Los tratamientos de los pacientes oncológicos precisan un seguimiento continuo desde el ámbito hospitalario. Esto conlleva analíticas periódicas frecuentes y la administración de medicamentos citostáticos en ciclos intravenosos o por vía oral de forma continua. Entre los efectos secundarios de la quimioterapia encontramos la aplasia medular y la inmunosupresión y/o anemias.
En el momento en que se diagnostica un proceso cancerígeno en nuestros pacientes, el seguimiento desde Atención Primaria disminuye en favor de Especializada, sobre todo por parte de enfermería. Las revisiones y tratamientos suponen acudir de forma ambulatoria al hospital para procesos que se pueden prolongar hasta 12 horas cada día. Conocedoras de esta situación, la responsable de enfermería propuso un proyecto de mejora en la atención al paciente oncológico para disminuir los tiempos de espera, mediante la accesibilidad a las pruebas en Atención Primaria.
El balance coste-beneficio ha sido positivo para pacientes y profesionales. La mayor implicación de las enfermeras de AP en los cuidados de los pacientes oncológicos contribuye a humanizar la atención que reciben. Con pequeños cambios en nuestra dinámica de trabajo, mantenemos nuestro apoyo y reducimos notablemente la espera el día de la consulta en oncología, aumentando el bienestar de estos pacientes en situación de fragilidad y vulnerabilidad.