María Fernanda Piñango Alonso y María Sierra Fernández Castro son enfermeras. Ambas acumulan años de experiencia en la dirección de unidades de gestión clínica (UGC) de Atención Primaria en Dos Hermanas, el municipio más grande de la provincia de Sevilla. La primera gestionó el centro de salud “San Hilario” entre 2003 y 2014, y la segunda el de “Los Montecillos”, desde su inauguración, en 2004 hasta la actualidad. Las dos son expertas en gestión de profesionales sanitarios por la Escuela Andaluza de Salud Pública. “Para dirigir una unidad lo único que tiene que haber es un profesional que tenga la capacidad y los conocimientos necesarios. No depende de la titulación, sino de que sepa y quiera desempeñar esta función. En mi caso me gustó desde el principio y fui involucrándome cada vez más. Así llevo doce años. Antes era la enfermera jefe y cuando se crearon los centros de salud todo el mundo dio por hecho que yo lo dirigiría”, afirma Mª Fernanda. Su compañera Mª Sierra, que llegó a gestionar dos unidades al mismo tiempo, asegura que es “una experiencia distinta. Tomé la decisión de comenzar una nueva etapa profesional cuando los antiguos ambulatorios se reconvirtieron en centros de salud. Solicité la plaza, presenté mi proyecto de trabajo y me nombraron”.
Sierra es la responsable de llevar la atención primaria en uno de los lugares más empobrecidos de Dos Hermanas. “Estamos en una zona de transformación social, con una población cuyas características sociales, económicas y sanitarias son distintas, por lo que el enfoque biopsicosocial de los pacientes es diferente. Los mensajes deben ser distintos. Tenemos que inventar otros mecanismos de promoción de la salud, adaptando los programas. Así estamos consiguiendo mejorar los indicadores de salud. Por ejemplo, en planificación familiar hacemos una captación activa de mujeres que, a lo mejor, con 17 años han tenido varias interrupciones voluntarias del embarazo. Para ello, promovemos la participación ciudadana, nos apoyamos en las asociaciones de vecinos y los servicios municipales”. De hecho, entre los profesionales sanitarios hablan del ‘espíritu Montecillos’, una seña de identidad del trabajo realizado en este centro de salud, reconocido por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía con el certificado de nivel avanzado. “Cuando las cosas funcionan es un estímulo y un reto que te llena personalmente y te anima a emprender nuevos proyectos para reducir las desigualdades en salud”.
Más autonomía y libertad
En Andalucía las unidades de gestión clínica en Atención Primaria se introdujeron hace una década. “Cada año firmamos un acuerdo de gestión con objetivos comunes a todos los centros y otros específicos de cada unidad”, explica María Sierra Fernández. “Es una filosofía de dirección distinta. Hacemos todo en común y decidimos en equipo”. En esta misma línea se manifiesta María Fernanda Piñango: “Todos trabajamos para todos. Aumenta la implicación del conjunto de profesionales, que pueden participar en la elección de los objetivos específicos y trabajar con más ganas para lograrlos. De esta manera, también tenemos más autonomía y libertad para adaptarnos a las necesidades reales de salud de la población”. María Fernanda es la responsable del centro de atención primaria más grande de Dos Hermanas, con una población diana de 45.000 personas. Ha afrontado la crisis “con imaginación. Ha aumentado la presión asistencial porque hay menos recursos, pero no podemos retroceder en los logros obtenidos en cuanto a la gestión”.
Respeto de los compañeros
Como directora de la UGC “Los Montecillos” de Dos Hermanas, Mª Sierra Fernández asegura que siempre ha tenido el respeto de todos los compañeros. “Cada uno asume su papel. La gestión de la consulta clínica es médica, de la enfermera es de enfermería y la del centro es de la dirección. Eso está asumido por todos”. Por su parte, Mª Fernanda Piñango advierte que “te tienes que ganar el respeto del equipo. Debes ganarte el prestigio y demostrar que estás haciendo las cosas bien. Si lo consigues, cumples los objetivos y alcanzas los resultados previstos no hay problema”. Para ambas, su formación enfermera es un plus. “Pones un foco muy especial en los cuidados, por ejemplo en la fragilidad de los cuidadores en los domicilios. Estamos muy pendientes, porque en ocasiones se nos escapa sin querer. La enfermería está muy bien considerada por los pacientes”.
Madrid, la excepción
Concepción Martínez Lara es enfermera y profesora integrante del grupo de investigación “Innovación en Cuidados y Determinantes Sociales en Salud”. En su tesis doctoral ha estudiado el nivel de satisfacción laboral de las enfermeras que integran las unidades de gestión clínica de los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla. “He encontrado un nivel medio de satisfacción entre una escala Likert de 1 a 5. El resultado obtenido ha sido de 3,17”. Para su trabajo, Concepción midió diez dimensiones, basadas en el cuestionario validado Font Roja al que añadió nuevos ítems, por lo que lo denominó ‘G-Clinic’, “en referencia al Hospital Clinic de Barcelona, el primero en introducir las unidades de gestión en España”. Concepción defiende el modelo de gestión basado en estas unidades. “Antes no estábamos en el mismo lugar en lo que a gestión se refiere. Ahora hemos pasado de tener un jefe de servicio y una supervisora a contar con un director y una responsable de cuidados, que siempre es una enfermera. Los dos trabajan de manera conjunta y toman las decisiones por consenso. Estamos en primera línea”. Durante su estudio, la profesora Concepción Martínez Lara comprobó la desinformación que aún existe sobre el funcionamiento de las unidades de gestión. “Me llamó la atención el desconocimiento. Cuando preguntas por qué están a favor o en contra no saben responder”.