El racionamiento de los cuidados en enfermería y sus consecuencias es el tema de un proyecto europeo en el que desde España están trabajando el Dr. Antonio Zamudio, enfermero coordinador de cuidados de la Unidad de Gestión Clínica de Oncología Médica de Málaga y miembro del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Málaga (IBIMA), la Dra. Pilar Fuster, enfermera y profesora del departamento de Enfermería de la Universitat Internacional de Catalunya, así como el Dr. Cristóbal Rengel, matrón del Hospital Virgen de la Victoria y profesor asociado de la Universidad de Málaga, y la Dra. Ángela Torres, matrona del Hospital Materno-Infantil de Málaga. La iniciativa está promovida por el programa de Cooperación Europea en Ciencia y Tecnología (COST). “Es un proyecto puesto en marcha desde enfermería sobre el racionamiento de los cuidados u omisión de cuidados, un problema multidimensional que está poco conceptualizado”, explica Cristóbal Rengel. “Son los trabajos que no se hacen, en ocasiones porque se han institucionalizado y ya todos estamos habituados a que no se realicen. Por ejemplo, cuando le decimos a un paciente que camine. Es una labor enfermera, pero no estamos pendientes de si lo hace. Delegamos esa responsabilidad. En otras ocasiones esto se produce por cuestiones económicas, debido a los recortes de plantilla, o por temas culturales, pues estamos más tiempo trabajando con el ordenador y abandonamos otras tareas”.
El proyecto COST aborda el problema del racionamiento de los cuidados, su omisión o pérdida, y las consecuencias que tiene para los pacientes
El proyecto está impulsado por el Departamento de Enfermería de la Cyprus University of Technology-Chipre, y en él participan investigadores de más de veinte estados de la UE y de otros países colaboradores como Israel, EE.UU., Canadá, Australia o Nueva Zelanda. “De un lado, tenemos a un grupo de países organizadores, que de alguna manera diseñan las actividades, porque tienen más capacidad y recursos para responder al problema. De otro lado, un grupo de estados que, de alguna manera, se benefician de las acciones, pues les ayudan a desarrollarse en esa área, expone Pilar Fuster. “En nuestro país, aunque el concepto de racionamiento sea desconocido, podemos aportar conocimiento y tenemos los recursos y las posibilidades a nivel de desarrollo investigador para plantear mejoras. Por ejemplo, en el caso de la formación enfermera, en todos los planes de estudio aparecen las aulas de simulación y las prácticas externas con una regulación de horas concretas y una normativa. En otros lugares esto no pasa, con lo que se pueden nutrir de los pasos que otros ya hemos dado”.
El trabajo de la red COST comenzó en septiembre de 2016 y se va a prolongar hasta 2020, con el fin de ofrecer respuestas y evidencias científicas al tema planteado, la racionamiento de los cuidados. “El problema que estamos definiendo es grande. Sin embargo, a través de algo pequeño como son las redes de investigadores, se intenta llegar al máximo número posible de países, a través de diferentes metodologías y acciones, como el diseño de investigaciones, actividades de entrenamiento y aprendizaje, intercambio de buenas prácticas… Todo es acumulativo, porque a medida que avanzamos, se van generando resultados, se van difundiendo en ámbitos locales, nacionales o institucionales y va aumentando el impacto del trabajo realizado, creando sinergias que se mantendrán en el futuro”, resume Pilar Fuster.
Las claves de la metodología Cost
Una clave de los proyectos COST es su metodología de trabajo. “No es la típica convocatoria sobre detección de problemas, hipótesis, objetivos, resultados, variables, etc. Propone otro tipo de acciones, a las que te tienes que adaptar”, señala Pilar Fuster. Como base, existe un trabajo participativo de todos los investigadores a través de reuniones presenciales y virtuales para planificar y desarrollar actividades. Como complemento, se desarrollan talleres de trabajo o workshops en entornos nacionales, estancias científicas de corta duración, conferencias internacionales y training schools de varias semanas entre distintas universidades.Una clave de los proyectos COST es su metodología de trabajo. “No es la típica convocatoria sobre detección de problemas, hipótesis, objetivos, resultados, variables, etc. Propone otro tipo de acciones, a las que te tienes que adaptar”, señala Pilar Fuster. Como base, existe un trabajo participativo de todos los investigadores a través de reuniones presenciales y virtuales para planificar y desarrollar actividades. Como complemento, se desarrollan talleres de trabajo o workshops en entornos nacionales, estancias científicas de corta duración, conferencias internacionales y training schools de varias semanas entre distintas universidades.
Siguiendo la metodología anterior, en septiembre de 2018 Málaga va a ser la sede de un workshop nacional. “Queremos mejorar el conocimiento sobre racionamiento en España. Para ello. queremos traer a los mayores expertos mundiales del tema”, adelanta el enfermero Cristóbal Rengel.
Los beneficios de trabajar en Cost
El contacto directo entre docencia y asistencia, como es el caso de los enfermeros españoles, es uno de los beneficios de participar en COST. “Esto te enriquece muchísimo. Nos complementamos muy bien”, señala Pilar Fuster. “Yo represento a la parte más académica y Cristóbal Rengel la más asistencial. Hemos establecido nuevas vías de contacto, creando redes de trabajo con otras universidades e instituciones enfermeras que nos van a ser muy útiles en el futuro”. Todo ello supone un aprendizaje continuo, a juicio de Antonio Zamudio. “El contacto con compañeros de otros países europeos y ámbitos enfermeros, así como el trabajo con metodologías diferentes mejoran de manera cuantitativa y cualitativa tus conocimientos. Al mismo tiempo, puedes trasladar la experiencia a las unidades en las que trabajas. Una vez conoces los factores que intervienen en la omisión de cuidados, los que se pueden perder o dejar de hacer, el impacto que este problema tiene sobre el paciente y la forma de corregir la situación, puedes implementar las soluciones en tu unidad asistencial”.
El contacto directo entre docencia y asistencia, como es el caso de los enfermeros españoles, es uno de los beneficios de participar en COST. “Esto te enriquece muchísimo. Nos complementamos muy bien”, señala Pilar Fuster. “Yo represento a la parte más académica y Cristóbal Rengel la más asistencial. Hemos establecido nuevas vías de contacto, creando redes de trabajo con otras universidades e instituciones enfermeras que nos van a ser muy útiles en el futuro”. Todo ello supone un aprendizaje continuo, a juicio de Antonio Zamudio. “El contacto con compañeros de otros países europeos y ámbitos enfermeros, así como el trabajo con metodologías diferentes mejoran de manera cuantitativa y cualitativa tus conocimientos. Al mismo tiempo, puedes trasladar la experiencia a las unidades en las que trabajas. Una vez conoces los factores que intervienen en la omisión de cuidados, los que se pueden perder o dejar de hacer, el impacto que este problema tiene sobre el paciente y la forma de corregir la situación, puedes implementar las soluciones en tu unidad asistencial”.
A raíz de experiencias como la de COST, Antonio Zamudio anima a las enfermeras a implicarse en estos proyectos de investigación. “Tenemos que conocer las posibilidades que ofrecen los institutos de investigación, como el que tenemos en Málaga, el Instituto de Investigaciones Biosanitarias (IBIMA) y participar en ellos para potenciar la enfermería”. Al respecto, Ángela Torres, demanda que “las enfermeras tengamos un tiempo liberado de nuestro trabajo asistencial para desarrollar más investigación”.
La difusión, el objetivo final
Todas las acciones planteadas por COST sobre el racionamiento de los cuidados tienen como objetivo final la difusión del problema. “La idea es generar un espacio de discusión y dar a conocer el tema del racionamiento de los cuidados en los entornos nacionales de los diferentes países”, indica Cristóbal Rengel. Para lograrlo, utilizan como herramienta la publicación de artículos científicos en publicaciones de alto impacto, “creando evidencia sobre el problema abordado”, completa la profesora Pilar Fuster.
Los cuatro grupos de trabajo
El proyecto COST está organizado en cuatro grupos de trabajo que abordan el racionamiento de los cuidados: conceptualización del problema, su evidencia científica, cuestiones éticas; y su presencia en el pregrado.
1. La conceptualización
En la conceptualización del problema está trabajando Ángela Torres, matrona del Hospital Materno Infantil de Málaga. “Junto a otras dos compañeras, investigamos la omisión de los cuidados en procesos fisiológicos como el embarazo, el parto, el puerperio y la lactancia. Estamos en el proceso de revisión bibliográfica, estudiando qué pasa si reduces las plantillas de matronas, qué cuidados se omiten. También estoy en otro subgrupo abordando el concepto de misscare a nivel transcultural. No es lo mismo en España, donde los familiares toman parte en los cuidados, que en Reino Unido, donde no están en los hospitales y esta faceta la asumen las enfermeras”.
2. La evidencia científica
El enfermero Antonio Zamudio, coordinador de cuidados de la Unidad de Gestión Clínica de Oncología Médica de Málaga, integra el grupo sobre intervenciones basadas en la evidencia. “Comenzamos con el análisis y la revisión bibliográfica, buscando las posibles causas de los cuidados omitidos, los factores que intervienen, tanto organizativos como de otra índole, y el impacto que esto tiene en el paciente. Ahora estamos elaborando una serie de artículos científicos. En mi caso, estoy trabajando en el potencial de las tecnologías de la información en la toma de decisiones y en la asistencia de las tareas de enfermería, desarrollando productos específicos que evalúen la efectividad de las TIC”.
3. El impacto en el pregrado
Pilar Fuster, profesora del departamento de Enfermería de la Universitat Internacional de Catalunya, y Cristóbal Rengel, matrón del Hospital Virgen de la Victoria y profesor asociado de la Universidad de Málaga, trabajan en el grupo relacionado con el racionamiento de los cuidados en el pregrado. “Estamos viendo si en las universidades se está explicando el problema y cómo afrontarlo”. Para ello, han pasado un cuestionario a los centros académicos, según indica Pilar Fuster, “para que aporten datos de cómo afrontan la seguridad del paciente, si a través de una asignatura o de temas puntuales. Estamos analizando los datos recibidos para publicarlos en un artículo. Hemos visto que esta cuestión está implícita en el currículum enfermero, pero no tiene entidad propia. Esto depende del criterio de cada facultad”.
4. Cuestiones éticas
Otro de los grupos de trabajo es el relacionado con las cuestiones éticas y el racionamiento de los cuidados. En este caso, ninguno de los enfermeros españoles forma parte de esta área.