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Fisioterapia necesaria para la música

Xavier García Cardellach comenzó su formación musical básica a los cinco años. Desde entonces, ha crecido aprendiendo a tocar el clarinete, su instrumento. Entre 2010 y 2014, estudió Fisioterapia y, una vez terminó, decidió realizar el grado superior de 'Interpretación en instrumentos de música clásica' en el Liceo de Barcelona. Trabaja como fisioterapeuta y toca la batería en dos grupos: 'Caseta' y 'Bounties'.

23 julio 2020 / Número 25 2 minutos de lectura

Xavier García Cardellach comenzó su formación musical básica a los cinco años. Desde entonces, ha crecido aprendiendo a tocar el clarinete, su instrumento. Entre 2010 y 2014, estudió Fisioterapia y, una vez terminó, decidió realizar el grado superior de ‘Interpretación en instrumentos de música clásica’ en el Liceo de Barcelona. «Comencé a trabajar como fisioterapeuta y esto me permitía pagar los estudios de música», recuerda. «Mi idea es seguir ejerciendo como fisioterapeuta. A priori, no voy a profesionalizarme como músico», señala.

En estos momentos, Xavier trabaja como fisioterapeuta a domicilio y en la Mutua Terrassa y, al mismo tiempo, toca la batería, como aficionado, en dos grupos de música, ‘Caseta’ y ‘Bounties’. «Con Caseta hacemos música electrónica comercial y con Bounties nos dedicamos más al pop y al rock, combinando versiones con temas propios».

Xavi García con Caseta:

Xavi García con los Bounties

Músicos de elite
«En los conservatorios de música y en las orquestas deberían contar con profesionales como los fisioterapeutas»

Como fisioterapeuta, Xavier trabaja especialmente los ámbitos traumatológico y neurológico, si bien también ha vinculado su profesión con su afición, formándose en fisioterapia aplicada a músicos, un campo desconocido en España. «Es un ámbito que se está descubriendo en estos momentos. En el norte de Europa, Holanda, Alemania… están más avanzados, mientras que en el sur, en España o Italia, aún casi no está introducido», explica. En este sentido, considera que los conservatorios y las orquestas deberían contar con un servicio de fisioterapia, tal y como ocurre, por ejemplo, en el deporte. «Es fundamental. Los conservatorios deberían funcionar como las escuelas de fútbol, por ejemplo, y las orquestas como los equipos. Es más, habría que añadir también otros profesionales como los psicólogos. Los músicos deberían ser considerados como deportistas de elite, debido a la cantidad de horas que invertimos estudiando, ensayando, tocando en los conciertos. Por ejemplo, una ópera de Wagner puede durar cuatro horas. Parece que los movimientos pueden ser ínfimos, frente a deportes en los que se salta, se corre… pero es porque empleamos la musculatura más fina de los antebrazos, las manos, la boca… Tenemos que mantener la posición, el diafragma, la respiración… Son muchos aspectos que sumados hacen que seamos un colectivo que requiera de profesionales como los fisioterapeutas». De hecho, Xavier era una referencia para sus compañeros en el Liceo. «Cuando tenían alguna contractura o algún problema solían consultarme», recuerda.

Etiquetas: enfermeria y arte