Un recinto deportivo con 20.000 personas. En la pista, dos equipos de élite con deportistas que quieren ser campeones del mundo. El trabajo de planificación de meses reflejado en unas horas de competición. Todo dispuesto para atender de manera eficaz cualquier incidencia en el menor tiempo posible. Es el contexto de trabajo de enfermeros como Rubén Zarco Cerqueira, coordinador del servicio médico que Sanitas organizó durante el Campeonato del Mundo de Baloncesto de España, celebrado en septiembre de 2014. Rubén fue el responsable de preparar toda la estructura previa a la competición así como de coordinar el dispositivo del Palacio de los Deportes de Madrid, una de las sedes de la fase final de la competición. “Profesionalmente es gratificante, sobre todo cuando termina y has conseguido que todo salga bien, que no haya ninguna incidencia o que si se producían se fueran resolviendo. Personalmente es agotador, porque este tipo de acontecimientos requieren mucha planificación. No son sólo las dos semanas de torneo, que son las más intensas, sino que es un trabajo previo de tres meses, organizando todo: recursos humanos, logística, material, gestión de aparatajes, vehículos, etcétera”, explica Rubén, quien, al margen de este tipo de acontecimientos extraordinarios, es coordinador del servicio móvil de emergencias de Sanitas en Madrid. “El trabajo es muy parecido. La diferencia es que en un acontecimiento deportivo concentras a miles de personas en un mismo punto, entonces todo es mucho más intenso”.
Como servicio médico oficial de la Copa del Mundo, Sanitas ofrecía cobertura sanitaria a toda la organización, tanto a los equipos que lo requerían como a los aficionados que se congregaban en cada partido. “En este tipo de acontecimientos, hay que diferenciar mucho cuando atendemos a un atleta o a alguien del público. Cada selección tiene su propio servicio médico, que cubre las incidencias específicas de la práctica deportiva. Pero si hay una emergencia, por ejemplo un jugador tiene una arritmia o una parada cardiorrespiratoria, nosotros somos los encargados de cubrir la asistencia. Mientras que en el caso de los espectadores, solemos atender traumatismos pequeños debido a caídas, mareos o síncopes”.
La repercusión
El Mundial de Baloncesto de España fue un acontecimiento declarado de máxima seguridad. Por este motivo, las precauciones fueron máximas. “En estas competiciones todo tiene una mayor importancia, todo se multiplica por diez. La infraestructura es mayor. El número de efectivos, el material, los procedimientos. Todo se repasa al detalle y se prepara para que salga perfecto, porque la difusión de una competición de estas características es importantísima. Si atiendes a un paciente sabes que te están viendo 90 millones de espectadores”, afirma Rubén Zarco.
El Mundial de Baloncesto de España es la última gran competición deportiva en la que ha participado Rubén, quien también tiene experiencia previa en otros deportes como el motociclismo, tanto como enfermero como realizando funciones de coordinador. “Tras la copa del mundo me gustaría tener la oportunidad de trabajar en una Olimpiada”, señala para finalizar la conversación.
El dispositivo en los pabellones
En el Mundial, el dispositivo del Palacio de los Deportes de Madrid estaba integrado por dos UVIS móviles, dos clínicas y varios equipos sanitarios distribuidos por el graderío, además del ubicado a pie de pista. Mientras que en el Palau Sant Jordi a todo ello se añadía una ambulancia de soporte vital básico. A su vez, cada UVI estaba compuesta por un médico, un enfermero y un técnico en emergencias. En las clínicas se disponían un médico, un enfermero y, habitualmente, un fisioterapeuta. Por último, los equipos sanitarios suelen contar con un técnico en emergencias y un enfermero de apoyo.
En cuanto a la formación de los enfermeros, no existe un máster o similar relacionado con acontecimientos deportivos, por lo que se requiere un perfil de enfermero de urgencias. Para el Mundial, realizaron un curso previo a la competición y durante el torneo a diario se recordaban los procedimientos, el plan de evacuación y se hacían pequeños simulacros.
Asistencia en menos de cuatro minutos
El tiempo de respuesta ante un caso de soporte vital avanzado es uno de los aspectos más importantes en una competición deportiva que reúne a 20.000 espectadores en un mismo recinto. “Por ejemplo, para la Copa del Mundo uno de los requisitos que debíamos cumplir era que pudiéramos atender a cualquier persona en menos de cuatro minutos”, señala Rubén Zarco. “Teníamos que tener un desfibrilador a menos de cuatro minutos desde cualquier punto del pabellón”.
Celo profesional
En el caso de la asistencia a los deportistas profesionales, la confidencialidad es el requisito más importante. “Si en nuestro trabajo diario ya tenemos que mantener el secreto profesional, en estos casos insistimos más en la necesidad de respetar la privacidad de lo que pueda ocurrir, en evitar fotos, no hacer comentarios. Existe mucha seguridad y mayor protección. Los equipos se preocupan por saber quién va a atender a cada jugador”.
Enfermeros en el Santiago Bernabéu
El enfermero Manuel Camós forma parte, desde 2009, del servicio extrahospitalario y de UVIS móviles de Cruz Roja, la organización responsable de la cobertura sanitaria del Real Madrid. Una vez cada quince días, según los partidos de fútbol, trabaja en el servicio de prevención del Santiago Bernabéu. “Por las características del estadio, la mayoría de los incidentes no suelen ser graves. Lo más habitual son las caídas, nada importante, teniendo en cuenta que estamos hablando de que se congregan 80.000 personas en el campo”, subraya Manuel, si bien al cabo de un año sí atienden algunas patologías urgentes. En caso de formar parte del equipo que se ubica en el terreno de juego, el enfermero es responsable de atender a los jugadores cuando se produce algún acontecimiento de gravedad. Sin embargo, en estos cinco años Manuel sólo ha atendido a un futbolista, que sufrió un traumatismo craneoencefálico y al que tuvieron que trasladar al hospital.