“Somos enfermeros”. En primera persona del plural, dejando clara su identificación con la profesión que desempeñan en el Ejército. Así se identifican los enfermeros militares. Asistencia, docencia, gestión e investigación son las cuatro competencias que tienen, en su caso, en las Fuerzas Armadas Españolas. A ellas unen una función específica de carácter logístico y operacional, vinculada con su pertenencia a las Fuerzas Armadas, ya que su trabajo se desarrolla en entornos muy específicos y en un ámbito militar. “No dejamos de ser enfermeros, en las mismas circunstancias que los demás, los 250.000 profesionales que somos en España” explica Luis Orbañanos, comandante enfermero y jefe del departamento de Enfermería de la Escuela Militar de Sanidad. “Lo único que hacemos es movernos en un contexto diferente, pero nuestra razón de ser es la enfermería”. Así describe su labor Raquel Danae, enfermera en los Servicios Sanitarios y Enfermería de la Base Naval de Rota.“La labor diaria es similar a la de un enfermero civil, con la salvedad de que, dependiendo del lugar, puede haber mayor o menor volumen de trabajo, asistencial o logístico”.
La capacidad de liderazgo y resolución de problemas son dos de las principales competencias de la enfermería militar, como explica Luis Orbañanos. “Procuramos capacitar a nuestros alumnos para que tengan capacidad de liderazgo. Van a tener que trabajar en un entorno complicado, en muchas ocasiones conflictivo, y deben tomar decisiones muy rápidamente. No hay margen para la duda. Cuando salen de la escuela deben tener muy interiorizado que van a liderar un equipo, van a tomar decisiones de manera inmediata. Por muchos contenidos teóricos que les demos, lo fundamental es que sepan aplicarlos y tomar la decisión correcta en el momento adecuado”.
En este contexto de inmediatez, Julio Astudillo, comandante enfermero y subdirector de enfermería del Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, destaca la capacidad de respuesta inmediata de la sanidad militar. “Lo bueno que tienen las Fuerzas Armadas es que despliegan un hospital de primera atención en muy poco tiempo. Por ejemplo, tras una catástrofe natural, como ocurrió con el terremoto de Lorca. Atendemos a la población durante el tiempo en el que estamos desplegados y nos replegamos en el momento que la sanidad local puede hacerse cargo de la situación”.
Esta capacidad para dar una respuesta inmediata conlleva que los enfermeros militares también tengan una gran capacidad de movilidad y disponibilidad. “Tiene que ser así. Me pueden llamar para irme mañana. Ha pasado en más de una ocasión. Estás en casa. Te llaman. Te dicen ‘ponte el uniforme que mañana te vas a Lorca’ y al día siguiente estás allí”, asegura Luis Nevado, capitán enfermero responsable del servicio de telemedicina del Hospital Gómez Ulla de Madrid.
Por las características de su trabajo, los enfermeros militares están cualificados para hacer de todo. “Quienes estamos en los hospitales podemos atender desde un triaje a la UVI, el quirófano, las unidades de recuperación postanestésica, etc.”, explica Julio Astudillo. “El enfermero es muy protagonista en la sanidad militar”, destaca Luis Nevado.
No obstante, el día a día de la unidad en la que están destinados es muy parecido al de un enfermero civil, como indica Raquel Danae. Sus funciones en la Base Naval de Rota “son similares a las de un centro de salud civil: administración de tratamientos, apoyo a la consulta médica, vacunaciones, control de bajas, seguimiento de pacientes, reconocimientos, atención de urgencias y gestión de personal y material. Además contamos con una máquina de Rayos x y realizamos guardias que tienen como objeto la coordinación sanitaria en caso de una eventual urgencia o emergencia, tanto en tierra como en vuelo o mar”.
“Apasionante”. Así califica su experiencia Julio Astudillo, militar de carrera desde 1981. “Acumulas vivencias muy interesantes. Todos los enfermeros no tienen la oportunidad de participar en misiones internacionales. Vamos más allá. Nuestra formación nos permite realizar más funciones”.
Ingreso y formación
Tras superar el proceso de oposición pública para ingresar en las Fuerzas Armadas, los enfermeros reciben una formación militar de tres meses en la Academia General de Zaragoza, del Ejército de Tierra; en la Academia General de San Javier (Murcia), del Ejército del Aire; y en la Escuela Naval en Marín (Pontevedra), de la Armada. Posteriormente,se incorporan a la Escuela Militar de Sanidad, en Madrid, donde reciben la formación específica como enfermeros militares, a lo largo de seis meses.
Promoción interna
Una vez terminan su formación, los alféreces obtienen el empleo de Teniente y eligen destino en la red sanitaria militar: el conjunto de los ejércitos, la Guardia Civil, la Unidad Militar de Emergencia y la Casa Real, así como el órgano central que comprende todos los hospitales y clínicas militares. Una vez suman cinco años de experiencia y labor asistencial ascienden a Capitán. A
partir de ahí, según las vacantes, pueden llegar a ser Comandante y Teniente Coronel, asumiendo responsabilidades de gestión y dirección.