Tienen la consulta en una furgoneta. Con ella, salvan las dos horas que un habitante de los asentamientos de El Gallinero y La Cañada Real, en Madrid, tardaría en llegar a pie hasta el centro de salud más cercano. No necesitan el censo de la población, pues emplean una agenda en la que llevan un registro de los pacientes que atienden. Aunque su horario de trabajo es de lunes a viernes, de 9 a 16:00 horas, su móvil siempre está abierto a cualquier consulta, en caso de urgencia. Estos son algunos de los valores del Equipo de Intervención en Población Excluida que trabaja en estos poblados de Vallecas. El programa aporta continuidad a los cuidados y trabaja transversalmente los aspectos que afectan a la salud. El dispositivo está formado por un conductor, una médica y un enfermero, Santiago Agudo Polo. “Para trabajar en este contexto debes tener una motivación intrínseca y extrínseca”, afirma, incidiendo en que son profesionales, no voluntarios, un matiz relevante. “Aparte de la vocación, debes ser consciente de los determinantes sociales de la salud, de dónde estás situado tú, porque si no, vas a perder el norte y a creer que no vas a ningún lado. Es importante tener esta visión profesional. No somos voluntarios. Yo soy enfermero y trabajo dentro del marco de los determinantes sociales que he estudiado”. Santiago forma parte del equipo desde su creación en 2007, hace diez años. “Siempre me había atraído trabajar con población excluida. Tenía experiencia en la atención de mujeres explotadas sexualmente. Se convocó una plaza en la Cañada Real. Mi mujer, que es médica, me lo comentó. Me presenté y me seleccionaron”.
El Equipo de Intervención en Población Excluida se forma a partir de una iniciativa de la Comisión de Población Excluida de Villa de Vallecas, dentro del Plan de Exclusión Social de la Comunidad de Madrid. “Ante problemas como la drogadicción y exclusión social, en la Comisión de Población Excluida vieron la necesidad de crear un dispositivo sociosanitario que se desplazara a los asentamientos marginales para realizar un trabajo de campo y ver qué se podía hacer. Ahí surgió la idea”, explica Santiago Agudo. El equipo depende de la Dirección Asistencial Sureste de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud. Está ubicado en el Centro de Salud Ensanche de Vallecas, desde donde se desplaza todas las mañanas a La Cañada Real.
Santiago Agudo Polo, enfermero EIPE de Vallecas
“Cuando trabajas con población excluida, debes ser profesional y hacerlo desde los determinantes de salud que has estudiado”
“Al principio, lo que más les llamaba la atención eran los test de embarazo”, recuerda Santiago Agudo. “Inicialmente, la idea que teníamos era hacer de enlace entre el poblado y la Atención Primaria. No queríamos suplantar al centro de salud. Sin embargo, ves que tienes que dar asistencia, porque hay situaciones en las que tienes que actuar; un niño con una brecha, un test de embarazo… Vimos que había muchas mujeres gestantes sin controlar. ¿Cómo podíamos captar a las mujeres embarazadas? Pues articulamos un sistema para hacer las analíticas y llevarlas al laboratorio”. Para ello, la furgoneta en la que se desplazan cuenta con los mismos equipos y medicamentos que tendrían en un centro de salud.
En la actualidad, el dispositivo atiende fundamentalmente a la población infantil y a las mujeres en materia de planificación familiar y sexualidad juvenil. Al mismo tiempo, trabajan para que los niños tengan una correcta vacunación, detectan y hacen seguimiento de enfermedades comunes en la infancia, tramitan la tarjeta sanitaria y actúan como enlace con los hospitales de referencia, Infanta Leonor y Gregorio Marañón. “Por ejemplo, vemos qué situación administrativa tienen y tramitamos la tarjeta sanitaria si es necesario. Nos coordinamos con nuestra compañera Rosi Calvo, celadora y administrativa. Lo hacemos todo por correo electrónico. En ocasiones, es complicado que se desplacen desde La Cañada Real al centro de salud. ¿Qué posibilidades tienen? No hay transporte público. Necesitan un vehículo, que tenga la documentación en regla. Si no, deben pedir un favor o pagar por ello. Pagan veinte euros para que alguien los acerque a hacer un trámite administrativo. A veces, no lo logran, por el motivo que sea. Entonces, nosotros facilitamos esta gestión. Esto nos permite abordar con ellos otras cuestiones, como la vacunación, la salud materna e infantil, la anticoncepción, etc.”.
Santiago Agudo Polo, enfermero EIPE de Vallecas
“En ocasiones, aunque no queramos, trabajamos desde el prejuicio y el estereotipo sobre la exclusión social. Esto, debemos evitarlo”
Nunca tienen una localización fija. Así consiguen que todo el mundo tenga acceso a ellos y evitan que siempre acudan las mismas personas. Al mismo tiempo, también realizan un seguimiento de los pacientes que van atendiendo. “Llevamos una agenda en la que controlamos la anticoncepción, en el caso de las mujeres, a las que administramos la depoprogevera, cada doce semanas. Aparte, muchas personas tienen nuestro teléfono. Valoramos si darlo o no y decidimos facilitarlo. Es una herramienta, que a veces puede suponer una sobrecarga, pero preferimos que nos llamen, hacer una valoración inicial y decidir si es algo urgente”, explica Santiago Agudo.
El problema de las drogas es una de las cuestiones que ha empeorado en estos años. El desmantelamiento de poblados como Las Barranquillas ha provocado que el tráfico se desplace hacia otros lugares como La Cañada. Es la Agencia Antidroga quien los atiende en caso de sobredosis o de necesidad de coordinación con los hospitales. De todas formas, Santiago Agudo señala que nunca ha tenido un problema. “Personalmente, cuando hablas con una persona usuaria de drogas que se encuentra bien, no tiene síndrome de abstinencia, te da lecciones de vida al contarte su caso. Llevan veinte años, han intentado salir, pero no han sabido qué hacer”.
Huir de los estereotipos es una de las cuestiones clave para trabajar en lugares como La Cañada Real. “A nivel personal, estos diez años han sido una experiencia muy gratificante, pues estás en contacto con la gente y con el entorno donde vive, con otros compañeros de Servicios Sociales, atención especializada… Aunque no quieras, en ocasiones te acercas con prejuicios, sobre la población gitana, las personas procedentes de Rumanía… Me ha pasado a mí. No he actuado con toda la profesionalidad que debería. Por ejemplo, un niño de nueve años ingresado en el hospital. Su madre se va al poblado, donde tiene que atender a otros dos hijos. Si no lo hace, no van al colegio, no comen… En cambio, su hijo ingresado sí está bien cuidado. Te llaman tus compañeros y te lo dicen, pero sabes que la madre tiene que atender a los otros dos niños”.
¿Por qué un sistema que es universal y accesible precisa de medidas excepcionales ante la existencia de grupos de población que tienen dificultades para ejercer estos derechos? “Es algo que hay que plantearse”, asegura Santiago. “Lo importante es que el servicio sea accesible, próximo y útil. Y en ocasiones esto no es percibido así. Es algo que habría que analizar. Imagínate, la revisión del niño sano. Traen a la enfermera aquí, pero desconoce el entorno al que viene. Sin esta información, ¿qué puede hacer?”.
Escucha la entrevista a Santiago Agudo en el podcast Sanará Mañana de Frecuencia Enfermera
Santiago Agudo forma parte del Equipo de Intevención en Población Excluida de Vallecas desde la puesta en marcha del dispositivo en 2007. Son muchos años de experiencia de los que ha realizado un balance y una evaluación de cuanto ha aprendido en una entrevista en Frecuencia Enfermera. Escúchala aquí: