La enfermera Ana Buil Gómez ha introducido, en el Hospital Universitario de Torrejón, en Madrid, la aplicación de técnicas de micropigmentación del complejo areola-pezón entre las mujeres que han superado un cáncer de mama. La intervención, similar al tatuaje, recrea la zona mediante la aplicación de pigmentos en la epidermis a través de una serie de agujas finas, obteniendo la forma y el color particulares de cada persona. “Cuando me propusieron formarme me pareció una idea muy interesante. Es un proyecto estupendo, porque cierra con buen término el tratamiento, en el que han podido perder una o las dos mamas y han pasado por varias cirugías e intervenciones agresivas. Es la parte más bonita de todo el proceso, porque consigues que la mujer se mire al espejo y no se vea tan vacía”, expone Ana Buil, quien desde la creación de este servicio en la Unidad Multidisciplinar de Mama en 2013, ha trabajado ya con más de cincuenta pacientes.
El proceso suele desarrollarse en dos fases en la consulta enfermera. En la inicial, Ana dibuja la areola-pezón manteniendo su simetría con la otra mama. Antes, elige el color y lo prueba en la piel, para comprobar también que los pigmentos no provocan alergia. Posteriormente, tres o cuatro meses después, según cada caso, realiza un segundo repaso. “Al principio, las mujeres están un poco nerviosas, pero se les pasa a los diez minutos. Terminan muy contentas, porque es como poner el punto y final a un proceso que dura años. De hecho, cuando finalizamos la mayoría no se lo cree. Todas me cuentan su experiencia y, la verdad, es que me está resultando muy enriquecedor. Normalmente. vienen acompañadas de sus maridos o sus hijos, que viven también con ellas el proceso. Habitualmente, al mes volvemos a verlas para valorar su grado de satisfacción. Ahí compruebo cómo han mejorado sus vidas. Muchas me confiesan que no permitían que sus parejas las vieran desnudas antes de la micropigmentación y ahora no tienen problema en ello, o cuando iban a la piscina y al gimnasio no se cambiaban en el vestuario, delante de nadie. Sin duda alguna, mejora su autoestima al cien por ciento. Es un trabajo muy satisfactorio”.
La recreación del complejo areola-pezón en las pacientes que han superado un cáncer de mama les permite mejorar su autoestima.
Enfermería, fundamental
“Quiero destacar que la enfermería tiene un papel fundamental en hacer este tipo de técnicas, porque somos nosotras quienes las realizamos. Por este motivo, me gustaría que se animaran más enfermeras y más hospitales a implantarlas, porque todo es muy gratificante, tanto para las pacientes como para los profesionales”, subraya Ana, quien ya ha recibido en su consulta a enfermeras del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca para explicarles cómo funciona.
Un trabajo muy satisfactorio
Como mujer y como enfermera, Ana Buil Gómez manifiesta que su día a día le resulta muy satisfactorio. “Inicialmente, es un tema muy delicado, por las características de todo el proceso que han pasado y han logrado superar. Pero una vez comienzas a trabajar con ellas y comprueban el resultado final, para mí, como enfermera y como mujer, resulta muy gratificante por todo lo que expresan y la gratitud que te manifiestan las mujeres”.
El tatuaje, próximo paso
En la actualidad, la enfermera Ana Buil Gómez está trabajando y formándose para introducir en su hospital la técnica del tatuaje, cuyo dibujo sí es permanente, al contrario que la micropigmentación, que debe repasarse con el paso de los años. De momento, la han aplicado en seis mujeres. “En breve la tendremos instaurada por completo. Es el próximo paso”, adelanta Ana. De forma paralela, también está documentando con fotografías todas las intervenciones, con el fin de mostrar la experiencia en foros científicos, ya que se trata de un tema que despierta bastante interés entre el colectivo profesional.