Trabajo enfermero

Vocación crítica

Los alumnos de Grado de Enfermería de la Universidad de Murcia exponen su visión de la profesión que están estudiando.

17 febrero 2014 / Número 1 3 minutos de lectura

El origen de la vocación, el cumplimiento de las expectativas iniciales, el debate entre los contenidos teóricos y prácticos, la incertidumbre ante el desarrollo de las prácticas en los centros sanitarios y el futuro laboral son temas que los estudiantes de enfermería tienen muy presentes en la mayoría de sus conversaciones con compañeros y con otros enfermeros. Sobre estas cuestiones hemos hablado con varios alumnos de segundo y cuarto de Grado de la Universidad de Murcia.

El origen de la vocación

Los padres de Ana Sánchez (2º de Grado) son enfermeros, así que lo tuvo claro desde el principio. “He visto la profesión de cerca desde pequeña. Las conversaciones, a la hora de comer en casa, siempre han estado relacionadas con la salud. Esto me ha permitido conocer el trabajo desde dentro antes de entrar en la carrera. Mi madre se alegró mucho cuando lo dije. Mi padre no tanto, porque sabe que es una profesión dura y complicada. Pero yo lo tenía claro, siempre me ha gustado. Es vocación absoluta”. Para Juan Miguel Sánchez (2º de Grado) no fue la primera opción, pero cuando lo llamaron posteriormiente porque tenía plaza en la disciplina que había seleccionado en primer lugar, no tuvo dudas en quedarse en Enfermería. “Vienes del instituto sin saber nada, pero me gustó en cuanto empecé, me sentía donde tenía que estar. Lo vi claramente, es una carrera que te sientes bien o sabes que no es la tuya. Primero fue un año de grandes motivaciones”.

Expectativas

Conforme van conociendo más aspectos de la enfermería, los estudiantes van modificando sus expectativas. Así le ocurrió a Tania Ros (4º de Grado): “Me llevé una grata sorpresa cuando empecé las prácticas, en 2º, en Medicina Interna, al comprobar todo lo que podíamos hacer. Cada vez fue gustándome más, porque estás con los pacientes, hablas con ellos, tratas a las personas de forma holística…”. Así también lo siente Inmaculada Rodríguez (4º de Grado): “Tengo clarísimo que voy a ser enfermera. Disfruto muchísimo. Voy por los pasillos del hospital con una sonrisa. Cuando los pacientes ven tu cara les contagias tu alegría. Aunque estén mal necesitan ver una cara alegre. Necesitan hablar con alguien que les escuche, que los atienda bien, con cariño y cuidado y, sobre todo, de manera profesional”.

Prácticas

La incertidumbre ante el inicio de las prácticas o el interés por dominar las técnicas en la facultad, antes de llegar a los centros sanitarios son reflexiones comunes a todos los estudiantes. “Desde el punto de vista teórico estamos muy preparados. Dominamos los planes de cuidados; para los diagnósticos no necesitamos consultar el patrón de Gordon para saber si el paciente lo tiene alterado. Desde el punto de vista práctico, necesitamos más horas en la facultad para aprender de los errores”, asegura Inmaculada Rodríguez. En la misma línea habla Juan Miguel, quien además realiza una propuesta de mejora: “En el segundo cuatrimestre vamos al hospital y nos falta soltura para poner una vía, por ejemplo. Quizás las horas de práctica en clase, en lugar de exponer ante nuestros compañeros podríamos orientarlas para hacer una labor por la sociedad, por ejemplo visitando colegios”.

Relación con los profesionales

Los estudiantes también valoran el esfuerzo de sus profesores, tutores de prácticas y enfermeros, como reconoce Inmaculada. “A pesar de las dificultades económicas que están sufriendo las universidades, que les impide facilitarnos todo lo que pedimos, tenemos profesores maravillosos y excelentes profesionales que nos enseñan a afrontar nuestras prácticas y nos preparan para nuestro futuro profesional”. Tania siempre se ha sentido apoyada. “Hay mucha gente que te ayuda, que cuenta contigo, te explica y te repite las cosas si es necesario. Cuando te equivocas no lo tiene en cuenta. Sí es cierto que he hablado con compañeros que han tenido a su lado a personas con miedo a enseñarles porque son diplomados y nosotros vamos a ser graduados, pero son los menos. Yo siempre he tenido buenos tutores, que saben más que yo, con mucha experiencia”.

El futuro

Todos saben que el inglés es fundamental y algunos estudian alemán, por si tienen que emigrar. “Nos falta una asignatura de inglés, una carrera sin ella no es nada. Conforme está España nos vamos a ver obligados a trabajar fuera, aunque primero prepararé el EIR para hacer la especialidad o estudiaré un máster de pediatría” afirma Inmaculada. El elevado número de enfermeros que terminan cada año es otro tema de preocupación, como indica Juan Miguel. “Sólo en Murcia están saliendo más de 2.000 enfermeras al año y eso es algo que desmotiva de cara al futuro. Pero pienso que, al final, los profesionales buenos siempre encuentran su sitio”.

Una profesión desconocida

El sentimiento común de todos los estudiantes es que la sociedad sigue desconociendo todo el trabajo que realizan las enfermeras. “La gente tiene una idea equivocada, porque tampoco nadie se la ha enseñado. Es una profesión independiente, muy amplia, en la que puedes actuar con el paciente desde muchas disciplinas y desde muchos puntos de vista”, subraya Ana. “Estoy deseando hacer uso de todos los conocimientos que he adquirido con enfermos reales”.

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