Ilusión, motivación, compromiso, disciplina, exigencia, sacrificio y superación. Son algunos de los valores que aporta la preparación y la participación en un Iron Man, la prueba más exigente del triatlón. Los deportistas tienen que nadar 3,86 km en aguas abiertas, recorrer 180 km en bicicleta y, por último, correr un maratón, es decir, 42,2 km. “A nivel psicológico, es un ejercicio impresionante de superación. El nivel de exigencia es altísimo. La principal enseñanza que extraes de todo es que se cumple el viejo refrán ‘Querer es poder’. Al final, lo que te lleva a buen puerto es ponerle kilos de motivación, mantener la ilusión y creer en uno mismo”, afirma el enfermero Ángel Herraiz, quien finalizó su primer Iron Man, en Niza, en sexta posición de su categoría, lo que le permitió clasificarse para participar en el campeonato del mundo de Hawaii. “Aparte de haber vivido uno de los mejores momentos de mi vida, al acabar, porque te sientes como si fueras Cristiano Ronaldo, destaco la capacidad de sacrificio. Después de hacer algo así, de soportar muchos meses de dura preparación, luego te ves capaz de lograr cualquier cosa en tu vida, tanto a nivel laboral como personal”, afirma Arturo Guede, fisioterapeuta con tres Iron Man: Zurich, Lanzarote y Madrid. Su experiencia la ha reflejado en el libro ‘Triatlón con salud’. “El libro es un buen ejemplo. Sales de trabajar y te pones a escribir, a pesar de que estás agotado y lo que te apetece es cenar e irte a la cama. En este sentido, el Iron Man te aporta disciplina, ganas de emprender proyectos nuevos y de verte capaz de alcanzarlos. Conoces muchas historias de sacrificio que te motivan a hacer este tipo de cosas”. Es el caso de Rafael Cabello, triatleta de 17 años, con un glaucoma congénito en el ojo izquierdo y una prótesis ocular en el derecho. “El deporte es algo que siempre me ha llamado mucho la atención. Al principio lo veía como una diversión. Más tarde, como una vía de escape. En la actualidad, es mi vida”, confiesa, tras haber completado su primer triatlón en Sevilla en 2016, obtener el campeonato de Andalucía de duatlón y triatlón, disciplinas en las que quiere seguir superándose y en las que sueña con ser olímpico.
Triatlón con salud
A personas como Rafael, por ejemplo, y también a deportistas aficionados, está dirigido el libro escrito por Arturo Guede, en el que transmite todos los conocimientos ligados a su experiencia con el triatlón y aborda temas como el entrenamiento funcional y de fuerza, la recuperación tras la práctica deportiva, la nutrición y la hidratación y la prevención de lesiones e incrementar el rendimiento. “Existe mucho desconocimiento. Mucha gente quiere hacer un triatlón porque está de moda, se lo ha dicho un compañero en la oficina… Se ponen a entrenar sin saber muy bien lo que hay que hacer. Por lo general, acaban lesionados. Para evitarlo, lo primero que tienen que hacer es informarse y ésta es la finalidad de la publicación: enseñarles muchas disciplinas que posteriormente ayudan a nadar, correr y montar en bicicleta sin riesgo. Especialmente, el día de la competición, el esfuerzo que realizas es una agresión brutal al cuerpo. En este aspecto, los temas que abordo están enfocados a minimizar todos los excesos. Es un deporte muy adictivo, por lo que hay que tomárselo con mucho equilibrio y evitar caer en los extremos. Es la visión que intento transmitir”, explica el autor, quien también subraya la necesidad de contar con los cuidados profesionales de un fisioterapeuta. “Cuando preparé mis primeros Iron Man, veía a gente de mi equipo o de otros que solo pensaba en entrenar, entrenar y entrenar, cuanto más mejor. Como apenas queda tiempo para otras cosas, el fisioterapeuta lo ven como un bache en su agenda diaria de preparación. Fue una lucha constante para que tomaran conciencia de la importancia de tratarse para prevenir lesiones y cuidarte, porque luego aparece algún contratiempo y echas por tierra todo el trabajo que has hecho”.
Arturo Guede:
“Existe mucho desconocimiento. Mucha gente quiere hacer un triatlón porque está de moda. Se ponen a entrenar sin saber muy bien lo que hay que hacer. Por lo general, acaban lesionados. Para evitarlo, lo primero que tienen que hacer es informarse y ésta es la finalidad de Triatlón con salud”
El libro de Arturo Guede, ‘Triatlón con salud‘ es una referencia en su ámbito, pues no son habituales las publicaciones que abordan este deporte desde el punto de vista de la prevención de las lesiones. Editado por Paidotribo, Arturo estuvo presente con su obra en la Feria del Libro de Madrid.
De la dureza de la preparación habla Ángel Herraiz, enfermero del centro de salud de Tragacete, un municipio de la sierra de Cuenca. “Es complicado. Vivo en la ciudad de Cuenca y estoy a una hora de Tragacete. En invierno tienes que madrugar mucho, porque hay pocas horas de sol y los entrenamientos son largos. Cada día era una contrarreloj, para combinar tu rutina personal y laboral con la preparación. Me habían advertido de que era muy duro. Es así. La exigencia a nivel físico y psíquico es máxima. Aunque había entrenado con intensidad, el día de la competición me lo tomé con mucho respeto. No sabía cómo mi cuerpo iba a reaccionar a tantos excesos, pues era una disciplina que desconocía al completo, especialmente el maratón, pues nunca había corrido uno. Al final todo resultó bien”. Su marca fue de 9h 32m y 46s. “Logré la clasificación para el campeonato del mundo de Hawaii. Imagínate. Fue un subidón, porque era mi debut y no lo esperaba. Fue muy bonito”, recuerda.
De su experiencia personal y profesional, tanto Ángel como Arturo tienen clara la importancia del deporte para la salud. “Enfermeros y fisioterapeutas tenemos las herramientas necesarias para motivar a la gente a practicar deporte. Una sociedad que hace ejercicio es una sociedad sana que va a estar mejor a todos los niveles”.
Motivación para realizar la tesis doctoral
Ángel Herráiz no está entrenando en la actualidad para ningún Iron Man, ya que se encuentra preparando su tesis doctoral, en la Universidad de Castilla La Mancha. Ángel encuentra analogías entre ambos retos. “Llevo tres años de investigación. Paso innumerables horas delante del ordenador, más de lo aconsejable. El trabajo y la dedicación que requiere son muy similares a la del Iron Man. Es una carrera de fondo, en la que tienes que ser muy resiliente para alcanzar la meta. Y en ello estamos”. El tema de su tesis es la arteriopatía periférica. “Se le dedica poco esfuerzo a nivel profesional. Hay poca conciencia social. Es una enfermedad que causa mucha mortalidad y mucho sufrimiento. A pesar de ello, está infradiagnosticada e infratratada. Desde la Atención Primaria podemos trabajar para cambiar esto”.
Entrevista a Rafael Cabello, paratriatleta
“El deporte es un aprendizaje de superación”
Entrevista realizada por Javier Medina Andana
Presidente de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (SEEOF)
Rafael Cabello Sánchez es un triatleta sevillano de 17 años, campeón de Andalucía y cuarto de España. Apenas tiene visión, pues tiene un glaucoma congénito en el ojo izquierdo y una prótesis ocular en el derecho. El deporte es su vida y participar en unas olimpiadas es su sueño. Ésta es su historia:
“Con 12 años comencé a entrenar natación en el Club Náutico de Sevilla. Allí conocí a uno de mis entrenadores, Juan José Polo, quien más tarde creó el Al-Andalus Sevilla, donde estuve hasta los 16 años. Con esa edad empecé con el triatlón, en el club al que pertenezco actualmente, AD Sevilla. Apenas llevo un año. Debido a esto y a mi edad, el volumen de entrenamiento no es muy alto, entre 12 y 15 horas semanales, con dobles sesiones algunos días. Mi forma de entrenar no dista mucho de la que tiene una persona sin discapacidad. Lo único es que corro con un guía y en bici voy con un tándem”.
La discapacidad visual de Rafael no es un obstáculo. “De las tres disciplinas, la que más me gusta es la natación, ya que es el deporte del cual vengo y es en el agua, sobre todo en la piscina, donde mejor me siento. Las otras dos son más difíciles. En la carrera a pie es donde más pendiente tengo que ir, donde más me cuesta ir relajado, ya que a la hora de entrenar en la calle, e incluso de competir, es donde hay más obstáculos. Desde el punto de vista del guía, la bicicleta es más complicada, debido a que es él quien tiene el control del tándem y a veces la carrera puede volverse muy peligrosa”.
Desde su debut, en el triatlón de Sevilla en 2016, Rafael ha completado seis pruebas. Su sueño es ir a unas olimpiadas, meta que comparte con su actual entrenador, José María Merchán, triatleta olímpico en Sidney 2000. “Queremos ir a Tokyo 2020. No sé si Olímpicos o Paralímpicos, ya que, desgraciadamente, el paratriatlón está varios escalones por debajo en cuanto a importancia para las federaciones, tanto andaluza, española e incluso internacional. En cualquier caso, es mi sueño, muy ambicioso, difícil y duro, no solo por el esfuerzo físico sino por otros aspectos, en especial el tema económico, ya que por desgracia, es importante para seguir subiendo”.