de salud han sido un empuje importante para la sanidad pública y para los profesionales.
¿Cómo mira al futuro cuando proyecta su experiencia, ahora que tiene la oportunidad de crearlo desde su nueva responsabilidad?
Tenemos un futuro esperanzador, después de los recortes que hemos sufrido en estos años. Cuando asumes la responsabilidad de hacer política es porque quieres cambiar las cosas y mejorarlas, intentar que los profesionales recobren la dignidad y el estatus que teníamos, recuperar los derechos que hemos perdido.
¿Le resultó complicado aceptar la dirección provincial?
La verdad es que sí que me costó, porque yo he estado siempre en asistencia. Para mí es un orgullo trabajar en atención primaria con mis pacientes. Cuando me lo plantearon, porque yo no me he dedicado nunca a la política, me quedé perpleja. Pero, al final pensé que era otra forma de trabajar para los ciudadanos, para mejorar la asistencia y el servicio de salud de Castilla La Mancha. Desde la política se puede transformar la realidad. He sido un poco osada, pero creo que en enfermería tenemos que serlo. Debemos saltar a la palestra y estar en puestos de gestión, donde se nos visibilice. Las enfermeras tenemos que empoderarnos más y ser capaces de demostrar nuestro nivel y potencial, nuestra capacidad para mejorar el sistema sanitario.
¿Cuáles son vuestras principales líneas de trabajo?
La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad son nuestros pilares. Tenemos que intentar que los ciudadanos no enfermen, porque es la única manera de no colapsar los hospitales. En materia de infraestructuras, estamos trabajando en el nuevo Hospital de Guadalajara, cuyas obras estaban paralizadas y queremos retomar. La humanización es otro de nuestros objetivos, no sólo del trato a los pacientes, sino también a los profesionales.
¿Cómo vais a trabajar con las enfermeras?
Desde esta dirección, y desde luego tanto el presidente de Castilla La Mancha, García Paje, como el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, tenemos muy claro que la enfermería somos la punta de lanza. En Atención Primaria, tenemos que potenciar muchísimo nuestra labor, ajustando las plantillas a las nuevas necesidades y a las competencias que debemos asumir en prevención y promoción de la salud. En Especializada también estamos infrautilizados, ya que tenemos muchas capacidades. Luego está el tema de los especialistas, que tienen una preparación exquisita. Deben tener un sitio donde trabajar realmente como lo que son. Vamos a intentar que los nuevos graduados no se formen para emigrar, sino para que se queden aquí con nosotros, para que podamos rentabilizar lo que invertimos en ellos. Todos tienen una formación estupenda que debemos optimizar. Desde la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha estamos intentando compensar todas las plazas que se destruyeron. Sólo en Guadalajara se amortizaron 45, más las sustituciones que no se cubrieron. Desde enero hemos comenzado a contratar más personal.
Como enfermera de primaria, viviste la lucha por las nuevas competencias. ¿Te recuerda el rechazo de entonces a lo que ocurre ahora con la prescripción?
Así es. Aún recuerdo las protestas de otros colectivos en contra de las consultas de enfermería. Hablaban de intrusismo, de que no estábamos preparadas, pero la realidad era la contraria. Parecía algo novedoso, cuando en Europa nos llevaban años de ventaja. Ahora nadie cuestiona nuestro papel en la promoción de la salud y la enfermedad. El decreto de prescripción es un despropósito. Crea un problema donde no existía. Es un retroceso que entorpece nuestro desarrollo y autonomía profesionales.
Cuarenta años de crecimiento
Margarita Gascueña Luengo comenzó como practicante titular en Villalba del Rey (Cuenca). A sus 58 años, está en la cima de su trayectoria profesional como Directora Provincial de Sanidad de Guadalajara, tras desarrollar la mayor parte de su vida laboral en el Centro de Salud Sur de Guadalajara, donde ha sido coordinadora de enfermería durante más de 25 años. Aquí llegó en 1985, tras obtener su plaza en la primera oposición de ATS, una formación que recibió en la Escuela Salus Infirmorum de Cuenca.
Margarita Gascueña, Directora Provincial de Sanidad de Guadalajara.
“Los enfermeros tenemos la capacidad necesaria para mejorar el sistema sanitario. Tenemos que ser capaces de mostrar a la sociedad nuestro nivel y todo el potencial que tenemos”.
Francisco J. García Sánchez
“Podemos y debemos asumir funciones de gestión”
¿Qué reflexión le llevó a asumir la Dirección Provincial?
Fue un gesto de gran responsabilidad. Hemos pasado cuatro años muy duros en Castilla La Mancha por los recortes. Había que dar un paso al frente, en un momento complicado, para trabajar por la sanidad pública. Aparte de la responsabilidad directa sobre los servicios de salud pública, planificación e inspección, tengo que coordinarme con los dispositivos asistenciales y es una oportunidad para darle un enfoque diferente, de revisar cómo hacemos para trabajar mejor. Por último, y no menos importante, porque era la primera vez que un enfermero es autoridad sanitaria y desempeña un puesto tan importante. Es una forma de decir que nosotros podemos y debemos hacerlo. Si se nos abre una puerta, no podemos decir que no nos interesa pasar por ella, ya que no sabemos si tendremos otra oportunidad.
¿Siente una doble responsabilidad por el hecho de ser enfermero y abrir camino a otros compañeros?
Me siento responsable de lo que hago no sólo por ser enfermero sino porque como servidor público tenemos que hacer una buena gestión de los recursos y hacerlo lo mejor posible. Me siento tan responsable como cuando estoy en mi consulta y gestiono los recursos que tengo con mis pacientes. Sin duda, ser el primero conlleva un plus de responsabilidad, pero no me levanto todos los días pensando que como soy enfermero debo hacerlo todo doblemente bien. Trabajo con la responsabilidad de un funcionario público. Sé que me pueden mirar con una doble lupa, pero al final obras son amores y no buenas razones. El ciudadano quiere que se resuelvan sus problemas y no le importa si quien lo hace es médico, enfermero, farmacéutico, veterinario, abogado o periodista. Para ocupar un cargo de gestión, debemos tener aptitud y actitud. Desde luego, ninguna carrera universitaria te da ese plus. La gestión requiere competencias, formación, sentido común, requisitos que no te da ninguna disciplina científica por sí misma… En este país, tiene que dejar de ser noticia que una enfermera sea gerente de un hospital. Ya nos hemos normalizado a nivel formativo. Podemos ser grado, máster y doctor. Ahora corresponde la normalización a nivel laboral y de gestión. Aún tenemos muchos hitos por conseguir, pero lo lograremos. Por ejemplo en prescripción, tarde o temprano lo conseguiremos, a pesar de todas las trabas que nos pongan.
¿Qué políticas estáis llevando a cabo en materia de salud?
A nivel general, queremos recuperar los derechos perdidos por la función pública, como la jornada semanal de 35 horas, los días de libre disposición, etc. Tenemos que redimensionar la política de recortes brutales que hemos sufrido en materia de personal, no sólo los despidos sino el maltrato al que se nos sometió, sin escucharnos, con el ordeno y mando. A nivel asistencial y de SESCAM, intentaremos dignificar la asistencia sanitaria, pensar más en el paciente y los trabajadores, escucharlos y apoyarlos. Por ejemplo, en urgencias no queremos que los pacientes estén en los pasillos cuando hay camas cerradas. Hay una reorientación de los servicios y queremos que los profesionales se enganchen a esa nueva forma de hacer política sanitaria. Cuando visito los centros de salud y hospitales lo primero que me dicen es que llevaban cuatro años sin que ningún responsable político fuera a verlos. Acabamos de cambiar el calendario vacunal para añadir nuevas vacunas. Hemos ido gerencia por gerencia para contar los cambios. Ahora saben que nos tienen a su disposición para cualquier duda, queremos trabajar el contacto cercano.
¿Qué planes tenéis para enfermería?
Existe un compromiso del presidente Emiliano García-Page de contratar a 1042 profesionales en 2016, entre ellos enfermeras. La aplicación de la jornada de 35 horas también supone contratación para cubrir las necesidades asistenciales. Queremos garantizar la estabilidad y evitar los contratos precarios. Por otro lado, queremos hacer un planteamiento competencial de la enfermería. Ahora somos grado, estudiamos másteres y nos doctoramos. Queremos redefinir la Atención Primaria para abordar cuestiones como la cronicidad y en cuanto a las especialidades ya estamos dando los primeros pasos en Salud Laboral. Otra de nuestras preocupaciones es la pérdida de nuestra capacidad formativa, ya que en los últimos años ha bajado el número de nuestros enfermeros y médicos residentes. Nuestra intención es potenciar todo esto.
Tres perfiles
En 2002, con la transferencia de la asistencia sanitaria, Francisco J. García Sánchez se convirtió, con 29 años, en el directivo más joven del SESCAM, al asumir la dirección de enfermería en la Gerencia de Atención Primaria de Ciudad Real. Enfermero del Centro de Salud Puertollano 3, donde ha sido coordinador de enfermería, ahora compagina la Dirección Provincial de Sanidad de Ciudad Real con su trabajo como profesor de Enfermería Comunitaria en la Universidad de Castilla La Mancha. Prepara su tesis sobre la percepción de los pacientes del cuidado de las úlceras por presión.
Francisco J. García, Director Provincial de Sanidad de Ciudad Real.
“Ya no hay ningún requerimiento legal que impida a un enfermero ser gerente, jefe de servicio o inspección. Debemos normalizarnos en materia de gestión y de cargos, igual que lo hemos conseguido a nivel formativo”.