La enfermedad renal crónica (ERC) se ha convertido en un problema de salud pública debido a su elevada incidencia, prevalencia y morbimortalidad asociada. Los pacientes que se encuentran afectados por la ERC, a partir de los estadios 4 y 5, con filtrado glomerular debajo de 30 ml/min, presentan complicaciones a consecuencia de la progresión de la enfermedad tanto en la esfera física, como psicológica y social.
En esta fase, requieren una atención continuada en la consulta de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA), para intervenir de manera temprana e intentar retrasar la progresión de la enfermedad, adelantarse a las complicaciones y preparar al paciente si fuera necesario para la entrada en terapia renal sustitutiva (TRS). La intervención y el seguimiento de la enfermera de práctica avanzada (EPA) en la consulta de ERCA, se centra en aumentar el conocimiento del paciente, identificar necesidades y deficiencias, fomentar la adhesión al tratamiento, potenciar la autonomía a través de los autocuidados y disminuir la ansiedad.
La derivación temprana a la consulta de enfermería de ERCA permite iniciar la valoración y el seguimiento de manera integral del paciente y programar los protocolos de actuación y educación para mejorar su calidad de vida.