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Cuidados seguros y de calidad en las residencias

La enfermera Ana Suárez es gerente de los Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA), donde está impulsando la figura de la enfermería como responsable asistencial de estos centros

04 octubre 2021 / Número 28 6 minutos de lectura

Tras 30 años de experiencia como enfermera, Ana Suárez es desde septiembre de 2019 gerente del organismo público Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (era), responsabilidad a la que llegó desde la dirección de enfermería del Área Sanitaria 3 de Asturias. En total, gestiona 26 residencias de titularidad pública y 5970 plazas, a las que hay que sumar los centros concertados. Tras cerca de dos años al frente de esta responsabilidad, analizamos con Ana el trabajo realizado, en el que ha apostado por la profesionalización de los entornos, el liderazgo del cuidado basado en la ciencia del cuidado, en la seguridad y la calidad. Su mismo nombramiento al frente de esta entidad ya suponía una apuesta por los cuidados, como la propia protagonista destaca: «Recibí la propuesta con mucha satisfacción, pues suponía una apuesta por un perfil de gestión con un profundo conocimiento del ámbito de los cuidados. Solo este hecho, ya es un cambio significativo, pues no solo se trata de contar con gestores exclusivamente con conocimiento administrativo. Por el contrario, esto supone dar peso al perfil profesional de los cuidados, aprovechando perfiles como el mío, con competencias en la gestión de casos, en la supervisión y en la dirección. Espero que con la ayuda de todos y el trabajo en equipo pueda lograr los objetivos que me he marcado». Así, el plan de acción establecido por Ana Suárez está basado en potenciar la estructura de los cuidados para mejorar la seguridad y la calidad de la atención que reciben las personas. «Cuando llegué, percibí una serie de necesidades relacionadas con el ámbito asistencial y los cuidados, a la seguridad y a la calidad. Las residencias son uno de los grandes desconocidos de la sanidad. Nuestro reto es convertirlas en escenarios de vida plena. En un hospital, por ejemplo, gestionas una parte de la vida de la persona, durante el tiempo en el que permanece allí. En Primaria, puedes trabajar con longitudinalidad con cada paciente, pero existe una cierta itinerancia. En cambio, en las residencias puedes abarcarlo todo, realizar una gestión plena de la vida de cada persona, también con longitudinalidad, con seguridad y calidad. En este punto es donde creo que estamos muy preparadas para gestionar todo esto, ofrecer unos cuidados seguros y de calidad, promover una vida íntegra e integral en cada persona, generando espacios amables en las residencias, que es otro de los puntos importantes». Como medio para lograr este propósito, las residencias públicas de ancianos asturianas cuentan con un responsable asistencial, una función ejercida por una enfermera. «Su trabajo es liderar la asistencia. Hasta la introducción de esta figura, los centros contaban con enfermeras, técnicos de cuidados y otros muchos profesionales, pero carecían de un responsable capaz de aglutinar todo. Había casos puntuales en los que la dirección estaba a cargo de una enfermera, pero no era una exigencia. Ahora sí. Con ellos, estamos potenciando la estructura de los cuidados desde el ámbito de la seguridad. Han permitido profesionalizar la atención sanitaria en los centros, que era una de las principales demandas de este sector. Esto no quiere decir que antes no hubiera profesionales competentes. Claro que sí. Con esta nueva figura hemos mejorado la estructura de cada residencia». El hecho de contar con un responsable de la atención en cada residencia facilita, a su vez, la ejecución de los planes asistenciales. «Estamos participando en una estrategia de seguridad en colaboración con la Consejería de Salud. Contamos con un plan de actuación basado en una serie de indicadores relacionados con la calidad, la seguridad y la actividad, trabajando en la mejora continua a través del ciclo pdca/phva (Planificar, Hacer, Verificar y Actuar). Los responsables asistenciales se encargan de la implantación, desarrollo, medición, evaluación y mejora de los procesos de cuidados, con objetivos concretos como la reducción de las caídas o las úlceras por presión, por citar dos ejemplos. Otro tema, que es básico para nosotros, es la mejora de los cuidados al final de la vida».

La figura de la enfermera gestora de casos es fundamental también para contar con el apoyo de la asistencia sanitaria en Atención Primaria y Especializada. Al respecto, Ana Suárez destaca que el recurso a la gestión de casos es fruto de uno de sus aprendizajes de su gestión como directora de enfermería del Área Sanitaria 3 de Asturias. «Cuando llegué a esta dirección, roté por otras autonomías para conocer sus modelos. A raíz de este análisis, pusimos en marcha la figura de la enfermera gestora de casos. Ahora, desde mi responsabilidad como gerente de era, y con la experiencia desarrollada, la intención es orientar a dos enfermeras gestoras de casos de cada área para que se coordinen con las residencias. La iniciativa la hemos puesto en marcha en el Área Sanitaria 3, pero se quedó paralizada debido a la covid-19. Ahora, la idea es retomarla e introducirla en las ocho áreas en las que nos organizamos. Este último proyecto supone un plus de calidad enorme. Esta idea, sumada a la monitorización y al trabajo continuo de mejora, con la medición de indicadores, va a suponer un salto cualitativo en la asistencia que reciben las personas ingresadas en las residencias». Atención centrada en la persona A juicio de Ana Suárez, el modelo ideal de residencia «tiene que estar centrado en la persona. En nuestro caso, en el ámbito de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, hemos configurado un grupo de expertos con una visión global que está trabajando en una estrategia de cambio del modelo de atención. No obstante, para implantarlo serán necesarios cambios a nivel de estructura, pues tenemos que reformar el prototipo de macro residencias que existe en la actualidad, dejando a un lado la visión centrada en la organización, en las técnicas o los turnos para promover una atención más individualizada. Esto nos va a llevar tiempo, si bien la intención es que los nuevos centros que se vayan abriendo ensayen este cambio de cultura en la atención. Por otro lado, la mejora de la formación y el impulso del compromiso de los profesionales son fundamentales, pues son ellos quienes van a conseguir que se lleven a cabo esos cambios». Otra de las dificultades que afronta el sistema es la escasez de profesionales, «especialmente en enfermería, pues tradicionalmente las enfermeras consideran que hay otros espacios en los que pueden desarrollar mejor su labor, como la Atención Primaria o Especializada. En nuestro caso, estamos intentando mejorar los contratos, en la medida de nuestras posibilidades, para ofrecer más estabilidad. En este sentido tenemos una tarea pendiente, la de aumentar el prestigio de las residencias y del ámbito de cuidados geriátricos. El desarrollo de la figura de las responsables asistenciales, todas enfermeras, es un buen ejemplo de ello. Con este tipo de medidas, estamos intentando mejorar la motivación. Además, cuando hablas con las enfermeras especialistas en geriatría o con el resto de compañeras que trabajan en residencias siempre te cuentan maravillas sobre su trabajo. Manifiestan un gran compromiso, aunque desafortunadamente es una de las especialidades más desconocidas. Entre todos, y yo misma me sumo a este propósito, tenemos que trabajar para sacar brillo al trabajo que realizamos, difundiendo nuestra labor. Los cuidados de larga duración tienen una importancia fundamental y esto lo hacemos nosotras, porque gestionamos escenarios de vida. Contribuimos a que las personas tengan una vida plena e integral».

La interlocución con las familias

La interlocución con las familias de las personas que viven en las residencias es otro de los aspectos clave del trabajo que realizan en los Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias. «Como en otros muchos ámbitos similares a la atención socio-sanitaria, con los familiares tenemos que desarrollar mucha empatía, que es una de nuestras herramientas básicas de trabajo. Y no solo esto, sino también mejorar la comunicación y la coordinación. En Asturias contamos con la Federación de Asociaciones de Familiares de Residencias de Mayores, con las que colaboramos con intensidad durante la pandemia y seguimos en contacto continuo. Les hacemos partícipes de nuestras actuaciones, bien desde cada residencia o bien desde el ámbito de los servicios centrales en la Gerencia. También, a raíz del plan de mejoras en la calidad y la seguridad en las residencias, hemos puesto en marcha una comisión de seguridad del residente orientada a todo lo que tiene que ver con este tipo de factores, con el análisis de los eventos adversos y con la posibilidad de plantear áreas de mejora. En este foro están presentes tanto las familias como los propios residentes. Si no promovemos a los actores del sistema como los protagonistas del propio sistema pues tenemos un problema. Y esto es lo que queremos evitar. Por otro lado, contamos con juntas de residentes, cuando el nivel de dependencia de las personas lo permite. Todo ello, nos permite avanzar en el proceso de mejora continua», explica Ana Suárez.

Liderazgo y gestión

La enfermera Ana Suárez cambió la asistencia por la gestión en 2009, cuando accedió a la supervisión de una unidad de hospitalización. Posteriormente, se hizo cargo de la dirección de enfermería del Área Sanitaria 3 de Asturias, donde lideró la integración de la Atención Primaria y Especializada en una estructura unificada, establecida con el objetivo de mejorar la coordinación. «Fue un cambio muy complejo, especialmente al principio, si bien conseguimos mejorar la gestión de todos los recursos», recuerda.

 

«Las residencias son uno de los grandes desconocidos de la sanidad. Nuestro reto es convertirlas en escenarios de vida plena e integral, gracias a la longitudinalidad con la que podemos trabajar»

 

Enfermería geriátrica

La apuesta por la enfermería geriátrica es otra de las líneas de trabajo de Ana Suárez, al frente de los Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias, ERA. «Nosotros trabajamos en el ámbito de la gestión pública. Por tanto, no podemos exigir la especialidad de Geriatría. Sin embargo, la mayoría de nuestras enfermeras la tienen y nosotros la valoramos como un plus»

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