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La figura incondicional de la enfermera escolar

DUEduca es un equipo dedicado íntegramente a instaurar a la enfermera escolar dentro de los centros educativos de nuestro país y reivindicar su importancia en la prevención y promoción de la salud. Hablamos con su supervisora, Julia Barajas Román.

15 diciembre 2022 / Número 30 5 minutos de lectura

25 años de experiencia avalan su trayectoria. Pese a que su especialidad es la salud mental, fue el campo de la enfermería escolar el que terminó de enamorarle. Una rama de la profesión donde, asegura, “hay muchísimo trabajo por hacer”. Julia Barajas Román es supervisora del equipo de DUEduca, una pequeña empresa integrada por seis enfermeras que lleva cuatro años dedicada íntegramente a la enfermería escolar, y habla con nuestra revista con el objetivo de seguir visibilizando la importancia de la figura enfermera en los centros escolares. Figura que, en otros países, lleva siendo habitual desde hace años y que, sin embargo, en España, parece no terminar se asentarse como debiera. “Nos hemos dado cuenta de que somos muy desconocidas, y no solo para la población, también para la propia enfermería”. De hecho, “ni siquiera en la facultad de enfermería hay una asignatura de enfermería escolar”. Un escollo que están intentando evitar “abogando muchísimo por conectar con unidades de formación de residentes para facilitar que los centros escolares en los que estamos se favorezca su formación”. Como ejemplo, “hace poco acaba de finalizar su formación en uno de los centros en los que estamos presentes una enfermera EIR de Comunitaria”.
En DUEduca, concreta, “estamos comprometidos con la provisión de la salud a la comunidad escolar, siendo nuestra misión hacer de la promoción de la salud un aspecto cotidiano en los colegios”, explica. Julia garantiza que su propósito más importante es “mejorar la salud y los hábitos de vida de los escolares”, porque ese es otro muro contra el que la enfermería escolar en nuestro país debe luchar: el prejuicio. “Se piensa que la enfermera escolar solo está para atender accidentes puntuales, que también, pero se olvidan de que nuestra labor principal y más importante es la de la educación para la salud”. Por ello, una de sus grandes misiones es la de ofrecer “calidad” y conseguir que los alumnos tengan sus propias herramientas y conocimientos sobre la salud.

Un referente para todos

Ese gran desconocimiento sobre la enfermera escolar fue el motor de creación de DUEduca. “Somos un equipo liderado por enfermeras que apostaron por la enfermería escolar porque se dieron cuenta de que había mucha carencia”. Julia lamenta que, por el momento, las instituciones públicas no apoyen debidamente esta rama de la profesión. Es por eso que su presencia, hasta ahora, se ha limitado a “centros concertados y privados”. Pero nada les frena; ya están pensando en ampliar sus campos de actuación. “Tenemos a otra compañera en Sevilla, con la intención de abrir delegación allí”.
Además, cuenta, es importante que cale el mensaje de que la enfermera escolar no solo es importante para los alumnos, también lo es para los docentes y las propias familias. Prueba de ello, el resultado: confiesa con cariño que “la enfermera escolar termina convirtiéndose en referente de toda la salud familiar; acabas siendo su consultora principal”. Julia cuenta que, una vez “entras en el centro”, la experiencia casi siempre es “muy grata”. “Solemos ser una figura muy bien acogida por todo el entorno”. La enfermera escolar está a tiempo completo en el centro, por lo que sus quehaceres son numerosos. “Una parte es la que puede resultar más obvia, la asistencia a accidentes y patologías crónicas, pero lo que nos da muchísimo más valor es la segunda parte: la educación para la salud”. Puede parecer redundante, se excusa, pero “es que es muy importante, puede hacer que los niños de hoy sean otros adultos mañana”. La vía para conseguir ese objetivo son los talleres. Pese a que estos dos últimos años, con el COVID por medio, ha sido más difícil llevarlos a cabo, “la intención para el curso que viene es impartir más que antes y abrirlos a familias y profesorado”. Talleres que, además, están orientados a cada edad. “Con los pequeños, empezamos con temas como la higiene dental… con los mayores, solemos hablar de sexualidad, primeros auxilios…”. Temas que generan inquietud en determinadas edades y que necesitan respuestas. “Cuando estás allí, te das cuenta de las grandísimas dudas que hay y de que te necesitan como consultora”.
Un apoyo, también, para los profesores, con los que la enfermera escolar se coordina para que el temario y los talleres se den la mano y se complementen. “Hace poco, hablamos de higiene y sexualidad en 5º de Primaria porque el temario abordaba el aparato reproductor”. Eso hace que los niños “se abran mucho más” porque saben que “tú, como enfermera, no les vas a calificar; no se sienten examinados”. Más allá, incluso, de las paredes del colegio. “Ven aquí una puerta accesible para contarte todo aquello que les inquieta… los que puedan tener en el centro, pero también los que tienen en casa”, cuenta Julia.
Lo mismo ocurre en el tema de las patologías; la enfermera escolar se convierte en un gran refugio para el profesorado. “En uno de los coles en los que estamos, ha debutado una niña con diabetes que está en 2º de Primaria. Eso genera revuelo en los compañeros, porque llegan y la ven que se está pinchando, tiene que hacerse sus controles, sube y baja a la enfermería… normalizar y hablar todo eso, integrarlo, va muy bien y ayuda al profesor”. En este caso concreto, “la profesora estaba muy asustada por lo que pudiera pasar, y saber que estás ahí relaja muchísimo, además de darle información que no se suele tener y que también tranquiliza”. Lo mismo se aplica en la zona de comedor, “donde el personal nos consulta mucho por las alergias, intolerancias y todo lo que pueda estar relacionado con la alimentación de los alumnos”.

Imagen obsoleta

Respecto a si la imagen de la enfermera escolar, aunque sea levemente, ha ido evolucionando a raíz de la pandemia, Julia cree que “hay un poco de todo”. “Fue una situación de mucha emergencia, y vernos ahí estaba bien, pero creo que es una figura emergente”, dice, refiriéndose a que no se mantiene en el tiempo una vez pasan esos momentos de crisis sanitaria. La meta es que esa implicación social para con las enfermeras escolares se sostenga en el tiempo. Una tarea complicada. “Te encuentras muchas barreras; es difícil abrir camino porque hay mucha desconfianza por parte de las direcciones de los centros”, explica, aunque conserva la esperanza de que, con esfuerzo, la situación cambie. “Igual que el orientador ha conseguido su sitio y, ahora, casi todos los coles cuentan con un equipo de orientación, creo que con la enfermería escolar terminará pasando igual”. Pero, enfatiza, para ello se necesita “la implicación de todos”.
Como mencionábamos brevemente al principio de este reportaje, las ideas preconcebidas y muy poco actualizadas de la enfermera escolar son lo primero que hay que derribar para avanzar. Para ello, la divulgación es fundamental. “Lo que hay que hacer es señalar toda la labor que hace la enfermería dentro del centro educativo, porque a nosotros nos ha pasado de contactar con centros que decían que si los niños tenían un accidente los llevaban al centro de salud más cercano, y por eso no nos necesitaban. Y no, no es eso”, puntualiza Julia. “Lo que nos da valor es la promoción y la prevención en salud, que los niños desde edades muy tempranas adquieran conocimientos en salud y autocuidado. Es enriquecedor cuando tienes una trayectoria en un centro y vas viendo cómo esos niños interiorizan muchísimos conceptos”. “Es una inversión de futuro”, sostiene.
La parte positiva es que, con mucho esfuerzo, donde la enfermera escolar consigue estar, conquista a todos, y no solo por esos lazos especiales que Julia compartía con nosotros sobre estas líneas. También están ahí en las situaciones más complicadas, como la posible detección de maltrato o abuso infantil. “Tenemos una guía elaborada por las supervisoras de DUEduca, y cada enfermera que está en colegios dispone de ella. Pusimos especial sensibilidad para poder detectar este tipo de problemas, y colaboramos con el profesorado y el orientador para hacer un abordaje multidisciplinar”.
Por todo ello, en cualquier ámbito escolar, y en el entorno que rodea a los alumnos desde cualquier prisma, “somos una figura incondicional” que, espera nuestra entrevistada, se potencie todo lo necesario para llegar a donde tiene que estar: en cada centro escolar.

Etiquetas: DUEduca,Enfermera escolar