Las enfermeras de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Universitario de La Paz, en Madrid, están empleando el ecógrafo para canalizar vías centrales de acceso periférico (PICC) en niños, en especial aquéllos con estancias más prolongadas o de inserción más complicada. El enfermero Héctor Moreda explica que la iniciativa “surge desde el equipo médico, que observa la necesidad de instaurar este procedimiento por sus beneficios sobre los catéteres centrales. Los dispositivos que ahora empleamos son más fáciles de instaurar, más duraderos y tienen un menor riesgo de infección. A nivel terapéutico, se puede aplicar cualquier tipo de medicamento”.
La nueva práctica, realizada bajo sedación, se lleva a cabo en La Paz desde hace un año, con un equipo médico y una enfermera. Posteriormente, un grupo se formó en la Clínica de Navarra y desde entonces realizan la técnica de forma individual, ecoguiándose ellos mismos.
Instituciones como el Instituto Europeo de Ultrasonido en Emergencias (EFHRE) forma a profesionales sanitarios como las enfermeras en el empleo del ecógrafo. Santiago Domenech, su presidente, destaca los beneficios para el paciente. “Siempre he defendido que el protagonista de nuestro trabajo es el paciente, no el médico o el enfermero. Debemos poner todas las posibilidades que tengamos para atenderlo mejor y que sufra menos. Nosotros estaremos más a gusto trabajando y lo haremos con mayor precisión y seguridad”.
Usos enfermeros del ecógrafo
Evitar errores y minimizar el dolor son los beneficios de la ecografía para localizar y acceder con exactitud a las venas, en especial en los pacientes de ingreso de larga duración, más de 15 días, los oncológicos y los niños en los que es más complicado realizar la punción venosa de forma adecuada. Sus usos son:
- Permite ver el diámetro, profundidad y dirección de los vasos.
- Mayor precisión y seguridad.
- Inserción de vías venosas centrales con acceso periférico.
- Canalización de vías periféricas para niños con accesos difíciles, porque se puede llegar a venas más profundas o de acceso más difícil.
- Toma de muestras de sangre para gasometría arterial.
- Pacientes en hemodiálisis. A veces, las fístulas arterio-venosas presentan estenosis, hematomas y otras complicaciones, que dificultan la punción.
- Exploración de úlceras y heridas quirúrgicas.
- Valoración y drenaje de un seroma ecoguiado.
- Apoyo al sondaje vesical: presencia de coágulos, fibrina, confirmación de localización adecuada, existencia o no de globo vesical…
- Confirmación de la localización adecuada de sonda nasogástrica y duodenal.
Fácil aprendizaje
Las enfermeras de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos de La Paz están elaborando un proyecto autoformativo. Héctor Moreda explica que la idea “es que todos seamos capaces de ecoguiarnos. El profesional que lleve al niño será el encargado de colocar la vía. Vimos que si sólo conocían la técnica un grupo de personas, podía aumentar la carga de trabajo en exceso para algunos e incluso afectar a la calidad, puesto que tendrían que dejar su trabajo habitual cuando fueran requeridos para una canalización. En un caso ideal, el catéter PICC se instaura en unos 15 ó 20 minutos.
Héctor Moreda, enfermero de La Paz:
“Empleamos las ecografías para niños con dificultad de acceso venoso y en los que se prevé una fuidoterapia larga, con estancia en UCIP”.
En el Instituto Europeo de Ultrasonido en Emergencias (EFHRE), ya han formado a enfermeras como instructoras para que enseñen el empleo del ecógrafo. “Tiene una curva de aprendizaje muy rápida, independientemente del uso”, señala su director, Santiago Domenech. “Las enfermeras pueden emplearlas como apoyo para canalizar vías, otras técnicas de sondaje invasiva, como las sondas vesical y nasogástrica. Incluso para explorar y realizar curas de úlceras y heridas. El problema no es la resistencia que pueda haber entre compañeros, médicos o enfermeros, sino romper la barrera de la misma persona por saber que es capaz de aprender y usarlo en su beneficio”.