Desde hace diez años me dedico a la valoración de las personas con Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Partía de un absoluto desconocimiento de esta nueva enfermedad relacionada con los químicos medioambientales. Gracias a la red de mujeres sanitarias entré en contacto con Carme Valls y asistí a uno de sus cursos de formación. Ya había leído en la revista Mujeres y Salud algo sobre las personas que, tras una exposición a algún pesticida o a disolventes en su lugar de trabajo, se sensibilizaban y enferman. Desde hace unos cuatro años también atiendo a personas con sensibilidad a campos electromagnéticos.
La SQM es un problema de salud complejo que precisa de un abordaje terapéutico multidisciplinar. Los cambios en la sintomatología se producen de manera rápida y la propuesta terapéutica debe adaptarse a este dinamismo. La comorbilidad debe ser atendida como parte del proceso terapéutico. Las diferentes profesionales que atendemos a las personas con SQM debemos intentar coordinarnos para evitar pruebas y visitas innecesarias.
La SQM, en particular, y las enfermedades medioambientales, en general, precisan de un abordaje multidisciplinar, con protocolos que eviten la yatrogenia. Desde la soledad a la que me he enfrentado en las consultas de Atención Primaria, he detectado como necesarias algunas propuestas de cara a la atención en los centros de salud que enumero:
1. Procurar que los espacios de atención sean seguros, es decir, que estén exentos en lo posible de químicos. También nosotras debemos tener muy presente no usar productos químicos (perfumes, cosméticos, tintes recientes en el pelo, lavado de ropa con jabones no ecológicos y suavizantes…) cuando vayamos a valorar a estas pacientes, como indica el protocolo sobre SQM del Ministerio de Sanidad.
2. Formación básica del personal de medicina y enfermería de atención primaria. Debería impartirse en las formaciones curriculares y postgrado de medicina, enfermería, trabajo social, psicología y fisioterapia.
3. Seguimiento en las consultas de Atención Primaria, como ocurre con cualquier otra patología crónica, por parte del personal de medicina y enfermería, coordinadamente, tanto a nivel individual como grupal. Y una escucha libre de prejuicios de los síntomas que nos relatan las personas a las que atendemos. La atención grupal me parece imprescindible dado el aislamiento que provoca esta enfermedad.
4. Pamela Gibson, enfermera estadounidense que trabaja con personas con SQM y que ha publicado numerosas investigaciones sobre su impacto en la calidad de vida, señala que es muy importante tener en cuenta la frustración sufrida por las personas con SQM en su relación con los profesionales sanitarios, lo que debería servirnos para entender mejor las necesidades de apoyo de este grupo de personas y la importancia de aumentar su sensación de esperanza.
5. La consulta de enfermería debería hacer hincapié en fomentar entornos saludables aconsejando disminuir la carga química en el hogar, trabajo, agua, aseo personal… Aconsejar ejercicio físico regular acorde a las características de cada paciente y alimentación sana y ecológica según las posibilidades de la persona.
6. Seguimiento en las consultas de trabajo social porque la SQM va unida en muchos casos a discapacidad importante, que unida a la pérdida de trabajo en muchas ocasiones hacen que el empobrecimiento de este colectivo esté siendo casi la norma.
En algunos centros de atención primaria hay profesionales de fisioterapia y psicología. Dado que el dolor es un síntoma que aparece casi en el 100% de las personas, el tratamiento fisioterapeútico, sin emplear sustancias químicas, podría mejorar este síntoma. Sería importante que en la primera visita preguntaran por sensibilidad a campos electromagnéticos.
En cuanto a los problemas reactivos a la enfermedad en el ámbito de la salud mental, fundamentalmente ansiedad y depresión, deberían también ser atendidos en las consultas de psicología, a nivel individual y grupal.
Y para terminar recordar que :
Ellas son en nuestro mundo como “Los canarios en la mina de carbón. Lo que les ha sucedido a ellas sucederá a muchas otras personas a menos que limpiemos nuestro entorno”.