María del Carmen Lobato Torvisco es enfermera del Centro de Salud de Montijo-Puebla de Calzada, en Badajoz. Acaba de obtener la patente de un escudo protector de dedos, antipinchazos y anticortes. Se trata de un sistema de protección diseñado por ella misma. “El escudo mejora las condiciones instrumentales con las que las enfermeras realizamos nuestro trabajo. Hacemos muchas técnicas en las que los dedos índice y pulgar están expuestos a material cortopunzante, bisturís y agujas, como en la inserción o retirada de agujas de reservorios, el drenaje de hematomas, la incisión de abscesos y quistes o las inyecciones subcutáneas, entre otras. En estos casos, no tenemos una protección eficaz, solo guantes que pueden ser fácilmente atravesados con el peligro de accidentes y el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas como hepatitis o VIH, así como el impacto psicológico, que también es importante, que sufre el profesional accidentado”, explica María del Carmen. Esto fue lo que le ocurrió a ella y lo que motivó que se pusiera manos a la obra. “Sufrí un accidente laboral. Me pinché con una aguja al retirarla de un reservorio de un paciente. Pregunté a Salud Laboral si existía algún tipo de protección, porque más enfermeros ya habían comentado que se habían pinchado realizando la misma técnica, y me dijeron que no. Seguí investigando y no encontré nada. No puede ser que realicemos tareas que tengan riesgos de contagio biológico sin mecanismos de protección. Empecé a probar, utilizando fibras de vidrio, de carbono, de acero, esponjas, ceras de silicona… hasta que di forma al escudo protector. Al emplearlo en la consulta comprobé que era eficaz, fácil de realizar y decidí patentarlo”. En total, fueron alrededor de seis meses de trabajo, diseñando el dispositivo, hasta que presentó la solicitud de la patente, en noviembre de 2016. Ha sido en el primer trimestre de 2019 cuando ha recibido la confirmación de todo.
El escudo protector sirve para las técnicas en las que se emplean los dedos índice y pulgar, como es el caso de la incisión o retirada de las agujas en los reservorios
El escudo protector sirve para las técnicas en las que se emplean los dedos índice y pulgar, como es el caso de la incisión o retirada de las agujas en los reservorios. “Es una estructura que tiene una configuración semiovalada, cóncava, para adaptarse a la curvatura del lateral del dedo, aproximadamente desde la mitad del dedo hasta el extremo distal. Comprende una capa interna, resistente a pinchazos y cortes. Una capa media para amortiguar el posible impacto de aguja o bisturí, evitando que se deslice sobre la capa interna y llegue a la zona del dedo que no está protegida. A ello se suma una tercera capa, externa, impermeable a fluidos, para proteger de posibles exposiciones a sangre… Primero ponemos el guante y, posteriormente, los dos escudos, uno en cada dedo. Su grosor no dificulta la realización de las técnicas y es cómodo de usar por el profesional”, explica María del Carmen. “Todas las partes están realizadas con materiales que pueden esterilizarse cuando sea preciso. En mi caso, yo tengo ahora mismo un paciente con reservorio y dispongo de tres juegos de escudos, que voy esterilizando conforme los voy empleando. La asepsia es una de las características que debe tener el sistema”.
En el futuro, a María del Carmen le gustaría que este dispositivo se generalice en las consultas de enfermería. “Es algo muy sencillo y fácil de usar que puede reducir los riesgos de sufrir algún tipo de accidente, minimizando sus consecuencias”.
El próximo paso, encontrar un fabricante
Una vez María del Carmen Lobato Torvisco ha obtenido la patente del escudo protector, en estos momentos ha pasado a la fase de difusión de la iniciativa y búsqueda de una empresa que pueda fabricar el dispositivo. “Me he puesto en contacto con la Escuela de Ingenieros de Badajoz para explicarles la idea. Les ha parecido interesante y a lo mejor se plantean realizar un prototipo. De hecho, les ha gustado mucho el que yo he confeccionado de forma manual, con mis propios medios”, señala. “También lo he presentado en el Hospital de Badajoz y he obtenido buenos comentarios, pues conocían otras estructuras de este tipo con una forma más circular que no les agradaba. Ojalá algún día el escudo sea una realidad”.
De momento, María del Carmen ha pasado la primera gran prueba, al obtener la patente, ya publicada en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. “Ha sido un proceso largo, que he realizado sola, desde la información inicial que me dieron en la Oficina Española de Patentes, el trámite de solicitud, la exposición pública o el informe técnico hasta la incertidumbre final del informe favorable, que acabo de obtener. Ahora el gran reto es lograr que alguna empresa acceda a fabricar el escudo protector de dedos”.
Treinta años de experiencia
María del Carmen Lobato Torvisco es enfermera de Atención Primaria. Lleva treinta años en el centro de salud de Montijo-Puebla de Calzada, en Badajoz, hasta donde llegó pocos años después de terminar sus estudios de Enfermería en 1984. “He estado en otros consultorios, siempre en Atención Primaria, a la que he dedicado toda mi vida profesional. Realizamos una labor y un trabajo muy generoso y hermoso”, subraya.