La Escuela Militar de Sanidad, en Madrid, imparte toda la formación de carácter sanitario que reciben los alumnos alféreces, antes de optar a su destino definitivo en las Fuerzas Armadas. Allí estudian enfermeros, médicos, farmacéuticos, psicólogos y veterinarios.
En la actualidad, 16 enfermeras están recibiendo la formación específica relacionada con la sanidad militar. “Los preparamos para el desempeño que se espera de ellos”, afirma Luis Orbañanos, comandante enfermero y jefe del departamento de Enfermería. “Una de las cuestiones fundamentales, que más nos preocupa, es la proyección exterior que todos los alumnos van a tener en algún momento de su carrera militar, porque van a acudir a misiones internacionales. En muchos casos, incluso poco tiempo después de haber obtenido su primer empleo de teniente”. De ahí, por ejemplo, que todos los alféreces tengan un nivel intermedio de inglés.
“En la formación tenemos muy en cuenta la proyección exterior que los enfermeros van a tener”.
Luis Orbañanos, Comandante enfermero y jefe del departamento de Enfermería.
La formación que reciben durante su estancia en la Escuela Militar de Sanidad abarca cuestiones como el soporte vital básico y avanzado, la intervención en ambientes sanitarios específicos como el nuclear, el biológico y el químico, la enfermería naval y aeronáutica, las aeroevacuaciones y evacuaciones en entornos navales, el buceo y manejo de instalaciones subacuáticas y cámaras hiperbáricas, la actuación en catástrofes, la gestión y organización sanitaria, la logística, la inteligencia sanitaria, la salud pública y la farmacología y prescripción enfermera, entre otras materias.
Junto a la formación previa, la escuela también imparte cursos de perfeccionamiento y postgrado. Así, los enfermeros que participan en alguna misión internacional, antes de su despliegue a la zona de operaciones, reciben un curso de soporte vital avanzado en combate, acreditado por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
Misiones internacionales, vivencias que marcan
La participación en misiones internacionales es una de las vivencias que marcan la vida profesional de los enfermeros. Están en estos destinos durante dos meses. Luis Nevado ha vivido esta experiencia en once ocasiones. “Es lo que más me gusta del ejército. Para mí es el mundo real. Cuanto más tiempo paso fuera más me doy cuenta de que en Europa vivimos en una especie de utopía en la que creemos que el mundo somos nosotros y eso no es así”.
Durante las misiones internacionales el trabajo del enfermero se magnifica. “Cuando sales fuera tu labor se desarrolla mucho más, puedes llevar a la práctica todos los conocimientos y competencias que tenemos”. La convivencia con enfermeros militares de otros países también es otro de los aspectos destacados. “Un enfermero español puede trabajar junto a un médico norteamericano y al revés”, explica Julio Astudillo.
En países como Bosnia o Kosovo, las tropas españolas llegaron a establecer muchos vínculos con la población civil. “Los americanos nos preguntaban por el manual que teníamos para relacionarnos. Nunca hemos tenido nada. Simplemente, hacías una paella y los invitabas”, recuerda Luis Nevado.
Reciclaje continuo
La oferta formativa de la Escuela Militar de Sanidad es muy variada y se adapta a las necesidades de la institución. “Nuestra responsabilidad es encontrar siempre el equilibrio entre la formación que necesitamos como profesionales y aquello que la institución nos demanda”, explica Luis Orbañanos.
Por otro lado, la investigación es clave para la enfermería militar. El soporte vital es la principal línea de trabajo del Departamento de Enfermería de la Escuela de Sanidad. Así lo destaca su responsable, Luis Orbañanos. “Nuestra actuación es fundamentalmente de carácter pre hospitalario. Lo que nos preocupa, lógicamente, es avanzar en el conocimiento deestas áreas. Sobre todo, lo que más valoramos y con lo que podemos trabajar son con sistemas pre hospitalarios”.
Formación especializada
Gracias a toda la formación que reciben, el comandante Julio Astudillo explica que están preparados “para hacer cosas muy interesantes. Tenemos un ecógrafo, un electrocardiógrado, conectado en tiempo real con la unidad de telemedicina del Gómez Ulla. Para manejarlos, nos enseñaron técnicas de posicionamiento con las sondas”.
La experiencia de Raquel Danae
Tras catorce años en las Fuerzas Armadas, Raquel Danae destaca su siguiente vivencia. “Fue cuando veía casos en el MEDEVAC y en el hospital de campaña en Herat. Allí se atendía además a población civil. En una ocasión, vi la cara de una niña destrozada por una miasis. ¡Algo que hoy día ni siquiera se ve en animales en Europa! La acompañaba el que yo creí que era su abuelo. Era su padre y no había cumplido los 35 años. Otro día, llegó un hombre al que habían tratado de seccionarle las manos. Su crimen había sido enseñar a niñas de manera clandestina. Era maestro”.