La metodología enfermera constituye un proceso integrado y completo de calidad que permite cerrar un ciclo continuo que garantiza la eficiencia y seguridad de los cuidados en su aplicación clínica en respuesta a las demandas de la persona, familia o comunidad.
No se trata, por tanto, de un elemento único o de una actuación independiente, sino de un compendio de actuaciones enlazadas, relacionadas e interdependientes entre ellas, que delimitan un proceso de calidad enfocado hacia los cuidados: el “Proceso de Atención a los Cuidados”, resultado de una evolución del PAE (Proceso de Atención de Enfermería).
Este proceso está definido por la presencia de diferentes fases interdependientes e interrelacionadas, de forma que la modificación de cualquiera de ellas repercute en el resto de manera proporcional, según los principios que establecen dichas relaciones.
A su vez, este proceso está organizado siguiendo una estructuración lógica de sus componentes en diferentes niveles:
Primer nivel: Etapas del proceso de atención de los cuidados
Constituye el nivel de abstracción más amplio donde se plantean los aspectos más generales del proceso. Están definidas tres etapas en el Proceso de Atención a los Cuidados:
– 1ª etapa: Detección de problemas de cuidados.
Esta etapa tiene como finalidad determinar con precisión la situación de cuidados, delimitando la naturaleza de los problemas y situaciones de mejora de cuidados que el profesional debe plantearse abordar a través de los diferentes cuadros clínicos existentes, definidos por los diagnósticos de enfermería.
– 2ª etapa: Tratamiento de los problemas de cuidados.
En esta etapa se realiza la planificación y puesta en marcha de las actuaciones terapéuticas encaminadas a mejorar las diferentes situaciones de cuidados definidas por los diagnósticos de enfermería delimitados en la etapa anterior.
–3ª etapa: Evaluación del proceso de cuidados.
Destinada al seguimiento en la evolución del proceso global de cuidados establecido. En esta etapa se evalúa la efectividad de las actuaciones desarrolladas tanto en la consecución de las metas establecidas como en la situación de la persona.
Segundo nivel: Fases del Proceso de Atención de los Cuidados
Constituye un nivel más concreto de abstracción, compuesto por las fases definidas dentro de cada etapa para el desarrollo del proceso de la Metodología Enfermera.
Las fases son independientes en su desarrollo y están ubicadas dentro de cada una de las etapas establecidas en el primer nivel de estructura de la metodología enfermera, delimitando y concretando las actuaciones a realizar en el mismo.
Existen cinco fases en total:
Valoración – Diagnóstico – Planificación – Ejecución y Evaluación.
HERRAMIENTAS Y TÉCNICAS SANITARIAS PARA LA VALORACIÓN ENFERMERA Ficha de valoración enfermera nº 2 |
Continuamos con el coleccionable de la fichas de la publicación “Valoración enfermera. Herramientas y técnicas sanitarias” del Departamento de Metodología Enfermera. En este número se publica la ficha nº 2, dedicada a la “Agudeza visual”, siguiendo la misma estructura definida en el número anterior.
Concepto y descripción
Refleja el resultado de la medición de la capacidad funcional del sistema de visión de la persona para percibir, detectar o reconocer objetos, e identificar detalles espaciales en unas condiciones de buena iluminación.
Una persona con buena agudeza visual es capaz de apreciar detalles pequeños y concretos de las imágenes.
Herramientas y técnicas sanitarias de valoración
Para la VISIÓN LEJANA (superior a los 30 cms.):
1. Optotipos.
a) Descripción. Test de valoración de la visión para uso clínico:
– Entre 2 y 6 años: Test de dibujos de objetos. (Ver figuras 1. 2, 3 y 4).
– A partir de los 6 años. Test de letras. (Ver figuras 5 y 6)
b) Técnica de realización. Utilización de los optotipos:
Se explora cada ojo por separado, ocluyendo la visión del ojo contrario sin presionarlo y asegurándose de que el optotipo tenga una buena iluminación.
La exploración se realiza con el optotipo a la distancia adecuada.
Comenzando desde las hileras de mayor tamaño y continuando hacia las siguientes hasta que los optotipos ya no puedan ser identificados con exactitud, registrándose como visión de cada ojo la última fila visualizada.
c) Interpretación de resultados:
Con la debida corrección ocular, en caso necesario, y a la distancia adecuada se considera normal una visión completa del optotipo, la unidad, en el adulto.
En los niños, la agudeza visual aumenta con la edad. Al año es de 0,2, a los dos años 0,5, a los tres años 0,6, a los cuatro 0,8 y, entre los 5 y los 6 años, se alcanza normalmente la unidad.
2. Reflejo del ojo.
Entre 0 y 2 meses de edad no es posible realizar una medición de la agudeza visual dado que no existe la maduración necesaria para la interpretación de las imágenes, por lo que en este período se debe asegurar la transparencia de los medios que permita la maduración neurológica en la transmisión de las imágenes.
a) Descripción. Test de valoración para uso clínico entre 0 y 2 meses:
El test del reflejo rojo se usa para detectar anomalías del fondo del ojo y opacidades de los medios oculares, como cataratas u opacidades corneales. La importancia de pasar este test estriba en el diagnóstico precoz de problemas oculares en los cuales es esencial un tratamiento temprano para el futuro desarrollo visual.
b) Técnica de realización:
Debe realizarse en una habitación con poca luz. El lactante tendrá los ojos abiertos, preferiblemente de forma voluntaria.
Usaremos un oftalmoscopio sosteniéndolo cerca del ojo del examinador y enfocando la pupila del ojo del lactante a una distancia aproximada de 1 metro.
c) Interpretación de resultados obtenidos:
Los reflejos rojos deben aparecer brillantes e iguales en ambos ojos.
Ante la presencia de asimetrías en el reflejo, pérdida del reflejo en un ojo, reflejo blanco, manchas blancas u oscuras y cuando tengamos dudas, deberemos derivar al oftalmólogo