España cuenta con más de un centenar de consultoras de lactancia con certificado IBCLC. Su figura aún no está muy extendida ni reconocida por la administración, si bien resultan fundamentales para promover la lactancia materna y solucionar los problemas que puedan surgir
Son más de un centenar de profesionales en España y alrededor de 20.000 en el mundo. Están presentes en más de cien países. Su misión es proteger, promover y apoyar la lactancia materna mediante una intervención de calidad. Son profesionales de la salud preparados y formados para proporcionar ayuda cualificada a las madres lactantes y sus bebés. “La formación que nos dan en enfermería o en la especialidad de obstetricia y ginecología es limitada. Estudias los conceptos básicos y más importantes, pero nadie te explica cómo debes proceder si el bebé abre bien o no la boca o cómo valoras si la posición del lactante es correcta. Sentía la necesidad de saber más, sobre todo a la hora de resolver problemas”, explica Elena Palacio Forcat. En el caso de Belén Abarca Sanchis todo surge “a raíz de mi interés por la lactancia y de la necesidad que sentía de ayudar a las madres y ofrecerles una atención más especializada y específica”. Elena es enfermera y matrona. Belén es enfermera pediátrica. Ambas son IBCLC, acrónimo inglés para designar a las consultoras que están certificadas en lactancia materna.
“Tenemos que mejorar nuestra formación para resolver todos los problemas de lactancia materna”, asegura Elena Palacio Forcat
Belén Abarca es enfermera especialista en pediatría en cuidados medios de neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. “Mis conocimientos como IBCLC me permiten tener herramientas para atender a madres que están en una situación mucho más compleja que quienes han tenido un hijo a término y están en su casa. Es muy difícil mantener una lactancia cuando estás separada de tu bebé prematuro o enfermo, al que no puedes poner al pecho. Ahí es donde suelo intervenir, porque son niños que necesitan aún más la leche materna que un recién nacido sano”. Además, Belén forma parte del comité de lactancia materna de su centro sanitario, donde colabora en la elaboración de guías y protocolos y participa en la mejora de las prácticas e intervenciones hospitalarias. “Las IBCLCs producen un impacto positivo, pues mejoran la tasa de lactancia materna, disminuyen el gasto sanitario y el absentismo laboral y aumenta la satisfacción de las mujeres con su maternidad, con la atención que reciben de los profesionales sanitarios y de nuestras instituciones”, asegura.
Elena Palacio es matrona en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, donde es responsable de la consulta de lactancia materna. “Hago un seguimiento completo de las madres hasta que se resuelve su problema. Por desgracia, seguimos siendo pioneros. Somos una de las pocas consultas que tiene a su frente a una IBCLC. Tenemos una formación práctica profunda a la que añadimos la evidencia científica obtenida al superar el proceso de certificación”. De hecho, Elena Palacio está colaborando con un estudio de otra compañera del Gregorio Marañón, Laura Frías “para demostrar la eficacia de las consultas llevadas a cabo por una IBCLC, pues mejoran las perspectivas y tasas de lactancia y, con ello, la salud pública”.
Emprendimiento personal
La formación y la experiencia como consultora de lactancia ha llevado a Belén Abarca a realizar un emprendimiento para atender a madres con niños prematuros y también formar a otros profesionales, en colaboración con otra enfermera e IBCLC Maisa Martínez de Alegría. “Es un proyecto personal que nos permite llegar a muchas más personas y desarrollar diversas actividades formativas”. Un ejemplo de todo ello son los cursos sobre entrenamiento en lactancia materna impartidos con organizaciones como el Centro Raíces con Carmela Baeza o FUDEN. Además, cuentan con una web, lactancia-prematuros.com, donde publican casos prácticos y responden a preguntas como ¿qué supone para una madre un parto prematuro? ¿es posible la lactancia si mi bebé ha nacido enfermo? ¿cómo puedo extraer leche si mi pecho está duro y doloroso? ¿cuándo podré retirar todos los suplementos que está tomando mi bebé? ¿puedo hacer algo para aumentar la leche que produzco? ¿es posible amamantar si nunca inicié la lactancia? ¿puedo continuar con la lactancia si mi bebé está ingresado? ¿por qué me cuesta despertar a mi bebé? ¿está comiendo lo suficiente?
Respuesta adecuada
Precisamente, ofrecer una respuesta adecuada a este tipo de preguntas fue lo que motivó a Elena Palacio a ampliar su formación. “Lo que tenemos las matronas es que estamos en contacto continuo con mujeres con dificultades de lactancia. Siempre acuden a nosotras. Estaba tratándolas sin una formación específica y por eso comencé a profundizar en el tema. Vi que solo existían cursos muy genéricos, de pocas horas. Fue entonces cuando conocí a Carmela Baeza, IBCLC, con la que comencé a estudiar y gracias a la que decidí acreditarme también como consultora”. Sobre los problemas que suelen presentar las madres, Elena tiene una visión clara: “Un porcentaje importantísimo de dificultades en la lactancia están relacionadas, sencillamente, con una mala posición del bebé, con la tendencia existente a ponerlos en la posición tradicional de cuna, con la mamá muy levantada. Esto no favorece que el lactante ponga en funcionamiento sus reflejos. La mayoría de problemas como el dolor al amamantar, las grietas que lo provocan, que son la mayoría de los casos, se resuelven corrigiendo la postura, con la mamá recostada. Es lo que conocemos como biological nurturing, la posición verticalizada, la mamá recostada y el bebé encima. De esa manera, el niño puede extender un poco el cuello, abrir más la boca y coger mejor la areola. Pero esto no es tan sencillo de generalizar. Llevo muchos años haciendo formación a todos los profesionales y me cuesta mucho que crean que esta posición es realmente mágica y lo es. Sin embargo, los profesionales y las madres siguen poniendo siempre a mamar a los bebés en posición de cuna. No es que sea mala. Ninguna posición es incorrecta si no hay dolor. Todas son buenas, pero cuando aparece el dolor hay que buscar otras alternativas y ésta, en concreto, suele funcionar muy bien, porque ayuda a que el bebé haga su parte, a que no le caiga una teta de arriba. Si la madre está erguida y el bebé en posición de cuna, está como inválido”.
“La consultora de lactancia es una profesión poco conocida en España y, también, poco reconocida por las administraciones, al contrario de lo que ocurre en otros países, como Estados Unidos o Alemania”, afirma Belén Abarca Sanchis
Tanto enfermeras como matronas pueden acceder al certificado IBCL. Para ello, en primer lugar deben cumplir una serie de requisitos, como ser profesional de la salud, tener al menos 1.000 horas de experiencia específica en lactancia materna y otras 90 de formación complementaria en la materia. Posteriormente, hay que superar un examen con el que se obtiene la acreditación, válida durante un período de cinco años que hay que renovar superando una nueva prueba.
Certificado de IBCLC
El certificado de consultora en lactancia, IBCLC en su acrónimo inglés, lo concede un organismo internacional independiente, www.ilca.org. En España, las consultoras están agrupadas en una organización nacional, a través de la que se puede contactar con las 119 IBCLC existentes en nuestro país, ibclc.es.
La necesaria figura de la consultora de lactancia
Raquel Granados fue madre de un bebé prematuro con 26 semanas de gestación. Hoy su hijo, Víctor, tiene seis meses de edad cronológica y tres de corregida. Ambos ya están en casa. Víctor permaneció ingresado en la unidad de hospitalización neonatal durante sus primeras diez semanas de vida. En este período fueron fundamentales los cuidados de las consultoras de lactancia y enfermeras, Belén Abarca y Maisa Martínez, y la enfermera pediátrica Mª Luz Vázquez. Para Raquel “su apoyo, sus consejos y toda la información que me dieron fueron muy importantes. Me enseñó las técnicas de extracción y el empleo del sacaleches, me indicaron las extracciones diarias recomendables, cómo poner al bebé en contacto con el pecho para que se vaya familiarizando aunque no mame. Y, sobre todo, una vez vine a casa me ayudó a realizar la transición de las tomas en biberón al pecho para lograr la lactancia”. Además, Raquel recuerda cómo también le aclaró muchísimas dudas e incluso le sacó de errores debido a la desinformación existente sobre el tema. “Yo tenía mucho miedo a las tomas de leche con biberón. Yo quería que siguieran dándosela por sonda. Sin embargo, Belén me explicó que los prematuros no se confunden como ocurre con los niños a término. Lo que necesitan es tener fuerza y madurez para poder succionar y hacer tomas efectivas. Y así ha ocurrido”.
A raíz de su experiencia, Raquel Granados considera muy necesaria la figura de la consultora de lactancia. “Debería estar en todos los hospitales, dedicada exclusivamente a la lactancia materna en las unidades de neonatología y obstetricia, porque las madres tenemos siempre muchas dudas y miedos y existen numerosos mitos que se resuelven con la información adecuada”.