Guardar el orden en los cambios de turno; no hablar en voz alta en los pasillos; sustituir los carros de alimentación y lencería por otros menos ruidosos; poner burletes en las puertas; emplear una señal luminosa como aviso de la llegada de ambulancias; o instalar un sonómetro en todas las plantas son algunas de las medidas adoptadas por el Hospital de Guadarrama, en Madrid, para reducir sus niveles de contaminación acústica. Con ellas han disminuido en diez decibelios sus niveles de ruido y han eliminado los picos superiores a 70.
La última iniciativa, emprendida este año, ha sido la creación de la figura de un testigo de ruido por planta y turno. “Son compañeros, enfermeras y auxiliares, que nos recuerdan que nos estamos yendo de voz o que estamos haciendo alguna práctica molesta. Han sido las personas más ruidosas las que se han comprometido con esta tarea”, cuenta Julia González Soria, la enfermera responsable de coordinar el proyecto, desde su nacimiento en 2010.
“La idea nace en la comisión de calidad. Analizamos las reclamaciones y sugerencias. No somos un hospital especialmente ruidoso, pero con cierta frecuencia los pacientes nos decían que su descanso se veía alterado, sobre todo, por el ruido, que hacemos nosotros. Me pareció importante abordar el problema porque en un centro pequeño, como éste, los pacientes son de media estancia, están bastante tiempo y tenemos que procurar su máximo bienestar”.
Medidas sin coste añadido
Dicho y hecho. Constituyeron varios grupos de trabajo para estudiar el marco normativo de la Organización Mundial de la Salud y realizaron una valoración de la situación ambiental con encuestas a pacientes y familiares, mediciones de decibelios y observación subjetiva por parte de los profesionales. Con estos datos, elaboraron un mapa acústico que identificó los agentes generadores de ruido, entre los que destacaban los propios profesionales. Para concienciarlos, organizaron talleres de sensibilización. También convocaron un concurso para elegir un logotipo, en el que participaron los pacientes y sus familiares e incluso los colegios. Los dibujos decoran hoy el hospital. Con el ganador, editaron un folleto, carteles, chapas y pegatinas. “Estas medidas no tienen coste, forman parte del gasto habitual, como los folletos. Todos estamos poniendo de nuestra parte”, concluye Julia.
Compromiso de todos los profesionales
La enfermera Julia González Soria destaca el compromiso de todo el personal del hospital, esencial para reducir la contaminación acústica. “Vamos avanzando. Es necesario sentirte implicado para producir un cambio real. Cuantas más personas observen, apuesten por ello, den sus ideas más implicación hay y más motivación para mejorar todo lo que estamos haciendo”.
Lo más complicado de conseguir son los cambios de hábito, reconoce Julia. “Cuando identificas los agentes generadores y descubres que la persona es el elemento fundamental, pues trabajar los cambios de comportamientos, las actitudes es un trabajo más costoso. No puedes ir por la parte, de alguna manera, restrictiva, sino que tienes que manejarte desde la motivación, desde el encuentro de aspectos positivos”. “Sobre todo”, explica la enfermera Julia González Soria, “hemos buscado que los profesionales seamos los protagonistas del cambio”. Es el ejemplo de los profesionales del Hospital de Guadarrama en Madrid.
El papel de coordinación
La enfermera Julia González Soria es la coordinadora del proyecto. “Mi papel es proponer y recoger ideas, organizar los trabajos para que todo el mundo participe, mantener el espíritu para que no decaiga, inventar nuevas actuaciones que puedan resultar atractivas, al mínimo coste”.
El trabajo enfermero
“Tenemos una doble visión. Por un lado, estamos cercanas a los pacientes. Por otro, alguna vez hemos sido pacientes o nuestros familiares lo han sido. Estamos en esa situación intermedia en la que vemos con globalidad nuestro entorno. Como pacientes, nos damos cuenta de las cosas que hacemos que son molestas y de las que no somos conscientes cuando trabajamos”.
La satisfacción de los pacientes
“Cuando repartimos los folletos, lo que sobre todo sienten es que hay alguien que les escucha y que hay una apuesta por ellos clara que va a mejorar su estancia aquí”.
Consejos para reducir el ruido
El Hospital de Guadarrama cuenta con un documento de recomendaciones, dirigido a sus profesionales. Éstas son algunas de las normas de comportamiento sugeridas:
1. Acércate para hablar.
2. Habla más bajo.
3. Respeta los horarios sensibles.
4. Utiliza el móvil con discrección.
5. Recuerda al hablar en los pasillos que los pacientes pueden escuchar los comentarios.
6. Disminuye el ruido en los cambios de turno.
7. Utiliza un calzado adecuado.
8. Deambula por la planta sólo lo necesario.
9. Deja las puertas de las habitaciones entornadas.
10. Propicia un ambiente tranquilo y acogedor.
11. Utiliza los ascensores externos a los pasillos de las plantas.
12. Recuerda que la escalera amplifica el volumen.