Trabajo enfermero

Diástasis, un enfoque rehabilitador

La enfermera y matrona Sara Cañamero de León ha desarrollado un método que permite la recuperación de la diástasis sin intervención.

20 marzo 2020 / Número 23 4 minutos de lectura

Sara Cañamero de León es enfermera pediátrica y matrona. Tras trabajar en diferentes hospitales de Madrid y Pamplona, en servicios que no estaban relacionados con su formación, decidió emprender, a pesar de que había logrado plaza en la sanidad pública. “Me destinaron a una planta de vascular y yo nunca había trabajado con adultos. Es una de las realidades de las enfermeras, que valemos para todo. Entonces, decidí empezar desde cero y, como soy muy activa, me aventuré con Maternatal, un centro de atención integral a la mujer y a la primera infancia, con matronas, fisioterapeutas, psicólogos y profesionales de atención temprana”. De forma paralela a esto, tras tener su segundo hijo, Sara sufrió una diástasis de rectos o abdominal, patología relativamente frecuente tras el embarazo que consiste en la separación de los músculos rectos abdominales. A raíz de ello, Sara comenzó a formarse en las técnias de rehabilitación. De todo ello hace alrededor de siete años. En la actualidad, Sara es una de las principales especialistas en esta patología de nuestro país. “Entonces no había nada. Si tenías una diástasis la única opción que te daban era la operación. Me formé en Canadá y Estados Unidos, donde aprendí el método de Judi Tupler, que era la única profesional que trabajaba la rehabilitación. Además, en Francia conocí la labor de los fisioterapeutas, que estaban bastante avanzados en diástasis de rectos y con todo ello generé mi propia propuesta para abordarla”.

El programa desarrollado por Sara Cañamero es único en España y está especialmente dirigido a las mujeres. “La diástasis abdominal afecta al 70% de las mujeres que han tenido más de dos hijos. Son personas que se encuentran realmente mal. Se miran al espejo y no se reconocen. Su problema no se puede solucionar con dieta o ejercicio. Además, puede tener repercusiones negativas en el suelo pélvico, a nivel lumbosacro y digestivo”. El tratamiento tiene una duración de nueve semanas. “La mayoría de las pacientes son de sexo femenino y madres. Necesitan gestionar bien el tiempo y saber cuánto les va a llevar. Les ponemos un objetivo, con inicio y final. Primero, realizamos una valoración, midiendo la separación de los rectos abdominales, con ecografía y técnica manual. Luego, establecemos el tratamiento, dividido en tres fases: choque, estabilización y mantenimiento. La primera etapa es común para todas y a partir de ahí nos vamos adaptando a la respuesta de cada persona. Les enseñamos ejercicios específicos de transverso, oblicuos y combinados. Vuelven al centro para que les corrijamos los movimientos y la respiración y ya siguen en casa, con el apoyo de una plataforma on line. Cada día tienen que trabajar veinte minutos, para que puedan integrarlo en su rutina, facilitando la adherencia”.

Los resultados obtenidos son positivos, con una tasa de éxito cercana al 98 por ciento. Sin embargo, Sara advierte: “Es importante que sean conscientes de que la recuperación no es fácil. Van a llevar vida normal, pero tienen que cuidarse y prevenir. Nosotras les damos las pautas para ello y para que sepan cómo actuar en caso de que se vuelva a abrir la diástasis, aunque esto no suele ocurrir”.

La diástasis en hombres

La diástasis también es una patología que sufren los hombres, aunque tiene sus rasgos particulares, según explica Sara Cañamero. “En las mujeres suele ser completa, abierta desde el pubis al apéndice xifoide, mientras que en los hombres suele predominar la diástasis supraumbilical. Suele estar provocada por tos o estreñimiento crónicos, esfuerzos repetidos debido a la actividad profesional levantando peso o el abuso de determinados ejercicios como los abdominales hipopresivos, ya que no toda la actividad física está indicada para todas las personas. Con los hombres, trabajamos otro tipo de entrenamientos, pero siempre durante nueve semanas”.

Al margen de la diástasis, en Maternatal ofrecen otros muchos servicios. “Intentamos recrear la esencia de la enfermería, acompañando a las personas en todos los ámbitos, bío-psico-social”, expone Sara. “Estamos especializadas en patologías de suelo pélvico, tanto en hombres como en mujeres. Fundamentalmente nos centramos en las mujeres, pues tenemos muchos más riesgos debido a los partos y a las secuelas posteriores que nos pueden quedar. En general, abarcamos todo lo que una matrona o una enfermera pueden hacer por una mujer. El suelo pélvico es mi campo, pero también lo es el postparto. Igualmente, estamos especializadas en sexología”.

Centro de referencia para la diástasis

La trayectoria de Sara Cañamero y Maternatal con su programa de diástasis ha permitido que se conviertan en un centro de referencia para esta patología. “En muchas ocasiones los responsables de las unidades de cirugía de los hospitales de Madrid que operan diástasis me consultan o derivan los casos para que yo los investigue”, señala Sara. De hecho, a veces es aconsejable realizar el tratamiento de rehabilitación antes de la intervención quirúrgica. “En muchas ocasiones prefieren que las pacientes pasen por nuestras manos porque no es lo mismo operar unos rectos que estén separados 8 o 10 centímetros de otros que se queden a 2 o 3, que es lo que conseguimos cuando realizan nuestro programa. Para mí esto es indicativo de que estamos trabajando bien. Llevamos muchos años formándonos e intentando estar en la vanguardia y todo esto me hace feliz, pues me encanta mi trabajo”.pues me encanta mi trabajo”.

Precisamente otra de las actividades que llevan a cabo en Maternatal es la formación de otros profesionales en el tratamiento de la diástasis. “Hemos hecho una primera edición y en 2020 esperamos seguir con nuevos cursos, pues se están interesando por nuestro método compañeras de toda España e incluso de Latinoamérica. Poco a poco se van abriendo nuevos centros y yo estoy contenta con ello. Cuanto más allá seamos capaces de ir por el bien de las mujeres mucho mejor. Cuando tenemos un problema como la diástasis necesitamos apoyo y soporte y no conformarnos con lo que hay establecido. Se puede cambiar, se puede rehabilitar y estar mejor en todos los aspectos, a nivel sexual, de suelo pélvico, abdomen… Cuando nosotras estamos bien, está bien todo nuestro entorno y todo funciona mucho mejor”, concluye Sara Cañamero.

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