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Hortiterapia y permacultura con pacientes psiquiátricos

El enfermero Pablo Molanes implementa en Francia un proyecto de permacultura terapéutica con el fin de apoyar el proceso de rehabilitación de personas con problemas de consumo de drogas, promoviendo su reinserción social

12 enero 2018 / Número 16 6 minutos de lectura

El enfermero Pablo Molanes recogió a finales de noviembre de 2017 el premio “Pépites de l’AHSM” en Francia. El galardón está organizado por la red de hospitales de Sainte Marie. Pablo trabaja en uno de sus centros, una granja para pacientes con toxicomanías dependiente del Hospital Psiquiátrico de Sainte Marie, ubicado en Ardèche. El enfermero español es el autor del proyecto ganador, en colaboración con el resto del equipo sanitario y educativo. La iniciativa plantea el empleo de la permacultura terapéutica para apoyar el proceso de deshabituación del consumo de drogas y promover la reinserción social de las diez personas que habitualmente están ingresadas. “Todo está integrado en el proyecto terapéutico del CSAPA ‘La Cerisaie’, cuyo objetivo es el alejamiento del consumo de sustancias, la mejora de la imagen personal, la búsqueda de nuevas orientaciones y aficiones y la adquisición de competencias personales. La idea es que se formen en permacultura y ponerla en práctica en los terrenos con los que contamos. Estamos realizando la primera fase, con la transformación de los 400 metros cuadrados de jardín en zonas de cultivo. Hemos plantado árboles frutales y estamos diseñando colinas, a modo de trincheras, con madera en descomposición procedente de nuestro bosque, para convertirla en compost, retener la humedad y economizar el agua de riego”.

La instalación del sistema de captación de aguas pluviales y de contención en lagos es el siguiente paso, para el que están esperando financiación. Esta segunda fase del proyecto se va a completar con una formación de los residentes en permacultura. “De esta forma, si alguno de ellos quiere volver a trabajar podría hacerlo, pues contaría con una formación específica para dedicarse a la agricultura. Además, esta capacitación les aporta competencias relacionadas con la comunicación no violenta, la cooperación, la asociación… Son muchas herramientas que pueden emplear en su vida cotidiana para su mejora y crecimiento personal y mantenerse en contacto con otras personas, ya que el aislamiento es uno de los principales problemas que tienen. En definitiva, es una forma de motivarlos para que vuelvan a integrarse en la sociedad”. Igualmente, también se van a formar los miembros del equipo educativo y enfermero para que la iniciativa sea sostenible en el tiempo. En sus fases finales, el proyecto de Pablo Molanes tiene previsto construir un jardín mandala, con un invernadero interior en domo, así como un gallinero. “Cuando conocí el centro vi el potencial que tenía. Me di cuenta de cuánto podíamos producir. Nuestro centro tiene un presupuesto concreto para alimentación. Al mismo tiempo, tenemos un terreno de 50 hectáreas que estaba sin cultivar. Nuestra idea es reducir los costes de la alimentación para así poder invertir ese dinero en realizar otras actividades con los residentes o mejorar la calidad de los productos alimenticios comprados que no produzcamos en el centro”.

Pablo Molanes:
“La permacultura permite trabajar la dimensión humana, podemos usarla como herramienta de tranformación interior
de los pacientes”

El empleo de la permacultura en el centro de ‘La Cerisaie’ amplía y mejora la experiencia que Pablo Molanes había desarrollado con anterioridad en el Hospital Psiquiátrico de Montpellier, donde también utilizó el jardín y la hortiterapia como herramientas para fomentar la autonomía, la noción de responsabilidad y el bienestar entre los residentes. “Al poco de llegar, veo que los pacientes son crónicos. En algunos casos, permanecen hospitalizados durante meses. Tampoco disponían de la posibilidad de realizar muchas actividades. Entonces, como teníamos horas libres, especialmente los fines de semana y algunas tardes, cuando las personas ingresadas están más tranquilas y ya habíamos hecho nosotros toda la labor relacionada con la enfermería, pues planteé la posibilidad de trabajar con ellos en el jardín del centro. Comenzamos a trabajar con nuestros propios medios. Compramos unos útiles de jardinería y un saco de compost y nos pusimos a ello. En los dos años que estuve allí lo recuperamos completamente”.

La alianza terapéutica entre los pacientes y los enfermeros es uno de los principales beneficios de esta iniciativa. “Hay personas que mejoran su confianza en nosotros gracias al hecho de invertir tiempo en hacer actividades con ellos. Esta alianza terapéutica prevenía situaciones de agresividad. El ingreso en un hospital psiquiátrico y el encierro prolongado les provoca sufrimiento. Entonces, el hecho de organizar actividades al aire libre con ellos resulta muy positivo”. Así, además de las tareas relacionadas con el mantenimiento de las plantas, en colaboración con otros dos compañeros enfermeros y la supervisora del centro, también emprendieron un conjunto de actividades paralelas como talleres de cocina con las verduras previamente cultivadas, arte-terapia para embellecer los jardines o excursiones a otros centros, huertos públicos y mercados. En total, a lo largo de los dos años de estancia del enfermero español en Montpellier, llevaron a cabo 120 actividades en las que participaron alrededor de 60 personas. En la medición de los resultados y el impacto del programa, Pablo utilizó los conocimientos que había adquirido en el máster de investigación y enfermería que estudió mientras vivía en su ciudad natal, Cádiz. “Realizábamos evaluaciones tras cada intervención, con objetivos preestablecidos y un seguimiento de la participación del paciente, analizando su progreso gracias a la actividad terapéutica”.

La pasión por el jardín

Pablo Molanes es un apasionado del jardín. “Siempre me ha gustado trabajar en ellos. Siempre he tenido uno allí donde he vivido. En cuanto tuve la oportunidad me formé en permacultura. Lo hice en Francia, donde el concepto está muy desarrollado”.

La permacultura, un sistema de regeneración

La permacultura es un concepto elaborado por Bill Mollison y David Holmgren en los años 70 que define ecosistemas humanos sostenibles, basados en un uso eficiente de la agricultura, integrando paisajes, energía y todo tipo de necesidades. Tras formarse en esta disciplina, Pablo Molanes decidió aplicarla en su trabajo como enfermero, partiendo de sus tres principios: cuidar al hombre, cuidar la naturaleza y compartir. “Engloba el trabajo agrícola de regeneración de la tierra y también del ser humano: la comunicación, la cooperación, el mutualismo… Utilizamos la dimensión proactiva del jardín como herramienta de transformación interior, creando ecosistemas humanos resilientes y ayudando a los pacientes a distanciarse, atenuar su malestar y proyectarse al futuro”.

Un modelo de terapia propio

El proyecto de permacultura desarrollado por Pablo Molanes para trabajar con los pacientes del CSAPA ‘La Cerisaie’ es un modelo único y pionero en Francia, desde el punto de vista social y agrícola. En el mundo existen referencias similares en Estados Unidos. “En California funciona una iniciativa desde 2009 denominada Pathways to Resilience, que propone formaciones de permacultura a personas que salen de prisión. Habitualmente, la media de reincidencia es del 70 por ciento. En cambio, entre quienes siguen este programa, de dos años de duración, la media baja al 3 por ciento. Salen de la cárcel y encuentran un sentido a su vida, un trabajo, una formación y una forma de reinsertarse en la sociedad. Podemos hacer lo mismo con ex toxicómanos. También han tenido experiencias vitales duras y este método puede servir para que encuentren su camino en la vida”.

Sin trabajo en España, Pablo Molanes tuvo que emigrar a Francia. Esta es su historia…

“Estos proyectos que estoy realizando en Francia, en Andalucía no podría hacerlos”. Con esta reflexión concluye la conversación de Enfermería en Desarrollo con Pablo Molanes. La entrevista comenzó con una pregunta simple: ¿Cómo has terminado en Francia? “Estudié en Cádiz, donde me diplomé en 2008. Entonces, ya había problemas para trabajar. Sólo conseguías sustituciones en verano y Navidad. Así estuve cuatro años en el Hospital de Cruces, en el País Vasco. Mientras buscaba algo mejor, seguí formándome. Logré una beca para estudiar un máster de investigación en enfermería, después de presidir el comité de organización de la primera edición de unas jornadas de investigación dirigidas a estudiantes. También hice otro máster en urgencias y estudié la carrera de Historia, una disciplina que me gustaba y en la que me introdujo Francisco Herrera, catedrático de Historia de la Enfermería, con el que colaboré y aprendí a escribir artículos. En 2013 solo trabajé dos meses. Había terminado mi segunda carrera y no tenía perspectivas. Por motivos personales decidí emigrar a Francia, pues mi pareja es de allí. Comencé a trabajar en una clínica psiquiátrica de Nimes. Después me contrataron en el Hospital Psiquiátrico de Montpellier, la ciudad donde residía. A los tres meses, tras pasar el período de prueba, me concedieron la plaza como funcionario”.

Entre España y Francia, el tipo de trabajo que realiza una enfermera es muy similar, según Pablo Molanes. “Quizás tenemos menos competencias profesionales en Francia. Por ejemplo, aquí no hacemos cirugía menor. Creo que en España estamos mejor formados a nivel técnico y a nivel de investigación, porque los enfermeros franceses todavía no investigan, no hay doctorados ni másteres tan desarrollados como en España. La formación es universitaria, pero se encuentra igual que estábamos en nuestro país hace unos años, no están reconocidos como grado, ni equiparados con el nivel académico de otras disciplinas como la medicina. Aún quedan muchos aspectos en los que avanzar”.

 

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