Las hijas de seis y ocho años de Silvia Pane Merchán e Iván Miguel González van al CEIP Europa de Mejorada del Campo, en la provincia de Madrid. Silvia es enfermera y su marido, Iván también, si bien trabaja como bombero en este municipio madrileño. De manera voluntaria, el año pasado, ambos decidieron impartir un taller de primeros auxilios a los compañeros de clase de una de sus hijas. La iniciativa tuvo una gran acogida y este año la han ampliado a todas las líneas de primaria del centro. En total, doce clases y más de 300 niños, con edades comprendidas entre los seis y los doce años.
“El taller ha gustado mucho a los maestros y, sobre todo, a los alumnos. Lo hemos hecho muy dinámico y práctico. Por eso, les ha llamado la atención. Por ejemplo, poníamos diapositivas sobre la llamada al 112; a Iván, al que conocen todos los niños, con el camión de bomberos; a Eduardo; un policía de Mejorada con una formación en educación vial; a mí con la UVI móvil”, explica Silvia. “Además, juegan con dos torsos de rcp que llevamos, practican entre ellos la posición lateral de seguridad y ellos mismos dan un masaje cardiaco con un muñeco o un peluche que les pedimos que traigan de casa”.
La experiencia voluntaria de Silvia Pane e Iván Miguel formando a escolares les ha permitido comprobar la importancia del trabajo de la enfermera escolar.
La experiencia fue muy gratificante e intensa, pues concentraron las formaciones en tres días, de 9 a 2. “Fue muy agotador, pero mereció la pena. Los niños estaban encantados. Aprendían muy rápido. Incluso mejor que los adultos, porque ellos no cuestionan qué pasa si lo hacen mal, si durante un masaje le hacen daño al compañero o les pasa algo. Todas estas preocupaciones no las tienen. Tú los enseñas, ellos saben qué deben hacer y actúan así. No se cuestionan nada más”, señala Silvia Pane.
En las formaciones, de manera individual los maestros también aprovecharon para resolver dudas. “Por ejemplo, uno de ellos tenía un alumno epiléptico y nos preguntó cómo debía reaccionar en caso de una convulsión. Repasamos con él la medicación y cómo debía administrársela”.
Las prácticas de rcp a ritmo de una canción
Durante dos minutos los niños realizan masaje cardiaco al muñeco o peluche que traen de casa al ritmo de la melodía de la canción ‘Había una vez un barquito chiquitito’. La letra cambia: ‘Había una vez una persona dormida…’. “Les ponemos esta canción, que encontramos en una web llamada ‘RCP desde mi cole’, donde enseñan a los niños cómo deben actuar cuando alguien está inconsciente. Es un sitio muy interesante, con mucha información, explica Silvia Pane.
Para el año que viene aún no saben si repetirán la experiencia. Por si acaso, están pensando en el 16 de octubre, Día Europeo de la Parada Cardiaca. “La idea es hacer una jornada monográfica, con diversas actividades como la elaboración de un mural”, adelanta Silvia.
En los talleres, Silvia cuenta con el apoyo de Iván. “Dividimos la clase en dos para las prácticas con los torsos y vamos corrigiendo las posiciones laterales de seguridad. En mi caso, también les explico el trabajo de un bombero, que no solo es apagar fuegos”. De hecho, Iván también ha realizado formaciones específicas en el colegio, relacionadas con su profesión. “Es algo muy bonito. Además, los niños te reconocen por la calle, te saludan y te muestran su cariño”.
En su día a día, Iván también aprovecha su formación como enfermero, título que obtuvo en 2008. “Cada año, los bomberos hacemos diferentes cursos y yo fui monitor en el de reciclaje sanitario”, señala.
Experta universitaria en salud escolar
A raíz de su experiencia formando a los alumnos del colegio de sus hijas, Silvia Pane Merchán decidió estudiar el Experto Universitario en Salud Escolar de FUDEN. “Lógicamente, en mi trabajo en la UVI móvil del SUMMA no vemos nada de educación sanitaria a nivel escolar. Siempre he estado vinculada con la formación, en concreto de adultos, así que la experiencia en la escuela me motivó para aprender a enseñar a los niños. No tenía ni idea de cómo se hacía un proyecto sanitario para entregarlo en el colegio, estableciendo los objetivos específicos y generales… En este sentido, el experto me ha aportado la posibilidad de conocer el trabajo de otras compañeras que sí son enfermeras escolares. Te dan una visión real de lo que pasa en un colegio”, evalúa Silvia.
“Desde mi punto de vista, como enfermeras debemos procurar que los niños sean autosuficientes en sus cuidados. Por ejemplo, si les sangra la nariz tienen que saber cómo la deben taponar. Si no se les pasa es entonces cuando deben acudir al maestro. Las enfermeras no debemos entrar en la escuela a realizar exclusivamente una labor asistencial, a curar heridas. Debemos dedicarnos a la promoción de la salud”, afirma Silvia.