Miquel Ragull Puig es enfermero especialista en salud mental. Trabaja en el Hospital Sant Pau de Barcelona desde el año 2003. A raíz de la introducción de los cambios en la forma de trabajar con los pacientes de la unidad de agudos del Servicio de Psiquiatría, se hizo cargo del grupo terapéutico ‘Parlem’, junto con su compañero Lorenzo Nogales, técnico en cuidados auxiliares. “Es un trabajo llevado por enfermería. Estamos muy contentos con los resultados obtenidos, con la respuesta de los pacientes que es muy beneficiosa y con el aprendizaje que está suponiendo para el equipo asistencial. Creo que las instituciones tendrían que apostar para dar este tipo de herramientas terapéuticas y no limitarnos a dar solo la medicación correspondiente”.
En ‘Parlem’, una vez a la semana, los pacientes se reúnen para debatir sobre temas de interés que ellos mismos han elegido previamente. “Al principio, tuvimos que cambiar nuestra orientación. Planteábamos cuestiones relacionadas con la higiene, la autoimagen… Eran preocupaciones que teníamos nosotros como enfermeros hacia ellos, pero vimos que las sesiones eran unidireccionales, que no aguantaban y se iban. Obtuvimos poca respuesta. Fuimos derivando para hablar realmente de las necesidades que tienen cuando se encuentran ingresados. Descubrimos que había un gran espacio para hablar de emociones y sentimientos”. Con este cambio de orientación, han logrado una media de asistencia que ronda los 15 pacientes, llegando incluso a registrar la participación de hasta 23 personas de las 34 que habitualmente están ingresadas. “Lo que hacemos para que asistan es que les preguntamos de qué quieren que hablemos en la siguiente sesión: de la familia, de los efectos secundarios de la medicación, en general y en referencia a las parejas y el sexo, del ingreso involuntario, del consumo de drogas, de convivir con una enfermedad psiquiátrica… Todos son temas que han salido en sesiones anteriores, porque llevamos más de un año con esto. Tenemos catorce sesiones preparadas”.
Los debates no están cerrados, sino que están abiertos a cambiar de tema según se desarrollen las intervenciones de los pacientes. “Comenzamos con la lectura de un escrito, una metáfora, un cuento. Empleamos textos sobre el amor, la autoestima… También escribimos en la pizarra frases de personajes célebres, como John Lennon o el Dalai Lama sobre la temática que vamos a abordar. A partir de ahí vamos desarrollando unas líneas argumentales para trabajar los sentimientos, seleccionando los opuestos, por ejemplo alegría y tristeza. Mi compañero Lorenzo Nogales interpreta un rol y yo otro. A partir de ahí son los pacientes quienes van dinamizando y nosotros vamos vehiculizando sus preocupaciones y respondiendo a sus preguntas. No empleamos estructuras lineales, porque no sirven en una unidad como la nuestra. A veces estás hablando de la familia y terminas debatiendo sobre los efectos de la medicación. Vamos adaptándonos”.
Grupos terapéuticos como ‘Parlem’ generan un espacio en el que los pacientes pueden expresarse con libertad, según explica el enfermero Miquel Ragull Puig. “Empleamos también a los pacientes expertos. Intentamos que participen aquellos que se encuentran mejor para obtener un reflejo positivo entre los que están peor. Intentamos que hablen de su experiencia al estar hospitalizados con nosotros o si llevan varios años con la enfermedad, que expongan las diferencias con el trato que recibían antes y cómo ha ido mejorando”.
Este tipo de actividades permiten mejorar el vínculo terapéutico establecido entre las enfermeras y los pacientes, al tiempo que mejoran el funcionamiento de la propia unidad. “Es una iniciativa rompedora. Como enfermeros especialistas en salud mental estamos plenamente capacitados para hablar de sentimientos y emociones. Es verdad que nosotros lo podemos hacer porque tenemos un buen ratio. Somos cuatro enfermeros y tres auxiliares por turno, de mañana y tarde, para 34 pacientes. Para nosotros es una obligación demostrar que podemos hacerlo. Junto a los beneficios terapéuticos para los pacientes, se ha demostrado que mejoran las cargas de trabajo. Durante la hora y media de la sesión, disminuyen las necesidades de cuidados. Así, optimizamos nuestros recursos y mejoramos la calidad asistencial de la unidad de hospitalización de agudos”.