Allí donde existen, las consultas de enfermería de las unidades de reproducción asistida se han convertido en un referente necesario e imprescindible para las mujeres y sus parejas. A pesar de que han demostrado su utilidad, aún no están generalizadas en el sistema sanitario público español. Laura Moreno Ochoa, enfermera de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, recuerda cómo fue la creación de su consulta de enfermería: “Llegué a la unidad en 2007. Preparamos una encuesta para comprobar el grado de satisfacción de las pacientes y comprobamos que demandaban una atención más personalizada, que se equivocaban con las autoadministraciones y no comprendían toda la información que les dábamos. Pensamos en cómo corregir la situación e implantamos un sistema de gestión calidad ISO 9001 y creamos la consulta de enfermería”. Así, un año después de la creación de la consulta, en 2008, se duplicaron los embarazos y disminuyeron en dos terceras partes los errores de autoadministración. Otro caso de similares características lo encontramos en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde fue una solicitud del propio equipo, como señala la enfermera Concepción del Pino Ortega. “Creamos la consulta debido al alto número de mujeres que teníamos que atender y a las necesidades que manifestaban. Requeríamos un espacio físico para garantizar una atención correcta. Lo solicitamos a la dirección de enfermería, quien nos apoyó y nos dio el visto bueno”. Además, cuentan con la certificación de calidad ISO. En el caso del hospital vallisoletano, las enfermeras compaginan su actividad asistencial en la unidad de reproducción asistida con su trabajo específico en la consulta.
Gregorio Marañón, el pionero
El Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid fue el primer centro público en crear la consulta de enfermería dentro de su unidad de reproducción asistida. Fue en 2008. A pesar de que hace ocho años, este servicio no se ha generalizado en España.
Papel relevante
En las unidades de reproducción asistida las funciones de la enfermería son muy relevantes, como explica Laura Moreno Ochoa. “Nosotros hacemos de amortiguador de todo. Por protocolo, tenemos que ver siempre a las mujeres, cada vez que vienen al hospital. En otras muchas ocasiones, son las propias mujeres quienes demandan nuestros cuidados. Son tratamientos complejos, en ocasiones con baja probabilidad de éxito. Tienen que asimilar mucha información en poco tiempo. Si se equivocan un día con la medicación a lo mejor hay que empezar de nuevo. Todo esto genera mucho estrés. Para afrontar estas situaciones, nosotros hablamos mucho con las mujeres. Aclaramos todas sus dudas, tanto presencialmente como por teléfono. Incluso tenemos un servicio de webcam”. En esta misma línea, Concepción del Pino Ortega destaca la cercanía a las parejas como un valor añadido de la consulta de enfermería. “A nivel psicológico es muy importante el trabajo que realizamos. Estamos a disposición de las mujeres para que recurran a nosotras en cualquier momento del proceso, ya que son ellas mismas quienes se administran los tratamientos”.
Según explican tanto Laura Moreno como Concepción del Pino, el trabajo de la enfermería comienza con una consulta inicial donde informan a las parejas sobre el servicio y sobre cómo se va a desarrollar todo el proceso, recaban la documentación administrativa para los trámites correspondientes y colaboran en la primera exploración ginecológica. En la fase de tratamiento, llevan el registro de los mismos, acompañan y explican a las mujeres las pruebas que se van a hacer, como las ecografías, les enseñan a autoadministrarse correctamente la medicación y a ponerse las inyecciones cuando es necesario, así como a cuidar aspectos como la dieta, el ejercicio físico, etc. Además, en la consulta de enfermería las profesionales están a disposición de las mujeres para todo aquello que necesiten. “Hacemos mucha terapia con ellas”, afirma Laura. “Las apoyamos en lo que sea necesario”, completa Concepción. El trabajo culmina una vez que se confirma el embarazo y se deriva entonces a la mujer a la unidad de obstetricia. “El seguimiento de todo el proceso es uno de los aspectos que más me gustan de mi trabajo”, confiesa Concepción. “Cuando les acompañas desde el primer día que vienen a la consulta y ves el resultado del tratamiento. Si lo consigues, es algo muy gratificante”.
Las consultas de enfermería aumentan también la calidad de la atención percibida por las mujeres. Así lo muestra un estudio realizado en el Hospital Gregorio Marañón. “Pasamos una encuesta de satisfacción sobre nuestro trabajo y nos calificaban con más de un 8,5. Estamos muy contentos”, subraya Laura Moreno Ochoa. Resultados como éste, muestran la necesidad de seguir impulsando el papel de la enfermería. “Debemos sensibilizar a las gerencias para que nos den más importancia, apoyen nuestra formación y fomenten el trabajo del equipo multidisciplinar, favoreciendo la práctica clínica basada en la evidencia. Así conseguiremos mejorar la calidad asistencial, aumentar el grado de satisfacción de los pacientes y controlar el gasto sanitario”.
Las listas de espera, la gran rémora
Las listas de espera para acceder a un tratamiento de reproducción asistida es la cuestión que más insatisfacción provoca entre las pacientes. La creación de las consultas de enfermería en hospitales como el Gregorio Marañón de Madrid y Clínico de Valladolid ha contribuido, en cierto modo, a acelerar los procesos. Por el contrario, la falta de personal enfermero es uno de los principales problemas que tienen las profesionales de enfermería para desarrollar todo el trabajo que podrían hacer desde su propio servicio.
Grupo de trabajo
La Sociedad Española de Fertilidad ha creado un grupo de enfermería con el fin de trabajar en el desarrollo del perfil profesional en la consulta de enfermería de las unidades de reproducción asistida, así como generalizar la puesta en marcha y la consolidación de las consultas de enfermería en el conjunto de los hospitales españoles.
Entre los propósitos principales se encuentran la unificación del trabajo que se realiza en este servicio, el intercambio de experiencias, profesionales y la promoción de investigaciones comunes, entre otros. Se trata de aunar esfuerzos y llevar a cabo acciones encaminadas a mejorar la atención de las mujeres que reciben tratamientos de reproducción asistida en España.
Investigación y evaluación
Una vez puestas en marcha las consultas de enfermería, tanto en el Gregorio Marañón con en el Clínico de Valladolid coinciden en afirmar que el siguiente paso es establecer sistemas de evaluación de resultados e impacto del trabajo que realizan. Igualmente, entre los propósitos de futuro también adelantan la intención de fomentar la investigación sobre los cuidados en las unidades de reproducción asistida.
Terreno por conquistar
Desde el prisma de su experiencia, Concepción del Pino Ortega afirma que son las propias enfermeras quienes deben abrir el camino para promover la creación de la consulta de enfermería en reproducción asistida. “En los hospitales de la sanidad pública donde existen hemos sido nosotras quienes hemos luchado por ello, quienes nos hemos ganado con nuestro trabajo la creación del servicio”, concluye.