Javier Aguilera Santacruz es uno de los muchos fisioterapeutas andaluces que cuando se acerca la Semana Santa, así como sus días posteriores, atiende a un perfil de paciente diferente al resto del año, los costaleros. Una labor que desempeña desde 2002. Él, como muchos fisioterapeutas,durante varias semanas trabaja en su consulta privada con los costaleros y también en centros especializados habilitados para ello. Es el caso del Centro de Atención al Costalero en Sevilla, del Colegio Profesional de Fisioterapeutas en Andalucía en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla, y que ha cumplido su decimoquintoaño. Por él pasan cientos de costaleros para paliar sus dolencias tras las cargas soportadas por el peso de las imágenes.
Las dolencias musculares de carácter leve-moderado en las zonas cervicales, dorsales y lumbares, en muslos y piernas son las más frecuentes. Lesiones que pueden evitarsecon una buena preparación física previa, estiramientos durante y después de los ensayos y la salida procesional, el uso de ropa y calzado adecuado, una correcta colocación de la faja y, por supuesto, un costal con unas medidas específicas adaptadas a cada persona. Como explica Javier, “el costal es un elemento indispensable. Si no está bien colocado se pueden producir heridas por el roce, similares a quemaduras, que precisarán de curas por parte de enfermeras. Si no está apoyado sobre la c7 de forma correcta puede provocar dolor de lumbares por una mala distribución del peso, así como el síndrome de losescalenos por compresión, provocando hormigueo en brazos”.
A su vez, es indispensable adoptar una postura correcta, donde la espalda permanezca recta con los brazos apoyados en la trabajadera delantera. Es importante que los costaleros carguen el peso en la zona adecuada (zona de la charnela dorso-cervical–base del cuello), pero sobre todo que durante la “igualá” (la selección de quienes llevarán el paso) el capataz seleccione correctamente a los costaleros para que las alturas sean uniformes y no haya desequilibrios en el reparto de pesos. La principal vía para evitar dolencias es la preparación física previa, imprescindible para que la musculatura se adapte. Se hace mediante un programa de entrenamiento que tiene que ser dirigido por fisioterapeutas, y en el que se enseña a realizar un calentamiento previo. También es fundamental que, una vez finalizada la estación de penitencia, se realice un programa de estiramiento adecuado.
A través de herramientas terapéuticascomo la educación para lasalud, el ejercicio terapéutico y la terapiamanual se palían las lesiones que , en la mayoría de los casos, desaparecen tras dos o tres sesiones. Apesar de estos avances, aún se puede mejorar la asistencia. Las hermandades podrían contratar a un fisioterapeuta, algo que ya se está dando. También es importante que potencien la educación, incidiendo en que los ensayos no son preparación física suficiente para el esfuerzo de la estación de penitencia.
Para Javier Aguilera con una preparación adecuada no existe ningún tipo de riesgo. Para eso está la importante labor de los fisioterapeutas, que con su trabajo velan por la salud de los costaleros.