Trabajo enfermero

Entrenamiento del liderazgo

Enfermeras de la Comunidad de Madrid crean un programa para potenciar las competencias profesionales.

18 febrero 2014 / Número 1 2 minutos de lectura

Orientación al paciente, identificación con la organización, trabajo en equipo, liderazgo, desarrollo de competencias… Son algunos de los beneficios del programa de coaching liderado por el enfermero, sociólogo y coach Santiago Moraleda, llevado a cabo desde hace seis años en distintos hospitales de la Comunidad de Madrid, como Puerta de Hierro, La Princesa e Infanta Leonor, entre otros.

La iniciativa, que tiene un coste cero para los centros, se desarrolla en colaboración con la Escuela de Inteligencia, que imparte el Máster en Coaching de la Universidad Camilo José Cela en Madrid, cuyos alumnos realizan sus prácticas finales en los centros sanitarios. En este período de tiempo, más de 250 profesionales, entre ellos muchas enfermeras, han participado en las sesiones.

Este tipo de entrenamiento estimula en cada persona un trabajo de introspección que aporta nuevas visiones para afrontar de forma más efectiva el día a día tanto a nivel profesional como personal. Además, el entrenamiento personal permite resolver situaciones laborales como, por ejemplo, el “despido interior”, un proceso generado por las vivencias negativas acumuladas en el trabajo.

Perspectiva y foco

Los cambios que se están sucediendo a nuestro alrededor exigen que la enfermería se posicione claramente en el papel que quiere desempeñar en el futuro. Lo que nos trajo hasta aquí difícilmente nos va a llevar a ocupar posiciones que cubran con efectividad las necesidades de la población. El sistema sanitario no necesita replicar en las distintas categorías los mismos roles, requiere que cada uno asuma el liderazgo de su parte y se integre en el proceso único que atraviesa cada paciente. Debemos cambiar el foco de la ejecución a la innovación. Es importante hacer lo que hay que hacer pero lo es aún más generar nuevas ideas, servicios y formas de hacer. Superar el monólogo profesional dominante y trabajar en el diálogo profesional dirigido a resultados. Dejar de sobrevalorar la experiencia, ya que sustituye la reflexión por la creencia y dejamos de pensar y probar cosas nuevas cuando ya lo sabemos todo. Por último, compromiso, mucho compromiso. Salir de nuestra zona cómoda para contribuir a la sostenibilidad del sistema con nuestras acciones garantizando el futuro profesional a las generaciones siguientes.

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