Trabajo enfermero

Vendajes funcionales, una alternativa más eficaz y eficiente que las técnicas tradicionales

Un grupo de enfermeras del Hospital Universitario de Fuenlabrada de Madrid, formado por Juan Manuel Molina, Óscar Vega, María Luz Avero y José David Pérez, está liderando el empleo del vendaje funcional en el servicio de urgencias.

04 marzo 2020 / Número 23 3 minutos de lectura

Muchas técnicas empleadas en el deporte de alta competición de manera pionera se trasladan posteriormente a la asistencia. Es lo que ha ocurrido con el vendaje funcional y neuromuscular. Es habitual ver a Rafa Nadal ser atendido por un sanitario que le está poniendo un vendaje funcional del tendón rotuliano para que continúe compitiendo. O a porteros de fútbol como Iker Casillas que en la recuperación de una fractura en la mano lleva un vendaje neuromuscular debajo de la férula. En el caso de enfermería, profesionales como Juan Manuel Molina Arévalo, Óscar Vega Palencia, María Luz Avero Pulido y José David Pérez Macarrilla lo aplican en las urgencias del Hospital Universitario de Fuenlabrada de Madrid, donde está integrado en la cartera de servicios y donde todos los profesionales conocen y pueden efectuar esta técnica.

 

“El vendaje funcional permite una inmovilización selectiva de la articulación lesionada o dolorida, con lo cual la parte no afectada puede seguir realizando su función con normalidad”, explica Juan Manuel Molina. “Es un vendaje más especial, por el tipo de vendas, elásticas e inelásticas, que utilizamos. Podemos combinar las dos o emplear solo una. Las aplicamos en cualquier articulación del cuerpo, en lesiones como esguinces, de tobillos, rodillas, y muñecas, dedos, roturas fibrilares de músculos, tendones, etcétera”, completa Óscar Vega. La diferencia con los vendajes compresivos o rígidos es clara: “Un tobillo vendado de forma tradicional queda totalmente inmovilizado e impide andar. Cuando lo escayolas no puedes ni apoyar el pie. Con el funcional sí puedes mover el tobillo y seguir andando”, subrayan Juan Manuel y Óscar.

Los beneficios del vendaje funcional para la recuperación de las lesiones son diversos, como indica Juan Manuel Molina: “Acorta los tiempos de recuperación y permite que la persona retome su vida normal en menor plazo; disminuye el riesgo de pérdida muscular y trombosis y evita la necesidad de administrar medicación para prevenirla”.

Óscar y Juan Manuel trabajan con el vendaje funcional desde 2006. Ambos tienen formación y experiencia en enfermería deportiva. De hecho, compatibilizan su labor en el Hospital de Fuenlabrada con su presencia en un club de fútbol de élite. “La aplicación en el medio deportivo nos ha ayudado a aprender a manejarlo, conocer nuevas técnicas y, posteriormente, implantarlas en el hospital”. Además, han generado evidencia con un estudio comparativo con el tratamiento de una lesión de tobillo, en el que mostraron que la nueva técnica disminuyó las consultas de traumatología. “Una vez el paciente recibe el alta, el seguimiento lo realizan en Atención Primaria, con lo que el paciente no tiene que solicitar consultas en Atención Especializada y todo es más sencillo”. Otro trabajo similar lo hicieron con las urgencias en infantil. “Empleamos el vendaje funcional en niños sin realizar radiografía y no pasamos por alto ninguna fractura. Por tanto, demostramos que evita radiar tanto a los pacientes”.

El vendaje neuromuscular va más allá del ámbito músculo-esquelético. “Curar heridas, drenar edemas o hematomas de prótesis de rodilla, heridas quirúrgicas, úlceras vasculares o cirugía, especialmente la estética”, explican Óscar y Juan Manuel. Ambos coinciden en que “el desconocimiento es el mayor problema para generalizar esta práctica”.

Formación específica

 “El cambio del pasado al futuro es sencillo”. Con esta idea ejemplifican los enfermeros Juan Manuel Molina Arévalo y Óscar Vega Palencia la filosofía de la formación necesaria para aprender vendaje funcional. Así han formado a los profesionales de urgencias del Hospital de Fuenlabrada y están haciéndolo también con enfermeras de Atención Primaria. De hecho, imparten un curso con la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, que también ha editado un manual sobre la materia.

“En síntesis, repasamos anatomía y exploración e intentamos que entiendan el porqué. Esto es lo más importante. Es una cuestión de sentido común. Decidir dónde poner la tira activa para limitar el movimiento de la articulación afectada, teniendo en cuenta dejar al paciente la mayor libertad posible, dentro de limitar el movimiento que pueda afectar a la patología de su articulación. No haces nada de forma automática. Tienes que entender por qué lo haces y qué quieres conseguir”.

Al margen de este tipo de formaciones, tanto Juan Manuel como Óscar consideran necesario que estos conocimientos se impartan en la formación universitaria, pues en la actualidad no está incluida en los planes de estudio del grado de Enfermería.

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