Trabajo enfermero

Ejercicio como terapia

'Mesana' es un proyecto pionero en Galicia para personas que deben realizar ejercicio físico como parte del tratamiento de su enfermedad.

31 julio 2015 / Número 6 3 minutos de lectura

Anxela Soto Rodríguez es fisioterapeuta y enfermera, un perfil cada vez más demandado. Todos sus conocimientos y habilidades los pone en práctica en ‘Método Mesana’, una empresa pionera en Galicia puesta en marcha a principios de 2015 en Orense. El programa está dirigido a personas que tienen prescrita la actividad física como parte del tratamiento de algunas de las enfermedades más prevalentes en la actualidad: enfermos del corazón, personas con hipertensión o diabetes… “El objetivo es responder a la demanda de pacientes a los que el médico les recomendó realizar actividad física, pero no saben muy bien dónde acudir o cómo realizarla, con qué intensidad, duración y frecuencia”, explica Anxela. La iniciativa facilita la integración del ejercicio como parte del tratamiento prescrito a los pacientes.

fisio img2Ejercicio físico, educación sanitaria y bienestar emocional son los tres pilares de Mesana. El programa tiene una duración de seis meses, con el fin de lograr la adherencia al ejercicio. “Como enfermera, mi principal papel es la educación. Motivamos a los pacientes a realizar cambios en su estilo de vida, a estar más activos, a realizar una dieta cardiosaludable, a reducir los hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y alcohol… También supervisamos el ejercicio físico que realizan, junto con el fisioterapeuta, los instruimos en reconocer los signos y síntomas de cada enfermedad, los factores de riesgo modificables y no modificables, los aspectos básicos de farmacología…”, explica Anxela.

Anxela Soto Rodríguez, fisioterapeuta y enfermera de ‘Método Mesana’.

“Ejercicio físico, educación sanitaria y bienestar emocional son aspectos que cuidamos con los pacientes”.

Poco a poco, los pacientes ganan autonomía para realizar el ejercicio físico y comienzan a trabajar en casa, siempre controlados por un pulsómetro y un podómetro. Cuando llevan tres meses en ‘Mesana’, pueden acceder a otro tipo de actividades físico-deportivas disponibles en las instalaciones, siempre con la supervisión de un profesional. “Para mí es muy enriquecedor y gratificante. El contacto directo me permite ver la evolución de cada persona a todos los niveles, físico y psicológico. Mejoran sus parámetros fisiológicos y su calidad de vida”.

Coordinación de todos los recursos

Países como Alemania o Reino Unido ya cuentan con un modelo sanitario que integra, de alguna manera, el ejercicio físico como parte del tratamiento de determinadas enfermedades. “En cambio, en España, no está incluido dentro de la prescripción. Sólo existen recomendaciones para caminar o para ir a un gimnasio”, afirma Miguel Aragón Fitera. “Lo ideal sería que existieran instalaciones deportivas específicas a modo de centros de referencia para tratar a las personas con determinadas enfermedades. Existen pautas de ejercicio para pacientes con patología cardiovascular, diabetes… Lo que ocurre es que se desconocen y no se están desarrollando en España. Además, sobre el ejercicio existe más evidencia científica y está más recomendado que otras medidas terapéuticas que sí se están llevando a cabo y que son mucho más costosas para el sistema público. Lo ideal sería que hospitales, centros de salud e instalaciones deportivas integraran este tipo de proyectos en su funcionamiento”; defiende Miguel.
De forma paralela, el profesor gallego está trabajando en un estudio universitario que pretende analizar los resultados de integrar el ejercicio físico a nivel terapéutico con los pacientes.

La importancia del ejercicio

Programas como ‘Mesana’ promueven entre la sociedad el ejercicio físico como parte del tratamiento. Así lo defiende Miguel Aragón Fitera, principal promotor de la idea, profesor de Fisioterapia y asesor en el ámbito cardiovascular del Colegio de Fisioterapeutas de Galicia. A su juicio, “el ejercicio es un arma terapéutica con una evidencia científica tremenda, con una recomendación de tipo 1. En esta línea es donde debemos seguir trabajando para lograr que algún día sea una realidad su prescripción, tal y como ocurre con cualquier medicamento”. Profundizando en esta línea, Miguel Aragón Fitera matiza que no se trata sólo de los beneficios de la actividad física. “Todo el mundo sabe que es buena para la salud. Lo fundamental es que tomemos conciencia de que forma parte del tratamiento y de que los pacientes sepan que tienen un hándicap si no reciben o no siguen una pauta de ejercicios”.

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