Corría enero de 2014 cuando comenzamos a “imaginar” los Premios Enfermería en Desarrollo. La revista era todavía muy joven, apenas un año desde su primer número. Pese a su juventud, ya pedía un mayor desarrollo. Ese “querer más” fue lo que inició el proceso creativo.
A lo largo de los años, he promovido y participado en una buena cantidad de proyectos, y sigue resultándome apasionante observar cómo germinan y evolucionan las ideas dentro de un equipo de trabajo.
Soy un entusiasta seguidor del Método Walt Disney, técnica creativa desarrollada en los años 90 por Robert Dilts quien, admirado por sus logros y creaciones, se propuso analizar su esquema mental. Producto de sus investigaciones, surgió el Modelo de Creatividad de Disney. A pesar de los años transcurridos, sigue funcionando con éxito tanto en la factoría Disney como en múltiples empresas y equipos.
Según Dilts, el genio de la animación cuando creaba se movía por tres estados distintos: el soñador, el realista y el crítico. Dilts propone que los equipos interpreten exactamente esos tres papeles por un periodo de tiempo de unos 30 minutos, teniendo como única regla que en cada fase todos los participantes deben adoptar el mismo rol.
En un primer momento, cuando actúa el soñador se exponen todas las ideas sin límites, sin juzgarlas, dejando que trabaje nuestro niño interior. En la siguiente fase, se someten todos los temas a examen para saber si son realizables y lo que se necesitaría para llevarlos a cabo. Por último, el crítico entra en escena: todo vuelve a cuestionarse y a revisarse y se buscan las debilidades. Hay que descubrir qué puede faltar, qué se nos puede haber pasado por alto.
Son muchas las ocasiones en que grandes proyectos se desarrollan pasando por los tres roles que Dilts propone. Algunas veces, se hace de una forma sistemática, y otras de manera algo menos ortodoxa. Sin embargo, las ideas fluyen y hacen su trabajo.
Así nacieron y así se desarrollan todos los proyectos relacionados con Enfermería en Desarrollo: con muchas ideas de otras tantas personas, con el propósito de que cualquier enfermera y fisioterapeuta se sienta atraída y con ganas de participar; con capacidad de autocrítica, imprescindible para crecer y mejorar; y, sobre todo, con la ilusión y el apoyo de una gran organización.
Os hablo de esto porque en este año, tan poco dado al optimismo, es importante que no nos olvidemos de que nuestro trabajo, el de las enfermeras, contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas. No debemos permitirnos flaquear dejando de buscar nuevas y más eficientes formas de cuidar.
2020 es un año que no deberíamos olvidar. Estamos viviendo experiencias durísimas como profesionales y como ciudadanos, poniendo a prueba la capacidad de resistencia de nuestro sistema sanitario. Puede que lo más complicado de gestionar sea la incertidumbre, no saber cómo va a avanzar o no la pandemia en los próximos meses. Este es el principal motivo que nos ha llevado a posponer los premios Enfermería en Desarrollo. No podemos olvidar que la mayoría, de las más de mil personas que participamos cada año en la celebración, somos personal sanitario que procede de muchas zonas de España, por lo que podríamos poner en riesgo tanto nuestra salud como la de las personas a las que cuidamos.
Sin embargo, vamos a mantener abierto el plazo de presentación de trabajos, de forma que los que se envíen a partir de ahora se incorporarán a los que lo hicieron durante los meses anteriores.
Además, seguimos recibiendo candidaturas para optar a los distintos niveles del Sello de Reconocimiento a los Equipos Excelentes. Próximamente, entregaremos el primero de ellos, que ha alcanzado el nivel más alto. Y quedan muchos proyectos por hacer, porque la creatividad funciona. Pronto tendremos nuevas iniciativas y grandes sorpresas.