La vocación y el amor por preservar, de alguna forma, la herencia familiar, le llevó a sumergirse en el mundo sanitario. “Mi abuelo era dentista, mi madre es enfermera y mi padre, cirujano cardiovascular”. Con un panorama así, era poco más que un ultraje no llevar en las venas la vocación de ayudar, con su trabajo, a los demás. Pensó en la posibilidad de convertirse en médico, también valoró la enfermería, “pero son campos que te exigen mucho tiempo, y me hubiera sido imposible dedicarme a la música”.
Porque, aunque la rama sanitaria le llamaba, la música ya había tirado la puerta. “Llegó a mí desde muy pequeño, primero como hobby”, cuenta, aunque enseguida se subió a un escenario. “Con veintipocos años, tuve la oportunidad de entrar como cantante de Saratoga y empezar a afrontar las primeras giras. Viajes a Latinoamérica, un montón de locuras, festivales…”. Su despegue en la reconocida banda de heavy metal español fue incontrolable. “Pasé del panorama nacional al internacional en solo unos años”. Actualmente, Saratoga (y Tete) está de gira por medio mundo con su XXX Aniversario.
Tete siempre supo que la decisión era irrevocable: tenía que buscar la forma de conciliar dos vidas aparentemente sin nada que ver: la de la fisioterapia y la de la música. Aunque atendía todo tipo de lesiones, se decantaba más por la fisioterapia deportiva, porque otro de sus pilares en la vida es el deporte. “Encontré un camino súper interesante”, asegura. Tal fue su implicación, que llegó a dirigir una clínica en Pinto, su ciudad natal, junto a otro compañero fisioterapeuta, en la que tenía una amplia cartera de clientes. “Teníamos un centro muy cerca del ayuntamiento y trabajábamos todo tipo de pacientes: de tercera edad, deportistas… al final, el deporte llamaba mucho porque nuestro círculo, también deportistas, se arrimaban a nuestras manos”. Eso hizo que especializase cada vez más sus técnicas hacia lesiones de este tipo.
Sin trampa ni cartón
Pese al don de gentes que desprende, Tete asegura que no hay secretos para conseguir que los pacientes sigan las indicaciones que les pauta el fisioterapeuta una vez salen de la consulta. “Es más, en una hora quieren que les soluciones todos los problemas de su vida”, dice riéndose.
Más allá de las bromas, comparte con nosotros que lo que ayudaba, en gran parte, a que los tratamientos fuesen completos era que “teníamos herramientas muy directas para comunicarnos con los pacientes”. También, “teníamos vídeos en Youtube explicando ejercicios, y les dábamos la información concisa y escueta que necesitaban” porque, de lo contrario, era muy fácil que el paciente cayese en la desgana. “Si le mandas 40 ejercicios, aunque le vayan a venir muy bien, sabemos que, en el día a día, no los va a hacer”. Por eso, su enfoque era: pautas detalladas, pero muy resumidas y directas, que se pudieran hacer fácilmente en casa.
Entender y conocer toda la anatomía maxilofaringea y fonadora, a nivel de tejidos y membranas, de mucosas… la biomecánica a la hora se saber cómo trabajan las cuerdas vocales. Todo ello ha sido de gran ayuda para mí
Una gran ayuda
Pese a que la fisioterapia no es la rama que te lleva a coger un micro y cantar delante de decenas de personas, Tete nos confiesa que sí le ha resultado útil en el backstage, en la preparación para esos shows. Especialmente, siendo el vocalista. “Entender y conocer toda la anatomía maxilofaringea y fonadora, a nivel de tejidos y membranas, de mucosas… la biomecánica a la hora se saber cómo trabajan las cuerdas vocales. Todo ello ha sido de gran ayuda para mí”, asegura, y le ha servido para discernir entre “infecciones, afecciones, afonías y lesiones vocales” y poder, así, analizar el problema para poder abordarlo de una mejor forma. “Se trabaja de una forma muy distinta en un caso o en otro, y lógicamente cuando más conocimientos tienes a nivel estructural y anatómico… pues mucho mejor a la hora del tratamiento”.
Y, sí, las giras son muy largas. Los compañeros se cansan y necesitan un empujoncito… “claro que me ha tocado echar un cable de vez en cuando. El sambenito del fisio te acompaña allá donde vas, y a veces creen que eres Lourdes y tienes que obrar milagros”, vuelve a reír. Pero reconoce que lo hace con gusto. “Ha sido mi profesión, pero sigue siendo mi vocación, y a mí siempre me resulta agradable ayudar a los demás en cualquier circunstancia”.
WAH Show, un paso más
Además de Saratoga, Tete forma parte del macroespectáculo WAH Show, desde donde nos ha dado la oportunidad de charlar para esta entrevista. Una puesta en escena que tiene lugar en IFEMA (Madrid) cada semana, de jueves a domingo, en sesiones de tarde y algunas matinales. “Es una bestialidad que fusiona gastronomía, música y teatro. El foodhall previo al show engloba todos los continentes, y hace constantemente partícipe al público. El colofón se desarrolla aquí, donde nos encontramos ahora, en el anfiteatro”.
Su apretada agenda no le permite actuar siempre en todos los pases de WAH, pero, cuando lo hace, se encarga del bloque de rock. “Hay varios elencos porque es una puesta en escena muy exigente. Empecé en junio, y sigo alucinando. Es una pasada trabajar aquí, con esta logística y este montaje”. Para verle en vivo en WAH, lo mejor es seguir las redes sociales, tanto del show como del propio Tete, así como la web de WAH (www.wahshow.com) para estar al día de las fechas en las que estará presente y comprar las entradas.
Carrera en solitario
Por si fuera poco todo lo que tiene en marcha, Tete nos adelanta que, en unos meses, lanzará su segundo trabajo en solitario, ‘TTN2’. “Tengo preparado, desde hace mucho tiempo, un disco que ha sido producido por Felipe y Juan Guevara”, adelanta. Además, ya tiene material audiovisual para acompañar el lanzamiento. “Tengo dos videoclips preparados que saldrán en otoño (aún no tenemos fecha), y estoy deseando salir a la carga con mis temas en solitario porque es algo muy personal. Hemos invertido mucho tiempo e ilusión, y tengo muchas ganas de que la gente vea el trabajo”. Ya sea en Saratoga, en WAH o en solitario, “lo que quiero es disfrutar de la música. Yo lo que quiero es poder cantar”.
Aún con este panorama de éxitos en la música, le preguntamos si algún día podremos volver a verle con el pijama de fisio puesto, y su respuesta nos sorprende por lo esperanzadora. “La fisioterapia es inherente a mí. Mi madre me decía que ese conocimiento me iba a perseguir toda la vida, y así ha sido”. No se atreve a cerrarle la puerta, ni quiere. “Seguro que tarde o temprano, en algún momento de mi vida, tendré mis pacientes de nuevo. Es una vocación”.