La epidemia de gripe de 1918, conocida como gripe española, fue una de las más letales de la historia de la humanidad, pues provocó una alta morbilidad y mortalidad. Este hecho quedó reflejado en la prensa española de la época, lo que motivó a la enfermera Laura Almudéver Campo a estudiar en su tesis doctoral las informaciones publicadas al respecto y la presencia en las mismas de los profesionales relacionados con el cuidado. “Quería analizar un problema de salud pública en la prensa. Como la historia es una de mis pasiones, pensé en la gripe española, que tuvo un fuerte impacto en la época. Quería saber por qué ocasionó tanta morbi-mortalidad: porque se desconocía el origen, no había tratamientos, había pocos profesionales o no se informaba correctamente en la prensa”.
Con su tesis Laura, profesora asociada de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Valencia y coordinadora de enfermería del Centro de Salud Alfahuir también en Valencia, vinculaba todos los aspectos de su formación, pues al margen de enfermera es licenciada en Periodismo. “Quería utilizar la metodología del trabajo de hemeroteca y del análisis de contenido, solo que mi muestra no iban a ser pacientes sino recortes de prensa”. En total, localizó 6.657 informaciones y anuncios de diez periódicos diferentes, editados entre 1918 y 1920. “Casi todas estaban relacionadas con el concepto gripe. Se referían a los cuidados para evitar la propagación de la enfermedad y a las medidas de higiene. Por el contrario, los conceptos de enfermera, practicante y enfermero aparecían poco, estaban invisibles y cuando salían era para tareas de subordinación. Algo que, en cierto modo, nos sigue ocurriendo hoy en día, cien años después. Quizás la alta mortalidad pueda deberse al déficit de profesionales, además de que no sabían muy bien el origen o el tipo de tratamiento a aplicar. Ahí destacó el trabajo de la Cruz Roja y otras asociaciones, que intentaron paliar la extensión de la epidemia”.
Los anuncios de tratamientos son otro concepto destacado. “Los periódicos publicitaron numerosos anuncios con productos de gran diversidad de formas galénicas y presentaciones, que decían ser milagrosos y con propiedades curativas excelentes para la gripe. Cualquier cosa servía. El problema fue también que los únicos medios de información eran la prensa y los bandos municipales. Había mucha población analfabeta y la prensa solo la compraban los ricos, los clérigos y la alta sociedad, que eran los que conocían lo que estaba pasando y, por tanto, a los que menos les afectó la epidemia”.
Los roles del cuidado
La epidemia de gripe española de 1918 se desarrolló solo tres años después de la regulación de los estudios de Enfermería de 1915. “Las primeras enfermeras todavía casi no habían terminado de formarse. Había muy pocas. Entonces, eran practicantes, las integrantes de la Cruz Roja y las religiosas. Podían proveer cuidados pero no conocían muy bien cómo atajar aquello, porque se desconocía el origen y no se sabía qué hacer”, explica Laura Almudéver.
Entre practicantes, enfermeros y enfermeras los roles estaban diferenciados, según las informaciones publicadas por la prensa. “El practicante siempre aparece acompañando al médico para hacer técnicas, inyectables o vendajes. El enfermero estaba relacionado con funciones de vigilancia y seguridad. Y las enfermeras aparecían en informaciones acerca del déficit de las mismas para atender a los enfermos, del fallecimiento de alguna o cuando convocaban huelgas. Como curiosidad, los practicantes hicieron una porque estaban en desacuerdo con las enfermeras, pues pensaban que su figura era una intrusión en su profesión”.
Además de su tesis doctoral sobre la gripe española, Laura Almudéver ha estudiado el impacto del cáncer en la prensa de principios del s. XX. En este sentido considera que “hay mucho que investigar” y anima a profundizar en esta línea de contenidos, “pues no todos los trabajos tienen que centrarse en técnicas innovadoras o en otros aspectos del cuidado, sino que la historia es un campo muy interesante”.