Lucía Alonso González es una bióloga española que estudia en la actualidad la carrera de Matrona en Nueva Zelanda
Lucía Alonso González es bióloga. Ha trabajado como investigadora en el ámbito de la biología molecular y genética en la Universidad de Cambridge (Inglaterra), en Hamilton (en la Isla Norte de Nueva Zelanda) y en la Facultad de Medicina de Christchuch (Nueva Zelanda). Tras esta experiencia decidió estudiar la carrera de matrona en el país oceánico. “Quería que estuviera relacionada con la biología, que siempre ha sido mi vocación; que adquiriera habilidades para realizar voluntariados en países empobrecidos, algo que me apetece hacer; y que fuese compatible con la investigación, que quiero seguir desarrollando. Matrona cumplía estos requisitos”.
Lucía Alonso González, estudiante de matrona en Nueva Zelanda.
“Es un privilegio ser testigo del nacimiento de un niño. Son momentos inolvidables, llenos de magia”.
Actualmente, Lucía se encuentra en el tercer y último año de carrera. “Estudiar en Nueva Zelanda, con uno de los sistemas de atención a la maternidad más avanzados del mundo, está siendo una experiencia emocionante y enriquecedora. Este tercer año, el 80% son prácticas con una matrona para aprender a ejercer como matronas independientes, tomar decisiones, derivar a otros profesionales de la salud si es necesario, recetar medicinas, lidiar con partos naturales o asistidos, colaborar con otros profesionales y aprender a crear y gestionar nuestra propia empresa, ya que seremos trabajadoras autónomas. A pesar de que a veces resulta agotador y completamente impredecible, estoy disfrutando enormemente y me muero de ganas de licenciarme”. La continuidad es uno de los aspectos que Lucía destaca sobre el trabajo de las matronas. “Visitar a las mujeres en su casa, tomar un café con ellas mientras escuchas cómo va su embarazo; animar a sus otros hijos a participar en el cuidado de su mamá; visitar a una mujer que está de parto y te sonríe en cuanto te ve con una expresión que dice ‘te conozco, confío en ti y sé que me vas a acompañar en esta experiencia, ya no estoy asustada’, la anticipación de conocer a ese bebé del que ya te sientes como parte de la familia; el momento en el que los padres ven al bebé por primera vez; y los primeros minutos durante los que contemplan extasiados la nueva vida, disfrutando del privilegio de ser testigo de esa magia. ¡Hay tantos momentos inolvidables!”. Una vez termine, Lucía tiene previsto trabajar como autónoma para atender a las mujeres embarazadas. Otra opción sería trabajar como asalariada en un hospital.
Matronas y enfermeras obstétricas, dos perfiles
Tras conocer el sistema sanitario de Nueva Zelanda, Lucía Alonso explica que la matrona y la enfermera obstétrica son dos figuras diferentes, con distintas competencias y carreras diferentes. “El ámbito de la matrona es sólo el embarazo, parto y postparto hastalas seis semanas. Las enfermeras obstétricas son responsables de la salud femenina en otros ámbitos distintos del embarazo. En mi opinión, funciona bien porque las competencias están muy legisladas y respetadas por todos, no existe ‘competición’ entre matronas y ginecólogos. Todos tienen claro para qué sirven y lo que hace cada profesional por separado y trabajan en equipo”.
En Nueva Zelanda, las matronas tienen mucho prestigio social. “Fueron las mujeres las que permitieron la evolución del sistema neozelandés, por lo que la figura de la matrona es muy apreciada y respetada. Cuando una mujer se queda embarazada busca a su matrona”.
La continuidad es otro aspecto destacado. “Cada mujer elige a una matrona para todo su embarazo, parto y postparto. Esto permite un trato personal e individualizado. Una matrona no tiene ‘pacientes’, sino mujeres o ‘clientas’ a las que conoce y forma una relación aproximada de un año, de ‘amistad profesional’”, describe Lucía Alonso.
La mujer decide
De su experiencia en Nueva Zelanda, Lucía Alonso subraya la capacidad de decisión de la mujer y la responsabilidad compartida con la matrona. “En vez de ser una relación jerárquica en la que la matrona o el ginecólogo dicen a la mujer lo que tiene que hacer, le explican todas las opciones existentes y respetan su elección, incluso si implica un mayor riesgo para su salud o para el parto. El sistema considera que las mujeres son adultas con libertad para decidir. Dicho esto, la mayoría de las mujeres confían en su matrona y en sus conocimientos y raramente deciden asumir algún riesgo sin tener un motivo de peso”.