La tesis doctoral de Antonio Barbero busca demostrar el impacto que tiene la mediación como estrategia educadora con adolescentes, empleando la figura del mediador que formando parte del mismo grupo facilita la formación en salud del resto de integrantes del colectivo. Para ello, entre 2012 y 2017, llevó a cabo una investigación cualitativa «entrevistando a 427 jóvenes pertenecientes a 8 institutos y 12 asociaciones juveniles. Sabíamos que en el sistema educativo; por ser obligatorio, íbamos a llegar con seguridad a todos los jóvenes con cualquier intervención de educación para la salud, pero en el movimiento asociativo; aun no estando todos, los que van lo hacen voluntariamente y presentan una mayor predisposición a lo que allí tú hagas». Así comienza a explicarnos cómo organizó su investigación para conseguir una muestra representativa de todos los niveles socioeconómicos posibles.
«Los institutos eran públicos, concertados y privados. En cuanto a las asociaciones, buscamos llegar a la mayor diversidad de grupos; tanto políticos, deportivos, culturales, solidarios, religiosos… Partíamos de la hipótesis de que en el asociacionismo, la mayor receptividad conlleva un gran potencial de cohesión grupal y de fomento de la ayuda mutua. Esto es un buen contexto para trabajar la promoción de la salud con ellos», explica Antonio.
En el proceso, estudió las actuaciones mediadoras con jóvenes de catorce a veinticuatro. Para ello, contó con la colaboración de 49 profesionales de perfil socio-sanitario-educativo así como con 5 informantes clave de reconocido prestigio, junto con Mª de los Ángeles García-Carpintero Muñoz y José Rafael González López como directores de tesis; todo un honor para él. Ambos acompañaron a Antonio en esta aventura con la que «además de contemplar la mediación en salud como intervención individual o grupal, se posibilitó la recogida de datos para el diagnóstico de salud en la comunidad» continúa. «El perfil del mediador ha de ser de igual edad, entorno y/o experiencia que la del grupo al que se dirige; así como con suficiente habilidad social y comunicativa. Ya con la edad hay mayor predisposición y valoración de la mediación formal basada en la experiencia sin importar el factor igual», encontrando diferencias de género según el estrato social de los jóvenes: «más chicos que chicas en grupos de mayor relevancia social (política y deporte)». Otras conclusiones revelan que «su ámbito más efectivo es el asesoramiento de tema psicoafectivo, emocional y/o sexual».
La figura del mediador
En su experiencia como enfermero que trabaja por la promoción de la salud, en el Ayuntamiento de Sevilla, Antonio ha comprobado «que lo importante es la forma de llegar a la población; no solo para la asistencia sino también para la prevención. El profesional frente a los jóvenes dista mucho de su jerga, de su vocabulario y de sus costumbres. Y aunque tiene que acercarse, es importante hacer uso de alguien como ellos; de su grupo». Aquí es donde entra la figura del mediador. Antonio confiesa que plantearse esta investigación particular, fue una experiencia maravillosa «al darme cuenta de que por mucho que trabajes con los grupos; la cualidad de un agente de su entorno es importante, y de hecho fueron inimaginables las categorías por segmentación identificadas en la tesis para buscar al mediador ideal; resultando hasta 57 subcategorías».
Otra de las cualidades importantes que ha de reunir el mediador, es que tiene que ser alguien bien formado: «para ello debe recibir una formación previa por parte del profesional. De esta forma impartes un taller de un número determinado de sesiones y cuando tú no estás es el mediador el que sigue trabajando con el grupo; de una manera más informal, pero transmitiendo un mensaje certero, que es para lo que se le ha formado». Este tipo de metodologías, en las asociaciones «funciona mejor aún», recalca Antonio.
Antonio Barbero.
«Lo importante es la forma de llegar a la población; no solo para la asistencia, sino también para la prevención. Aquí, es importante la figura del mediador».
Educación para la salud en Sevilla
Antonio Barbero ha comprobado la necesidad de la mediación en salud desde su labor en la Unidad de Promoción de la Salud de Bellavista-La Palmera en el Ayuntamiento de Sevilla, donde «nos coordinamos y complementamos con los centros de salud», explica.
«La mediación como estrategia de educación para la salud es muy eficaz, pero sin embargo queda en el campo de la prevención y el sistema público de salud suele sacrificarla en favor de la asistencia», aclara. Antonio, quien continúa reconociendo que a pesar de lo fructífera que es la mediación en atención a su estudio, «los recursos humanos de la administración son limitados para ello; y lo que más vende de cara a la sociedad, es la asistencia por cuanto puedes cuantificarla. En cambio, la eficacia y el impacto de las intervenciones de promoción de la salud, no es fácil de medir y ni mucho menos da fruto de un día para otro».
No obstante, hay muchas formas de realizar promoción de la salud, tal y como muestra la experiencia del propio Antonio, implicado en muchas otras acciones y proyectos. Así por ejemplo participa en un programa de radio sobre educación para la salud, emitido en Radius; la emisora de la Universidad de Sevilla. Su nombre ya es una declaración de intenciones ‘A tu Salud’. «La verdad es que ya había tenido alguna experiencia en emisoras locales antes de acabar la carrera y me había encantado, por lo que no pude evitar volver a involucrarme en la que considero una iniciativa fabulosa junto a compañeros extraordinarios»
Doctor por la Universidad de Sevilla
Antonio Manuel Barbero Radío es doctor en Ciencias de la Salud por la Universidad de Sevilla desde 2017. Cuenta en su cv con varios másteres y especialidades. Además de sexólogo, acupuntor, enfermero del trabajo, es funcionario de carrera del Servicio de Salud del Ayuntamiento de Sevilla; donde ejerce la gestión como enfermero jefe de negociado, y la atención a la población mediante la promoción de la salud. Esto le llena enormemente pues combina esta faceta con la de investigación en la Facultad, junto a la de docencia de las asignaturas ‘Ética y Gestión’ o ‘Género y Salud’ del Grado de Enfermería; como profesor del Departamento de Enfermería de la US. Además, es vocal de la Asociación Española de Medicina y Salud Escolar y Universitaria, con numerosas publicaciones y reconocimientos entre los que destaca el primer premio del Certamen Nacional de Enfermería Ciudad de Sevilla 2013, y el Meridiana 2019 otorgado al profesorado de la asignatura de Género.