Son historias paralelas… Cuando eran pequeños comenzaron con su actividad artística… Cuando eran adolescentes, eligieron estudiar Enfermería o Fisioterapia… Ahora, siendo adultos, ambas actividades profesionales enriquecen sus trayectorias. Desde el principio, todo ha ido transcurriendo con normalidad. Así lo recuerda Carmen Busquets. «Comencé a recibir clases de canto a los once años y a cantar en un coro infantil. Luego, una profesora me animó a seguir en el conservatorio. Hice el Bachillerato Sanitario y cuando llegó la hora de elegir mi profesión decidí estudiar enfermería, pues además tengo una familia con mucha tradición enfermera. Fueron decisiones muy orgánicas. Una te iba llevando a la otra con total naturalidad». Esto mismo le ocurrió a Xavier García. Comenzó a tocar el clarinete siendo un niño. Estudió Fisioterapia y cuando comenzó a trabajar destinó parte de sus ingresos a estudiar el Grado Superior de Música en el Liceo de Barcelona.
Ya siendo adultos, al confluir su afición y su profesión, todos afirman haber trasladado enseñanzas de un ámbito al otro… El trabajo en equipo y el proceso de empatía son algunas de las habilidades y competencias que Cristóbal Arias se lleva del teatro a la enfermería. «El teatro es trabajo en equipo al 100% y no hay más trabajo en equipo que el nuestro. Cualquier enfermera sabe que su compañera va a estar ahí en un día malo, sea enfermera, auxiliar… El equipo es muy necesario en un hospital, por ejemplo. Además, en muchas ocasiones aprendemos distanciándonos de nosotros mismos y adquiriendo herramientas procedentes de otros ámbitos. Es el caso del teatro, del proceso de empatía que supone identificarte con tu personaje. Estos lazos son parecidos a los que nos vinculan con los pacientes, empleando las habilidades comunicativas y sociales que aprendes estudiando interpretación. El teatro me permite ponerme la máscara que la persona a la que cuido necesita de mí. Por ejemplo, la sonrisa tiene una capacidad terapéutica increíble y la mostramos siempre aún cuando nuestro estado de ánimo no sea alegre». Esto mismo le ocurre a Rafael Sabido cuando baila. “Cuando interpretas algunas obras te llevas a ellas la parte de enfermería y del cuidado a otra persona. La mejor experiencia que he tenido bailando fue la representación de una pieza llamada ‘Heaven’ en la que interpretaba a una persona ciega. Llevaba parches oftalmológicos y experimenté la sensación de tener que escuchar todo, de orientarme a través de la respiración de la compañera con la que bailaba. Yo la tenía que cuidar. Ella bailaba y yo la seguía e iba cogiéndola, cuidándola en las mejores condiciones, como hace la enfermera».
De manera complementaria, la actriz Tamara Monzón completa: «Cuando haces educación para la salud con los pacientes y sus familiares y promueves el autocuidado, empleas técnicas como el roleplaying, las simulaciones o los teatrillos que puedes hacer con ellos, te ayudan a explicar el manejo de cuestiones que para nosotras son rutinarias y para ellos complejas. Por ejemplo, una glucemia para alguien recién diagnosticado de diabetes, al principio, es un mundo. El teatro te da muchos recursos en este sentido». Como subraya la bailarina Estela Hidalgo, que en estos momentos está realizando la residencia como matrona, «baile y enfermería se complementan. La danza te permite sentir y ser más consciente de tu propio cuerpo. Esto contribuye a una experiencia de parto más enriquecedora. Es un ámbito en el que me gustaría profundizar en el futuro».
La riqueza de la enfermería
«La enfermería te aporta una riqueza vital que normalmente solo alcanzas cuando ya eres una persona mayor y esto lo puedes aprovechar para interpretar un papel o una partitura»
La escucha es una de las competencias, como cantante, que Carmen Busquets aplica a la enfermería. «Cuando cantas en un coro aprendes a escucharte y a escuchar a los compañeros para empastar las voces. Esto me recuerda al trabajo de la enfermera, en el que escuchas tus propias emociones y aprendes a escuchar a las compañeras con las que trabajas. A nivel de grupo, cuando trabajas de manera multidisciplinar, es importante saber cuáles son las necesidades del paciente para responderlas en la medida de lo posible».
Para el cantautor Alfonso Moreno música y enfermería son sinónimos de cuidar a los demás. «La enfermería se ocupa del cuidado a los demás y cuando te subes a un escenario para tocar tu música también estás cuidando a quienes te están viendo y escuchando. Ves al público contento. Consigues que pasen un buen rato, desconecten de sus problemas y disfruten con la música que tú estás haciendo, cuidando su alma y su corazón, como nos han enseñado a los enfermeros».
A continuación te contamos la experiencia de Alfonso, Carmen, Cristóbal, Estela, Rafael, Tamara y Xavi, enfermeros y fisioterapeutas que siendo niños decidieron ser artistas.
Cristóbal Arias Sánchez. Enfermero y dramaturgo
El teatro, una forma de aferrarse a la vida
Cristóbal Arias Sánchez es enfermero del bloque quirúrgico del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Ha sido director del grupo de teatro ‘Buska tu sueño’ del barrio de Vallecas. Estudió Arte Dramático en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid (EMAD) y en la actualidad está cursando Dramaturgia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD). El teatro es un medio para «aferrarse a la vida y ponerle nombre a lo que estás viviendo empleando el arte», reflexiona Cristóbal, «sobre todo cuando te puedes enfrentar a diario a la muerte, en tu puesto de trabajo. Compruebas el sentido efímero de la vida y la importancia de la salud. Esta relación con la desgracia está muy presente en mí a la hora de crear». Sigue leyendo su testimonio.
Tamara Monzón Belinchón. Enfermera y actriz
Enfermería, fuente e inspiración dramática
Tamara Monzón Belinchón comenzó a estudiar Enfermería y Artes Escénicas al mismo tiempo. En la actualidad, es enfermera del servicio de Urgencias del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid y está terminando el tercer y último año de Dirección Escénica y Dramaturgia en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD). «Compagino los dos ámbitos porque para mí ambos son una necesidad. Como persona, necesito hacer teatro y como profesional necesito cuidar». Sigue leyendo su testimonio.
Estela Hidalgo Sánchez. Enfermera, bailarina y actriz
El orgullo de ser enfermera y artista
Estela Hidalgo Sánchez está muy orgullosa de haber podido compaginar, desde niña, sus estudios académicos con su actividad artística como bailarina. De forma complementaria, fue creciendo como bailarina, actriz e incluso cantante y ha ido desarrollando su trayectoria como enfermera y matrona. «Ambos escenarios se complementan muy bien. La danza me ha dado muchísima disciplina, trabajo en equipo y capacidad de sacrificio. Mientras que la enfermería me ha permitido valorar la importancia del cuidado, tanto físico como mental, me ha ayudado a tener capacidad de reacción, a gestionar situaciones de estrés y manejar los tiempos. Puedes estar en ambos escenarios con la mayor formación y preparación posibles». En la actualidad, está realizando la especialidad Obstétrico-Ginecológica en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid. Sigue leyendo su testimonio.
Rafael Sabido Moreno. Enfermero y bailarín
Baile para conectar con el cuidado
Es imposible discernir dónde termina el enfermero y empieza el bailarín cuando hablas con Rafael Sabido Moreno. Habla con la misma pasión de ambas profesiones, que han marcado su trayectoria vital, que le encaminó a Madrid para poder estudiar Enfermería y Danza Contemporánea. Danza y enfermería se impregnan la una de la otra. Rafael trabaja como enfermero en el servicio de hospitalización a domicilio del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid y está aprendiendo gimnasia artística para completar su formación como bailarín. Sigue leyendo su testimonio.
Xavi García Cardellach. Fisioterapeuta y músico
Fisioterapia necesaria para la música
Xavier García Cardellach comenzó su formación musical básica a los cinco años. Desde entonces, ha crecido aprendiendo a tocar el clarinete, su instrumento. Entre 2010 y 2014, estudió Fisioterapia y, una vez terminó, decidió realizar el grado superior de ‘Interpretación en instrumentos de música clásica’ en el Liceo de Barcelona. En la actualidad, trabaja como fisioterapeuta y toca la batería en dos grupos: ‘Caseta’ y ‘Bounties’. Sigue leyendo su testimonio.
Carmen Busquets Ferrer. Enfermera y cantante
La escucha, un medio para cantar y cuidar
Egeria fue una viajera y escritora hispanorromana del s. IV, considerada como la primera peregrina de la historia. Hoy es el nombre del grupo vocal femenino en el que canta la enfermera Carmen Busquets Ferrer. En estos momentos, compagina su actividad con sus estudios superiores de música, que acaba de terminar este curso, y los trabajos que van surgiendo como enfermera. «Tienes que dedicarle mucho tiempo a todo, pero como me gusta muchísimo lo que hago lo compagino bien. La formación es muy importante, tanto para la música como para la enfermería y a ello me estoy dedicando ahora». Sigue leyendo su testimonio.
Alfonso Moreno Sánchez-Moraleda. Enfermero y cantautor
El valor de la música en el día a día profesional
Alfonso Moreno Sánchez-Moraleda ha vivido de la música durante muchos años, primero cuando estudiaba Enfermería y posteriormente mientras obtenía un destino medianamente estable en la bolsa de trabajo del Servicio Andaluz de Salud. Alfonso compagina su labor asistencial, como enfermero en el Centro de Salud Jerez Sur, en Cádiz, con su grupo de música, ‘Los búhos’. Además, tiene un estudio de grabación, junto con otro compañero músico, en la provincia de Cádiz, llamado ‘Cinco panes y dos peces’. Sigue leyendo su testimonio.
Del arte a la enfermería
Las experiencias artísticas sirven a las enfermeras para llevar sus conocimientos a proyectos prácticos vinculados con la enfermería. «Traer otras disciplinas a la enfermería es lo que realmente te enriquece», reflexiona la cantante Carmen Busquets. En su caso, realizó un máster de investigación musical. En el trabajo final exploró la influencia de la música en el período prequirúrgico. «La literatura existente constata los beneficios de la música cuando el paciente puede elegir qué escuchar en la consulta de preanestesia, pues esto le ayuda a relajarse. Desarrollé la fase metodológica y la propuesta de intervención. Ahora quedaría llevarla a la práctica». Este mismo ejemplo lo vemos en el caso del bailarín Rafael Sabido con un trabajo con niños con síndrome de Down, autismo y otras patologías relacionadas con el déficit de atención, del barrio madrileño de Vallecas. «Diseñamos un proyecto para bailar con ellos. No fue fácil, porque al principio no puedes tocarlos, pues te pueden rechazar. Poco a poco te vas ganando su confianza y terminas conectando con ellos a través de la música. Logramos montar una pieza de improvisación que interpretamos en los Teatros del Canal en Madrid. Fue una experiencia maravillosa en la que combiné mis conocimientos como enfermero y como bailarín».
Por su parte, el músico Xavier García vinculó su profesión con su afición con un curso sobre fisioterapia aplicada a músicos. «Es un ámbito poco conocido que aún está por desarrollar», explica.
En definitiva, como destaca el cantautor Alfonso Moreno, «la música y la enfermería son dos mundos de los que tenemos la fortuna de disfrutar al máximo cada día».