En profundidad

Baile para conectar con el cuidado

Es imposible discernir dónde termina el enfermero y empieza el bailarín cuando hablas con Rafael Sabido Moreno. Habla con la misma pasión de ambas profesiones, que han marcado su trayectoria vital. Rafael trabaja como enfermero en el servicio de hospitalización a domicilio del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid y está aprendiendo gimnasia artística para completar su formación como bailarín.

23 julio 2020 / Número 25 2 minutos de lectura

Es imposible discernir dónde termina el enfermero y empieza el bailarín cuando hablas con Rafael Sabido Moreno. Habla con la misma pasión de ambas profesiones, que han marcado su trayectoria vital y que le encaminaron a Madrid para poder estudiar Enfermería y Danza Contemporánea. Fueron años muy intensos para compaginar todo. «En 2008 empecé a estudiar la diplomatura en la Universidad Complutense y entré, a la vez, en el Conservatorio de Danza Contemporánea. Tenía prácticas por la mañana y clases por la tarde. En el tercer curso me ofrecieron la posibilidad de cambiar al grado. Acepté. Aunque supuso terminar un año más tarde, en 2012, me permitió compatibilizar todo mejor. Luego logré mi primer trabajo en una UVI con una reducción de jornada. Cubría mis horas y marchaba al conservatorio por las tardes, de 3 a 10h. Así terminé los seis años de danza en 2014. Al principio, como venía del mundo del fútbol no tenía flexibilidad, al contrario que el resto de mis compañeros. Además de las cinco horas de formación dedicaba otra extra a estirar. Este tiempo lo aprovechaba para estudiar enfermería, hacer los trabajos y así seguía por las noches».

Este relato desemboca en la actualidad, con Rafael trabajando como enfermero en el servicio de hospitalización a domicilio del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid y acude a clases de gimnasia artística para completar su formación como bailarín, pues su intención es retomar la danza, que dejó apartada para conseguir la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria.

Baile y enfermería se impregnan uno del otro
«El baile me permite evadirme de las situaciones duras que vivo como enfermero y la enfermería me permite conocer mejor mi cuerpo para prevenir lesiones»

Danza y enfermería se impregnan la una de la otra en el caso de Rafael. «El baile me permite evadirme de las situaciones duras que vives como enfermero. Por ejemplo, cuando trabajaba en la UVI me reseteaba de todo. Liberaba la mente y volvía limpio al día siguiente. Mientras que la enfermería, a nivel práctico, me ha permitido conocer mejor el cuerpo, prevenir lesiones y prestar primeros auxilios. Cuando aparecía algún problema todos los compañeros me llamaban a mí».

Etiquetas: enfermeria y arte