Marisol, Ángel Pablo, María, Pepa, Ángela y Pili son enfermeras, auxiliares de enfermería y padres de los niños de la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Materno-Infantil de Jaén. Forman la junta directiva de la asociación ‘Pídeme la luna’, creada en octubre de 2012 con el fin de organizar actividades extrahospitalarias que sirvan para cumplir los sueños de sus pequeños pacientes. ‘Pídeme la luna y la intentaré alcanzar’ es su lema. Su presidenta es Marisol Escribano, enfermera de 64 años, de los que ha trabajado 24 en oncología pediátrica. “Cuando llegué y vi cómo eran los niños me dio pena, claro. Hoy están jugando en la calle y mañana entran en un hospital sin saber hasta cuándo van a estar o si van a salir. Sus diagnósticos son delicados y sus tratamientos penosos. Había que hacer algo para que no vieran el hospital como un lugar hostil donde lo pasan mal. No. Tenemos que hablarles de sueños y de que se cumplen. Así empecé”.
Tras veinte años de dedicación, Marisol decidió implicar a otras compañeras y crear la asociación. “Queremos que los niños, después del hospital cumplan sus sueños”, explica Ángela Palma, enfermera y vocal del colectivo. Desde entonces se dedican a ello “con alma, vida y corazón”, añade Marisol. “Ellos se lo merecen. Nosotros recibimos la mejor moneda, su sonrisa diaria. Sus sueños son una maravilla y muy variados”. Han celebrado un cumpleaños en el Parador de Jaén. El niño lo veía desde su ventana y allí fueron con su familia y las enfermeras. “El personal salió a recibirlo de uniforme. Fue precioso”. En otra ocasión, la ilusión era un bautizo submarino. “Fui a la escuela de submarinismo de Calahonda, en Granada. Los profesores emocionados. Los médicos me advirtieron sobre los riesgos, pero yo lo preparé bien, le puse su medicación y lo sumergieron seis metros. El mar estaba estupendo, con una temperatura fenomenal. Vieron más peces que nunca. Fue su despedida. A la semana murió, pero había cumplido su sueño”, recuerda Marisol.
Marisol Escribano, Enfermera y Presidenta de la Asociación ‘Pídeme la luna’.
“La felicidad de los niños al cumplir sus sueños y de sus padres nos llena de vida y compensa todo el trabajo. Es muy gratificante”.
En un año la presidenta de ‘Pídeme la luna’ se jubila. Pero advierte: “Yo no me voy. Seguiré vinculada con el hospital. Iré con mi asociación para ver a los niños, conocer sus sueños y cumplirlos”.
Cuentos para organizar actividades
La venta del cuento ‘El Águila y el Gorrión’, escrito por Marisol Escribano, es la principal entrada de ingresos de la asociación. Se trata de una alegoría sobre los cuidados pediátricos de las enfermeras. Su precio es de 6 euros y se puede solicitar en el correo electrónico asociacionpidemelaluna@gmail.com.
Inicialmente la asociación editó otro libro, ‘Mi amiga Sofía me lo cuenta todo’, que expone de forma didáctica qué es la leucemia, para que los niños y sus padres comprendan mejor la enfermedad. “Sofía es una enfermera cercana al niño. Lo escucha, comprende y juega con él. Se convierte en su enfermera amiga. Entonces cuando le tienes que pinchar en vez de lloriquear, porque le duele, te pone el brazo y colabora. Es impresionante”, afirma Marisol Escribano.
Gracias a la implicación de todos
Un viaje a Madrid para ver ‘El Rey León’, una capea en La Carolina o campamentos de verano en Calahonda (Granada) son algunas de las actividades que han organizado. Todo es posible gracias a la implicación de muchas personas e instituciones. “Hay gente estupenda, que entrega lo que tiene, su trabajo y su tiempo. Lo que pasa es que lo bueno es muy silencioso”, explica Marisol Escribano. El próximo proyecto es ir a Portugal para nadar con los delfines. “Por lo tanto, tenemos que seguir vendiendo muchos cuentos”.