El trabajo enfermero es fundamental para el cuidado del niño y su desarrollo e integración en la comunidad. Así lo evidencia el trabajo de enfermeras como Pilar Frigolet en el Hospital de Día-Centro Educativo Terapéutico Pradera de San Isidro de Madrid. Pilar trabaja con niños de seis a once años y con adolescentes de doce a diecisiete años con problemas de salud mental.
Pilar trabaja con niños de seis a once años y con adolescentes de doce a diecisiete años con problemas de salud mental. “Desde enfermería trabajamos sobre todo a nivel de autocuidado con el fin de que aprendan a manejar su vida y controlar, por ejemplo, situaciones de ansiedad. Suelen ser niños muy explosivos y tienen que saber controlar sus nervios. En muchas ocasiones llegan con muchas expulsiones del colegio, entonces es importante trabajar con ellos la adaptación a la sociedad. Como se les cataloga de problemáticos, tienden a aislarse y se encuentran muy solos, ya que nadie quiere jugar con ellos, por ejemplo. Por estos motivos, como enfermera trabajo con ellos su autocuidado a todos los niveles, tanto físico como mental”.
El ingreso de los menores en el centro de San Isidro se produce a tiempo parcial, durante la mañana. Sus profesionales forman un equipo multidisciplinar que trabaja con ellos en la modalidad de comunidad terapéutica. En el caso del cuidado enfermero, abarca la atención desde el ingreso con la valoración inicial, la colaboración en el desarrollo del plan terapéutico, la administración de medicación y estudio de posibles efectos secundarios, la consulta de enfermería a demanda, la intervención en crisis, la entrevista familiar y diversas intervenciones grupales como relajación, educación para la salud y apoyo individual. “En primer lugar realizo una valoración enfermera donde me detengo en aspectos físicos, sociales y psicológicos. Posteriormente, desarrollamos distintas terapias. En mi caso me centro en los hábitos de vida saludables y en la relajación. Por ejemplo, creamos grupos de chicas adolescentes en los que abordo los temas que les preocupan como la sexualidad, las relaciones ente ellas, los complejos… Grupos de hábitos de vida saludable donde trabajo la prevención del consumo de drogas, alimentación, higiene… Y organizo grupos psicoeducativos con padres, etc. También realizo apoyo individual, como es el caso de los niños que nos llegan con sobrepeso”.
Herramientas adaptadas
En función de las características de cada grupo de edad, Pilar cambia el abordaje de cada tema. “Por ejemplo, con los niños menores de once años los hábitos de vida saludable me gusta trabajarlos con fichas. Si no, pierden la atención fácilmente. Tienen que trabajar de manera lúdica. No puedes explicar la pirámide de alimentos con una charla extensa, porque se dispersan, es mejor que ellos la dibujen. Mientras que en el caso de los adolescentes suelo fomentar el debate en los grupos y también emplear las herramientas interactivas psicoeducativas de internet para mantener su atención”. Durante todo el proceso terapéutico los menores van integrando todos los conocimientos y habilidades que le permiten lograr una mayor autonomía y mejorar su autocuidado. De esta manera se facilita su posterior integración en el colegio, una vez reciben el alta, y en la sociedad.
Además, tras el alta, el centro cuenta también con un programa de seguimiento que ayuda a los menores a reincorporarse a su vida cotidiana.
Recompensa profesional
Pilar Frigolet es enfermera del centro terapéutico de la Pradera de San Isidro desde el año 2011. Su mayor satisfacción es ver la mejoría de los niños. “Es muy gratificante. Vienen niños con historias muy complejas. Es muy difícil verlos sufrir. Es lo que más me costó cuando empecé a trabajar aquí. Sin embargo, todo el trabajo merece la pena cuando ves que el niño mejora, que va resolviendo sus problemas poco a poco, que se va adaptando y va aprendiendo a relacionarse con otros compañeros”, asegura Pilar Frigolet.
Trabajo multidisciplinar en equipo
El Hospital de Día-Centro Educativo Terapéutico Pradera de San Isidro de Madrid es uno de los seis centros de estas características con los que cuenta la Comunidad de Madrid. Atiende a veinte niños con edades comprendidas entre los seis y los doce años y a otros veinte adolescentes, de trece a diecisiete años. Se trata de un recurso terapéutico de carácter intensivo, en el que los menores ingresan cuando la red asistencial de primer nivel no es suficiente para abordar las dificultades por las que cada paciente atraviesa en materia de salud mental.
El trabajo de la enfermería se inserta en un equipo multidisciplinar, compuesto por psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales y educadores sociales. Al respecto, Pilar Frigolet destaca como clave el trabajo en equipo “que permite abordar la salud mental de cada persona de manera integral”. En este contexto, Pilar subraya la importancia de la enfermería “ya que a veces se diluye tras unas intervenciones más psiquiátricas”. Hay que destacar que el trabajo enfermero realizado en el centro madrileño fue finalista en los premios Enfermería en Desarrollo del año 2014, en la categoría de “Promoción del Autocuidado”.